jueves, 21 de enero de 2016

Absurdo

De cuando mi perro nos despierta en la mañana, del café siempre a tiempo para despertar, del trabajo, las carreras y las notas musicales. Nueva rutinas y antiguos rituales, maravillosas tardes y noches sin frío. De pequeños detalles, del pasar de los días, distracciones y besos. Clases de piano, tigres lectores. Planes contigo y viajes en la agenda. Del calor la casa y de poner persianas. Reformas y trucos, primavera en espera. Continuó tarareando nuestra canción primera. Mi vida contigo no es perfecta, tiene sus matices, sus risas y esperas. Nos conectamos y peleamos, como resulta ser correcto. Eres absurdamente perfecto.

lunes, 11 de enero de 2016

Colgado.

Puede ser que la mente en ocasiones parezca no alertarse con nada, que los inviernos y los desiertos se conjuguen en un cuadro que he colgado en la sala. Camino lentamente hacía la normalidad incipiente. No puedo despabilarme del todo, millones de pensamientos nublan mi vista como moscas ruidosas tras un pedazo de carne. Si, te extraño, y hay días en que quisiera poder tener la misma costumbre de antes y contarte todo lo que pasa. Pero hay elecciones que se tiene que tomar, y yo hice la mía, mi vida. Y ha sido lo mejor que me ha pasado. Pero pedazos de ti van quedando en el camino, a pesar de la felicidad y de las bendiciones, hay retazos de ti que cuelgan de mis mangas. Te llevo, te recuerdo y a veces te sonrío.

lunes, 4 de enero de 2016

Construir..

Empieza un nuevo año y el frío congela mis oídos, está por más decir que los desafíos se esconden en el almanaque que recién se estrena. Un año más de trabajos, retos y coincidencias. No pido más que beneficios, trabajo amable y amor sin prisa. Somos una amargura cuando vamos corriendo, intentando cubrir recibos y los cheques vuelan mientras el bolsillo se vacía, pero tremendamente la vida es sólo eso, en cierta medida. Un pasar continuo de situaciones y callejones sin nombre y direcciones borrosas. Somos incertidumbre y hambre, somos trabajo y olvido. Aunque hay breves momentos que parecen divinos. Yo me esfuerzo por ganarme esos recuerdos y acaricio las nostalgias y ellas a veces me besan, y no olvido. Porque olvidar es negar esos momentos, es darle la espalda a lo que soy. Lo recuerdo casi todo, lo importante y memorable. Recuerdo noches en vela, aviones y cenas. El frío entra por la puerta y el calor de mi cuerpo ya lo espera, construyamos un año que maraville al pasado, que le saque canas verdes a los recuerdos y finquemos momentos memorables en nuestros pensamientos.