martes, 27 de diciembre de 2011

Cierre de año.

No quiero mentir, ha sido el año más difícil de toda mi vida, todo ha sido luchar contra corriente, olvidar, caer, levantarme, seguir, trabajar, ahorrar, carecer, volar, caer de nuevo, llorar, quedarme callada, gritar, retomar asuntos pendientes, pagar errores, aprender, cometer nuevos errores, aprender y uff, pienso en todo lo que he logrado éste año y me canso, no sé cómo lo hice.

Pero muy al contrario de lo que se pueda pensar, no ha sido malo, ha sido diferente. Las cosas dejaron de ser planas y fáciles, pero tengo que reconocer que vi mucha luz éste año, que distinguí las cosas y aprecié la realidad.

El conformismo es una enfermedad en la cual me vi sumergida por mucho tiempo, me quedaba inmóvil con todo lo que me pasaba, y más allá de eso, prefería el camino fácil, lo ya caminado, lo encontrado. Es sólo en el desorden interior dónde se puede encontrar lo perdido y buscarse a uno mismo. En el silencio, en el olvido y el perdón. Pero sobre todo, en la actitud para afrontar nuestra propia realidad, nuestro presente.

Tengo que reconocer que no lo he hecho sola, tuve mucha ayuda y, sobre todo, muchos amigos, familiares, y quizá el destino. Los que me conocen saben que no soy una mujer de cambios, pero he aprendido a afrontarlos de mejor manera y creo que ha sido provechoso.

Vaya, que no quiero ni necesito escribir tanto como antes, me dejo las cosas un poco para mi misma, porque quiero aprender a razonar un poco lo que me pasa, lo que siento, lo que necesito.

Hoy, a un año de empezar éste gran viaje en el que me monté por mi propia cuenta, agradezco de todo corazón que todo cambiara, que me encuentre dónde estoy, que responda a nuevos nombres, y nuevas situaciones, y sé que el próximo año vendrá con cosas nuevas y oportunidades diferentes.


Feliz año nuevo y espero seguir escribiendo por acá el próximo. :D

jueves, 15 de diciembre de 2011

Lo mejor de no tenerte.

Y a mi que desde hace tiempo dejó de importarme si me veías bien, si notabas mi presencia, si recordabas las fechas o si llegas temprano. A mi que ya me da por olvidar momentos y seleccionar recuerdos, parece como si el tiempo de pronto haya dejado de tener memoria y sólo me quede con lo poco que se cuenta.

Ya no me duelen tus frías manos, ya no me estorba tu barba, ni me lastima tu falta de interés. Es delicioso notarme lejos de tu brazo, ver que no haces falta y saber, que sin ti, soy igual de fuerte. Y mientras danzo entre la cuerda floja y balanceo antorchas de fuego en cada mano, noto que yo sola puedo. El equilibrio no me lo dan tus besos ni la estabilidad tu pecho, el equilibro esta en mi obligo y la estabilidad en lo que peso.

Y si,me vuelvo selectiva, y repaso con colores monocromáticos los números rojos que dejamos. No hay trampas ni acertijos y mucho menos promesas, hay libertad y algo de alivio al ver que al fin se ha cerrado la puerta.

Lo mejor de no tenerte es saber que es lo correcto, que no se cometen errores, que no se dicen mentiras, y que el amor no duerme mientras camina.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Del porqué.

Se entumen entre papeles las manos escamadas por el frío. Pega la luna en el hastío de cualquier viernes. Entre el olvido y el perdón que nunca llega, se vuelcan como locos los suspiros. Ensanchado por la brecha al transatlántico que embarca, tras las olas del porqué, y la incertidumbre de tu beso de otro mundo.

No propongo nuevas cosas, ni entiendo lo que la soledad me ha enseñado. Sólo pongo en saco roto lo que escondo, las huellas de un pasado del que ya no hablo. Son los meses, las castañas, los miles de recados y correos, mis informes y mis miedos encartuchados y previstos en los sueños de fluoxetina de mis labios.

Parece que vuela, pero también parece que se arrastra por la espalda las palabras, las ideas, las vueltas, el temor de mis ojos, las violetas. Son cantábricos tus mares, son pesados los caminos, pero no por eso dejo en parte que las nubes no resoplen lo que escribo.

Son de abstinencia, de pereza, de crujidos los escombros que aún quedan, entre la basura que yo boto, y los cantares, las ocurrencias, los despidos. Día tras día como si faltara menos, como si escuchara poco a poco tus latidos.

viernes, 28 de octubre de 2011

Tu nombre.

Vamos a contarnos un cuento, dónde yo sea el turiferario de la noche, que lleve en el cuello los aromas, en las manos las ideas, y en los brazos tus gustos.

Designarme el augurio de tus labios, las castañas que no he probado, y los solsticios del invierno en tu mirada. Combinémonos nuestras luces y los reflejos manchados. Llámenos a los dioses por su nombre; uno a uno, y descartemos los milagros.

Todo, aunque lejos, existe si lo nombras, si lo acaricias con el suspiro de tus noches, si lo enciendes con tu espalda en mi oído. No hay placer sin pecado, ni beso sin tu nombre.

Que los personajes se distiendan, que se ensanchen por las letras, que culminen en apagones de bengalas, en racimos de olivos, en horas santas. Ni tu cuello, ni la espera de mis labios, ni los caminos, ni roma, si las malas fortunas. Todo aquello que haz temido se condensa en un sólo minuto.

Si te veo y no encuentro tus latidos, si estas y no, y te acaricio y muero, y entre las sombras los espejos no reflejen nada. Te encontraré en la noche de mis sueños, en las tardes calladas en las que duermes. No son horarios, ni gemidos, ni billetes, ni contratiempos. Es tu nombre junto al mio.

miércoles, 26 de octubre de 2011

No se me ocurre nada.

No se me ocurre nada, ni árboles de otoño, ni adoquines sucios y llenos de hojas, ni miradas, ni entradas ni salidas.

No se me ocurren nombres, ni pronuncio cadáveres, ni recojo cenizas, ni juego con fuego, no se me ocurre ni inventarte entre las sábanas de ceda que no visten mi cama.

Ni el azul, ni el rojo, ni sabina. No se me ocurre hablar de ti, ni de nadie, no tolero pensar, y mejor canto, luego me callo porque olvido las letras y miro de reojo hacía la calle.

Ni gatos, ni perros, ni sonidos de ambulancias, ni el tren que pasa siempre a la misma hora. No se me ocurre noches, ni días de fiesta. No hay pasados, ni futuros, sólo un montón de tierra. No sueño, no veo en las caras la tuya, ni en los remiendos mi corazón escarlata, solemne que no espera.

No se me ocurre despeinarme, ni descansar, ni dormir, ni beber agua. No tomo té de fresa, y he dejado de usar azúcar morena. No cocino pasteles, ni pastas, ni le pongo manzanas a la tarta. No se me ocurre pintar puentes, y el oleo resbala por mis dedos, y no me mancha.

No se me ocurren nada, ni luciérnagas, ni bicicletas moradas, ni tu voz. No hay en mi mente racimos de flores blancas, no hay cosechas doradas, ni dios, ni monte, ni adoración. No se me ocurre regar las plantas, ni abonarlas, ni hablarles.

Dejé de susurrarle al viento, por eso, porque no se me ocurría nada.

lunes, 10 de octubre de 2011

Borrar...

No hay manera de borrase completamente, con más ganas que tenga de no haberte existido, pues, sigues buscando de alguna manera mi recuerdo. Quisiera que me olvidaras y quisiera que no volvieras a gastar mi nombre.

Quisiera muchas cosas, pero es imposible, tal vez el tiempo de hará darte cuenta que lo que haces es andar en círculos. Tal vez si vuelvo a contestarte en silencio, tal vez si te das cuenta que tus amenazas ya no retumban, tal vez si te dieras cuenta que ya no te temo.

En conclusión, que escribo para no faltarte al respeto, pero tienes que entender que ya no hay nada qué buscar. Cuando al décimo llamado alguien no te contesta es porque no le interesas. Ni es hacerse del rogar, ni es tampoco, una manera de llamar tu atención. Es porque realmente no me importa.

Y si, me cansa, me fastidia tu insistencia, ya no creo en los buenos modales, ni ponerme en tus zapatos, ni tratar de entender, ni seguirte la corriente. Simplemente, y siguiendo con la misma linea, quisiera borrarme de tu mente.

sábado, 1 de octubre de 2011

Ilegible.

Intangible como las nubes lejanas, enamorada como si le viera diario, tal cual si noche tras noche acompañara mis silencios. Estoy pero no, y, aunque quisiera estar me ausento.

El destino es un largo hilo del cual, estamos amarrados uno a cada lado, a veces pienso que ni el peso de la vida podrá juntarnos justo por en medio, por la gravedad de los cuerpos, por el simple hecho de querernos.

Vuelo de un lado a otro de la casa, me acomodo en el sofá, prendo la tele, leo un libro que termina por recordarme a ti y lo cierro de golpe, para luego acariciar la tapa y con los dedos dibujar tu nombre. Luego, miro por la ventana y parece que te veo venir entre las persianas, ni rastros de tu voz, es curioso por más que grito, ni mi nombre te ha alcanzado.

Empiezo a temer que me hayas olvidado, busco de un lado a otro de la sin razón, ésta manía de quererte, escojo las opciones más dramáticas, supongo que para cuándo me entere de las reales no me parezcan tan odiadas. Miro el reloj y veo las horas, cuento.


Parezco tan extraña, no te existo, es cierto.

8%

Es posible que mis letras se quedaran sin alma, que se secara para siempre las ideas con las que mojaba mis labios para no gritarlas. He pensando en la posibilidad de que, parte de mi, se quedara dando vueltas en círculos sobre una misma idea y no pueda evolucionar, para llenar tal vez, o aunque sea sólo un poco de frescura ésta parte de mi.

Cuanto pasa cierto tiempo sin querer escribir me preocupo, no soy de las que se quedan en silencio cuando quedan rastros. Ahora, empiezo a notar que algo está cambiando, que las cerraduras se oxidan, que los tiempos cambian, que octubre nos aparece en el camino.

Tan difíciles son las desiciones, como tan absurdas las coincidencias. Quiero dejar de acariciar las pestañas del "hubiera"; perdonarme por haber dejado de amarte, y dejar atrás el atrevimiento tuyo de no saber hacerlo.

No sé si entienda todavía las razones, ni sé si está bien acordarme de ti de vez en cuando. Pero cuando volteo atrás delicadamente, es difícil encontrarte merodeando entre mis muros, más bien, tengo que poner atención y buscarte. Somos lo que hemos escrito en las paredes de otros, somos la historia que se comparte. Yo soy sólo silencio de tu boca, y un par de reproches bien vengados.

Quisiera borrar el cielo con tu sombra rota, que se caigan las hojas, que terminen los días, que veamos que para estas fechas ya nada se tiñe de blanco, ya nada se espera. No quiero aprender a olvidarte, quiero más bien encontrarte en alguna parte, tener en mi mente la apariencia de que realmente exististe, te borraste tan deprisa que pareces que te he inventado.

Dejémonos de fechas, de ochos por ciento, dejemos que todo aquello se turbe y colisione. Dejemos de evocarnos, aunque sea, en el silencio.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Del tiempo..

Yo esperaba con los brazos cruzados al que tiempo avanzara. Lo que hace el tiempo es eso, es recorrer una y otra vez, por el mismo camino las manecillas del reloj.. 5, 12, 4 una y otra vez.

El tiempo oscurece las simbólicas luces, los cuadernos se cierran, las estaciones cambian. Hasta los tranquilos sucesos se desencadenan y todo, pero todo se acaba. Y así espero yo, como el tiempo espera a que se ponga el sol, a que pasen los solsticios, a que no haya más tierra que recorrer hacía sus brazos, más que un "lo quiero". No condeno el tiempo, ni espero que el me haga ningún caso.

Basándome en las horas que pasaron en relación proporcional de todas las cosas que fui dejando, absorbiendo, aprendiendo, y porqué no, desechando. Después de que el humo sea el arte preferido de la ausencia, de la penitencia y el destierro, dejo de una vez por todas la mágica cruz de la incertidumbre que se desplazaba por todo mi intelecto, o por mis tres dedos de frente, tal vez de mi mano derecha, o de los anillos que no significan nada.

Caray, que no parece tan difícil, si con tan poco soy feliz, con una tarde frente a un tablero, un te de fresa, un par de risas compartidas, y el sonido de una voz. El tiempo quizá se ría de mi al ver lo simplista que me he vuelto, al ver que me he quedado sin hacerle caso, y que, quizá tal vez, sólo por momento parece olvidado.

martes, 13 de septiembre de 2011

Mi debilidad.

Tengo una debilidad muy grande, tengo que confesar. Cuando duermes pienso en el momento en el que despertarás y en las ganas que tengo de estar ahí contigo cuando abres los ojos, y ser lo primero que mires. En vista de que no puedo hacerlo debido a fallas técnicas y metafísicas mundiales, te escribo.

Teniendo la intención, no sé si buena o mala, de ocupar tus pensamientos desde el principio de tu día, de acariciarte con finas letras y besar tus labios con una sonrisa. Para que no olvides cuánto te amo, ni todas esas cosas bonitas que haces sentir. Tengo que confesar también, que no soy perfecta, que tengo miles de defectos y que me muero por compartirlos contigo. Quiero que me conozcas entera, quiero mostrarme tal cual, y que me quieras.

No hay mucho verbo en lo que siento, hay magia, y mucha, pero mucha suerte. Lo demás está por verse, y tengo tantas ganas de vivirte, que te pienso a todas horas, aunque duermas, aunque no llegue a volar hasta tus sueños, aunque me debilite, aunque pierda.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Un camino.

En vista de que ni todo el mundo pudo esconderte de mi. En atención a que la distancia se hizo añicos, en que el tiempo se seco, y las diferencias desaparecieron. Comienzo a creer en eso de la predestinación.

No es que tu alma sea idéntica a la mía, simplemente nuestros corazones hablan el mismo idioma, caminan juntos. Y estoy segura que ya existías en mi vida antes de encontrarte; te escribiste en mis pensamientos, los deletreaste. Y ahora vamos por las calles silbando la misma melodía.

Sin tocarte la mano, te siento, sin decirte todo lo que me haces sentir, lo sabes, sin besarte mis labios te tocan por las noches, mi lengua se mece en la tuya, mi cuerpo se amolda al tuyo, y las caricias vuelan hacía ti.
no lo sé

Qué importa lo que piense el mundo, si te amo, si vivo, o vivo de ti. O qué carajos tiene que pensar los demás. Si para encontrarte tuve que cometer errores, si para besarte tengo que esperar un poco más, no importa. Porque sé que estaremos bien, porque ahora sé qué no quiero, ahora entiendo que todo fue una preparación para ti. Un camino para llegar a casa.

sábado, 10 de septiembre de 2011

En la mesa.

La tarde salpicaba rayos de luz toda la cocina, ni una sola nube. Sentados como siempre frente a frente, hacíamos ruido con los cubiertos, mientras los platos descansaban sobre el mantel de cuadros que tu madre hizo y, supongo nos regalo porque no tenia dónde ponerlo. Pan, carne dorada, vinagre, especias, y un poco de queso servia la mesa. No tomamos vino porque, simplemente no soportaba mis risas después de un par de copas. Sorbíamos agua de limón fría y con poca azúcar. Yo volteaba hacía los platos, para calcular cuanto tiempo estaríamos ahí. Tu volteabas hacía afuera, como si algo interesante estuviera pasando.

En silencio, sin pretender contarnos nada, aguardábamos a seguir con la rutina de los sábados. Al terminar, recogí los platos, y los llevé a la barra para poder lavarlos. De espaldas a ti, no escuché cuando te acercabas hasta que, ya sin opción, escuché tu respiración molesta y pesada en mi oído.

Tus manos suaves pasaron por mi cintura y comenzaron a jugar con mi ombligo. Inmóvil, sentí como mi cuerpo se endurecía. Tus manos como un par de cadenas sujetaban mis ganas y las dejaban encerradas en mi pecho. En cambio, todas tus intenciones se resbalaban por la frialdad de mi cuerpo en aquella tarde calurosa.

Comenzaste a besarme el cuello, y yo, a fregar los platos. No hice ni un sólo gesto, cansado de mi indiferencia, tomaste mi cintura y me volteaste hacía ti. Encima te vertí, con algo de mala intención, el jabón y los restos de limonada. Mi plan funcionó y tu cuerpo se alejó del mio, empezaste a limpiar tu camisa y yo me disculpe, saliste de la cocina y yo seguí limpiando la cocina, observando la tarde, y observando al tiempo.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Aviso.

El veneno mancha todavía las paredes sucias ya de la conciencia. La maldad ruge fuerte y decapita los sentidos. No hay lagrimas que empañen la vista del que odia, ni verdades que sean más fuertes que las propias. El necio espera que el odio termine por exportar al amor a otras partes, cree en lo que le dicen otras lenguas plagadas de ignorancia, y ensucia su cariño, porque no le queda otra.

Pero al mojar con tu saliva lo que queda, se distiende como globo la madera de mi puerta, para cerrarla sin candados, sin ataduras. En el umbral, ni las esperanzas se han salvado. Toca fuerte, da de patadas, que todo será en vano. Hay pocas cosas en la vida en las cuales no se pueden meter mano, entre ellas el amor. No se decide a quién se ama, ni se reprime la indiferencia.

Y no vale la pena sonreír a lo patético de tu odio, de las cosas que se quedaron debajo de la cama, de los recuerdos que, rápidamente se largan al olvido.

Ya no me hacen daño tus palabras, ni tus reproches, ni me toca tu mano en la mejilla. Quizá si lo escribo entiendas, quizá si te regreso un poco de veneno con mis letras, termines por vacunarte del propio.

Sé feliz y deja que el resto lo sea, que para odiar ya no queda tiempo.

jueves, 8 de septiembre de 2011

No.

No es por miedo que, cada que despierto busco con mi mano y los ojos aún cerrados, ese pedazo de ti que duerme bajo mi almohada. Te escucho, y sin sentirte, te encuentro pegado en mis sábanas.

Y reconozco; las flores envejecen al instante si no eres tu quien las manda. Los poemas estériles de ti, plagan mis cuadernos y los libros que ya no he vuelto a leer, por creer que, al hojear lo que con otros ojos he leído, falto a tu memoria y al amor que está enterrado vivo, aquí, entre mis cuatro paredes.

No tienes responsabilidad de lo que te quiero, quizá de la distancia que se teje en el orvallo sutil de tu trinchera. Las caricias muerden polvo cuando pronuncio tu nombre y nadie contesta. Y los unicornios azules vuelven y se desvanecen, no los reconozco. No es imposible que mis ojos, cansados de ser miopes no piensen más en verte, ni que se derrumben las comisuras de mis labios por no tenerte cerca.

No quiero pronunciar palabra efímera, ni hueco carente de ti. No son graves las voces, ni largos los atardeceres. No hay minutos que contar en reversa, ni lagrimas con tu perfume. No es por miedo que, no te diga que te espero cada tarde, cada noche, a que vengas.

martes, 6 de septiembre de 2011

Mi chico de futuro.

Mi chico del futuro tiene una mirada profunda y noble, la calidez de un abrazo familiar y valor para compartirlo conmigo. Mi chico del futuro me hace reír y suspirar al mismo tiempo, si me hace llorar limpia mis lagrimas con su camisa blanca y no se molesta en ver si la he manchado.

Mi chico del futuro sabe esperar, entiende que puedo llegar tarde y que pierdo las llaves antes de salir de casa. Él me ama porque me sabe parte, sin esperar que yo le diga de vuelta, y ha dejado los miedos antes de rendirse en mis brazos.

Mi chico del futuro se desvela con tal de escuchar mi voz, y duerme con el teléfono en el oído para estar conmigo más tiempo. Él me sabe sin siquiera conocerme, me besa antes de hacerlo, sutilmente en el viento y recorre el camino hacía mi con los ojos cerrados.

No hay fronteras ni diferencias tan grandes como para no tomar mi mano y llevarme con él sin siquiera prestar atención en el camino de incertidumbre que puede esperarnos. Mi chico del futuro no hace promesas, ni habla de cosas que no puede cumplir, él me sorprende al decir "te quiero" mientra me muerdo los labios.

Mi chico del futuro no es lo que siempre he querido, es algo más. Es lo que no he buscando, el fortuito caso de enamorarme sin pensarlo.

lunes, 5 de septiembre de 2011

No me beses en la frente.

Amaneció con un pesado dolor de cabeza, como si el techo entero se hubiera caído sobre ella o la hubieran prensado durante la noche contra una almohada de piedra. la imagen, tal como si acabara de suceder le empapaba la memoria. Aquella noche en la cocina de casa de su madre, la ultima vez que le vio, si es que se le puede llamar así apareció de pronto, reprochando su olvido.

Se tocó la frente fría todavía por el recuerdo, y empezó a recordarlo todo. Sus manos suaves y blancas, esa cara de "no ha pasado nada", sus ojos viendo hacía otro lado. Sus labios se colocaron frente a ella, e intentando recordar por ultima vez el sabor de sus besos encontró el acero de sus labios en la frente. Recopiló aquellas promesas que se escriben en cubitos de hielo, y recordó que las certezas están en el de mazo cartas de un mago, y así como así desaparecen, como un truco viejo.

Caminó por lo largo de esa memoria empañada en lagrimas, intentando, esa mañana, ser objetiva con el pasado. No lo logró. Las cosas son tal cual suceden, y no hay cosa más clara que dar la despedida besando cruelmente en la frente. No debe haber señales más claras de la indiferencia que permanecer estéril e inmóvil ante el fracaso. Volvió a cerrar los ojos y, como si hubiera despertado a la realidad, entendió todo.

JOAQUIN SABINA - NOS SOBRAN LOS MOTIVOS



Cerrado por derribo, hasta que se me pasen las lagunas mentales.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Uno de esos días.

Hay días en que mejor sería no levantarse de la cama, dice una canción. Y me quedé pensando en la frase mientras transitaba por esos días, en que todo se acumula, y parece que, los pendientes, los correos electrónicos, el trabajo repentino y urgente, y no sé tal vez también los problemas personales, van a explotarte en la cara en cualquier momento, como una bomba de tiempo.

No es bueno perder el tiempo, pero tampoco tengo otra manera para calmar mis ansias que escribiendo y, en parte, desprendiéndome de los problemas con cada palabra que tecleo fuerte y sin detenerme a pensar mucho en lo que estoy escribiendo.

De eso se trata el blog, supongo, de dejar de mi lo bueno, lo malo y lo peor, para liberarme. No era otra mi intención desde que lo abrí. Aunque de él hayan surgido muchas cosas, como conocer mi cariño por escribir, encuentros cercanos del tercer tipo y con ellos el amor.

Y mientras veo el reloj avanzar, mientras trabajo también contra él, me detengo cinco minutos, que en vez de usarlos en tomar algo de agua o comer, prefiero emplearlos en desahogarme de alguna manera, aunque no cuente detalles, aunque no sea muy clara, como la mayoría de las veces, en lo que escribo.

Vuelvo al trabajo que seguramente no me dejará escapar hasta muy tarde. :)

Pd. Es el mes que menos he escrito en todo el año :S

jueves, 25 de agosto de 2011

Aplastado.

De camino a casa, pensaba en la ausencia de aquel sujeto. Desde cuándo se habían dejado de amar, y qué duende tan cruel los había obligado a permanecer. Los fines de semana ella, tomaba sus precauciones, y hacía planes, siempre, sin él. Inventando mil escusas para no tocar sus labios, para verle lo menos posible. Él por su parte, llegaba tarde a las citas, llamaba cuando sabía que no le iban a contestar y hacía todo lo posible por mantenerse ocupado en el trabajo.

El cariño era un cascarón vacío dónde sólo quedaba la palabra, los años, y las experiencias. Ella lo amó tanto que se terminó el amor en alguna comida que le hizo y que él no supo apreciar. El terminó por conformarse con ser exitoso y comprobar que era un hombre de provecho, dejando, siempre atrás su vida personal. Pero seguían juntos porque era más cómodo.

Hoy después de tanto tiempo, y después de llorarle unas cuantas noches. Descubrió lo lejos que se encontraba el amor de ellos desde hacía tiempo. No se puede sepultar dos veces al mismo muerto. Uno lo entierra, le llora, lo vela, y le pone flores. Después la nostalgia. Y entendió lo hipócrita que puede ser el amor cuando ya no se encuentra un significado real a esa palabra.

La pérdida nos puede mantener ciegos por algún tiempo, pero siempre la verdad sale a flote, y el desamor, aunque escurridizo a la razón, termina por aplastar de golpe, las lagrimas que no se sienten.

Olvido.

No es que no quiera hablar del tema, más bien, creo que hay ocasiones en que las paredes parecen tener más vida que los sentimientos, que, sin notarlo siquiera, se han dejado caer por la coladera de la ducha, donde tantas veces se han lavado los recuerdos.

Son ya varias noches que le doy vueltas al asunto, mientras trato de entender, o por lo menos de justificar el "porqué" de las cosas. Ese es mi problema, justifico a terceros y cuartos, y dejo en el tintero lo que a ti, con toda esa manía tuya de no comprender lo que digo, te toca. No hay sucesos que me delaten de manera mucho más sobria que mi propia frialdad. Y lo sabes.

El frío de mis pasos no es más que el viento que ha dejado, al caerse en mil pedazos el pasado que acompañaba los tuyos. Ves el piso mientras me escuchas, tomas tus manos y las entretejes como si ellas te fueran a dar una respuesta. Y no entiendes que la respuesta está en mi ojos, en las comisuras de mis labios mientras tartamudeo las ideas que me vienen a la cabeza, y dejo atrás todo lo que mi corazón está sintiendo. No porque quiera callarlo, si no, más bien, porque no te interesa.

Hace tanto tiempo que me fui, que parece increíble que todavía sigamos guardando razones para tener en la mano un boleto de vuelta. Te reto a que hagas un inventarios de mis acciones, que cuentes uno a uno mis defectos, que los hagas explotar para que me den en la cara y cubran de manchas azules mis ojos, mis labios, y mi cabello. Dejemos exhibir (una y otra vez, si te place) en una carta, en un boceto, en los borradores de tu correo electrónico o de tus recuerdos, todas las cosas que, por no saber rendirme, dejé pegados en tu memoria. Acaba, para tu tranquilidad, conmigo y mis acertijos.

Esta vez no te pido compasión, te pido olvido.

miércoles, 24 de agosto de 2011

te amo.

Es como si de pronto reestructuraras mis necesidades. Cuando las cosas que buscaba se pierden en la superficialidad, y el trabajo sea, por mucho, sólo un medio y no un fin, como antes lo entendía.

No sé si las cosas puedan acomodarse de tal forma que, entre tanto mundo, nuestras existencias transiten libremente juntas, sin atender al tiempo, ni al cansancio. Eres por mucho, mi fuente de inspiración, llenas mis letras, mis días, mis noches, mis sonrisas, y mi Iphone de detalles tuyos, de ti.

Te quiero, y aunque no tenga la manera de tenerte ahora mismo, aunque se me rompa en pedazos el tiempo, el corazón y las circunstancias, te quiero en mi vida, me quiero en la tuya, y todo se aclara en mi mente. Eres la razón por la cuál he llegado hasta aquí, y no lo hubiera entendido nunca, si no te hubiera conocido.

jueves, 18 de agosto de 2011

Para ti.

Escuchar tu respiración y sonreír, no desear otra cosa en el mundo que estar de tu lado del telefono. Contemplar tu rostro cuando inhalas o exalas. Poderme recostar en tu pecho, y escuchar por horas los latidos de tu corazón, quedarme dormida justo ahí dónde también sueñas.

No me sorprende ver lo mucho que te quiero, y mucho menos descubrirme escribiendo mientras duermes lejos de mi. El amor es así, y no puede haber nada más sincero que lo que mi corazón siente, y los millones de pensamientos que se atraviesan por la mente y resbalan por la garganta haciendo un nudo. Vivir contigo, en ti, disfrutar plácidamente de éste amor que parece crecer y por un momento voltear hacía el cielo y sorprenderme de lo grande que se ha vuelto.

Hay cosas que tengo muy claras, entre ellas; que te quiero, y que quiero estar contigo. Todo lo demás parece amontonarse y escurrirse con el pasar de los días, del trabajo y la monotonía. No me atrevería a decir estas cosas si no sintiera, tal vez, como siento ahora mismo, lo mucho que compartimos, y ver como la sintonía del corazón nos alcanza a cada momento como reclamándonos el estar lejos.

Y qué si te digo que quiero que seas el hombre de mi vida, y qué si te siento tan mío que no quiero compartirte ni con el aire, ni con tu mundo, ni con el mío. Te amo, y a tu viento que escucho, y a tus latidos que presiento. Te quedas dormido, y yo, lo único que quiero es besarte.

Intuición.

Cuándo las cosas causan tedio e irremediablemente, desesperadamente e indudablemente lo único que quieres es desprenderte, sacudirte, escabullirte. La cosa es muy fácil, si lo ves de un modo simplista; le pones "delete" y te largas a otra parte. Todo tendrá consecuencias, pero nada que no haya pasado antes, ni nada que no se "supere" con el paso del tiempo.

Así pasa con todo en la vida, siempre hay opciones, o sigues en el agobiante paso hacía el infierno personal, o le pones un "hasta aquí" definitivo por más que duela o saque de base. Hace tiempo descubrí que no hay herramienta más efectiva que la intuición, siempre se sabe qué es bueno, malo, peligroso, engañoso, sincero, o acarreará conflicto desde el principio. Aunque no lo queramos ver, y nos pongamos miles de dedos de frente para tapar la realidad y lo que evidentemente se percibe. Por eso no confío de todo en la razón, ésta puede jugarnos juegos de palabras, y empezamos a justificar nuestros verdaderos sentimientos.

Ante todo, y como dice aquel libro que él me regaló "A dónde el corazón te lleve" es la herramienta más útil del ser humano. Muchos tenemos el sentido agudizado en diferentes partes del cuerpo, supongo, en la cabeza, el corazón, yo en lo personal en el estomago, cuando algo no me parece, pum, la espina se clava y bueno sólo mis propias mentiras razonadas pueden hacer que olvide, más no deje de sentirlo.

Y hoy, sin más pretensión que aclararme un poco la mente, escribo, y hago caso a las corazonadas e intuiciones que marcan mi mundo. Hacía dónde voy, y si es lo que verdaderamente quiero. No toleraré más falsedad en mi vida, ni más represión hacía lo que verdaderamente quiero y siento. Si algo no me parece, lo sacaré de tajo, y punto, sin cuestionarme nada, ni poner "peros".

No hay justificación, hay sensaciones, y sobre todo, hay sentido común. O quieres algo o no lo quieres, nada a medias. Extremista, puede ser, pero creo, es lo más conveniente para la salud mental y espiritual. El tiempo se va volando, y perderlo es algo de lo cual no me daré el lujo.

Buenas tardes. Me voy a pedalear.

lunes, 15 de agosto de 2011

Curiosidades.

Era difícil recordar cuantas cartas había escrito, ni cuántas faltarían para que, al fin, se diera por vencido. Aquella tarde, y sin contar con ello, llovió tanto que la calle de pronto se vio sumergida en el agua café que parece emerger de quién sabe dónde, y todo empezó a tener un color verde claro y potente. ¿Cuántas tonalidades de verde se pueden conocer en una vida?.

Los brazos se le entumían un poco y antes de pensar en fumarse otro cigarro, tomó una pluma, como si no existieran medios electrónicos, y, comenzó a escribir, una y otra vez, desechando de vez en cuando las hojas, haciéndolas, con el puño, una esfera casi perfecta, manchada de cosas que no se atrevía a decir, ni siquiera frente al papel. Reflexionaba de vez en cuando mordiendo el bolígrafo y observando la lluvia caer ruidosamente desde el tubo de desagüe que pendía del techo. Diez años después y el mismo remitente encaraba al mismo destinatario. Recordaba los fines de semana tirados en la cama, las noches de lectura, las cenas de apenas un trozo de pan y queso, y las caminatas por los rincones de los parques apagados. Todo, en retrospectiva parecía perfecto. Atrás habían quedado las acciones, lo errores, los pleitos, y las largas noches de insomnio, esperando una palabra suya. Hoy escribía para él, para abarcar en letras lo que con sus labios no era posible decir.

Comenzaba siempre con un; Debes estar preciosa, y terminaba sin decir adiós, sólo con lineas y una carita feliz ":D" Pocas veces la soñaba, era como si conviviera con ella a diario. Entre su ropa, la casa, el trabajo, el coche, las melodías del medio día, la ensalada que tanto le disgustaba, y los dulces que aún le compraba cada semana en el supermercado, por si, por alguna razón iba a visitarlo.

Ninguna tarde era diferente, su cita a las siete en punto religiosamente y sentado en la mesa de la cocina dejaba caer la carga del día, contándole todo. Desde lo más simple que es despertarse por la mañana y encender la radio para confirmar la hora, hasta lo tediosa que se estaba volviendo su maestría a mitad de semestre. Las cuentas que había que pagar, los sobrinos que cada día crecían más y más, y lo triste que estaba el gato del vecino desde que había muerto la la esposa de éste. No ocultaba nada, quizá sólo aquello que era evidente, la extrañaba.

Entonces al terminar, generalmente después de cuarenta minutos, cerraba la carta, la envolvía en un sobre, lamia lentamente el sobre como si lo besara, el sabor del pegamento ya era para él como un manjar, como si de repente hubiera inventado un recuerdo y los labios de aquella mujer se enterraran en su paladar y su lengua, poco seca después de tanto tiempo. Sorbía un poco de ginebra y agua quina, su favorita. Y guardaba en el archivo del mes: agosto, septiembre, enero, todos con diferentes colores, para no olvidar en qué año, mes y carpeta se encontraba cada uno. Cerraba con religiosidad su pequeña caja de secretos y volvía con su familia, dónde su esposa ya cocinaba pollo con crema de todos los miércoles.


jueves, 11 de agosto de 2011

Búsqueda.

Hay cosas que no se deben prometer, a mi parecer; el amor, y la eternidad. No se prometen porque si estas dispuesto a brindarlo, creo, no importarán las promesas ni nada. Hoy leí una hermosa frase que decía algo como "Si una persona realmente quiere verte, hace todo lo posible para llegar a ti" - Sin miedos, sin excusas." Bueno que eso sì se puede prometer, hacer todo lo posible por conseguir el amor, o ve tu a saber qué; la oportunidad.

Entonces me quedo viendo todo lo que implica tomar esas decisiones, y las largas filas, costos, horas, y demás menesteres poco románticos que deben de ponerse a prueba por conseguir lo que tanto se quiere. No sé que le pase al mundo, ni sé porque todo se vuelve tan lejano. Pero no me espero sentada a que las cosas se acomoden, veré la forma de obtener lo que tanto deseo, de alguna manera.

Y hoy, en búsqueda de esa oportunidad me encuentro.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Lo terrible.

La manía impredecible de quererte; de esperar tus labios, tu costumbre ésta de ser lo primero que viene a mi pensamiento cuando voy despertando, en buscar tu voz por todas partes, y que el tiempo se vuelva polvo cuando se trata de querer tocarte.

Acariciar tu mano mientras palpo el aire, ese que te esconde de mi, que te deja perdido entre el mar y la tierra, y un montón de papeles, y un escritorio. Hoy, sin más, sin querer aparentar otra cosa, me gustas. Y luego vendrán todas esas sensaciones, del miedo al miedo y la angustia. Pero también viene tu risa, las cosas que se dicen y mis ojos cuando te pienso.

La terrible sensación de que, en cualquier momento te borrarás y serás como un tatuaje que jamás ha sangrado. Lagrimas de esas que se van por la garganta antes de caer en pedazos por las mejillas. Y sopla el tiempo, y te vas. Parece como si se escribiera una historia a ojos cerrados, dónde los puntos no concuerdan, y las lineas quedan chuecas y la letra se perdiera.

No somo más que baile de soledades, ni somos menos que éstas ganas de besarte. Y las palabras se mecen como tratando de hacer el tiempo al que le faltan cuerpos, y tejiendo pestañas que se abren y cierran al compás de toda esa agua que parece ahogarnos.

Somos, o sólo soy, porque yo te sueño, y tu existes gracias a que te invento.

lunes, 8 de agosto de 2011

Al grano.

El calor de agosto le empañaba los lentes, mientras una gota de sudor recorria su pecho lentamente. Tras escudriñar los laberintos de sus ojos aquella noche, se dio cuenta de lo absurdas que eran las despedidas. Todas son iguales. Entonces la luces de los árboles se alisaban y se dejaban ver largas y manchadas sombras. Por la ventana las personas caminaban dejándose escurrir por el vidrio mojado, sólo figurando lentamente hasta desvanecerse. Era fácil darse cuenta que tras terminar de llover volvería el calor, y quizá un poco de brisa del sur para empapar la noche.

Si se ponía atención se podría escuchar al ronco viento y como éste hacía erizar la piel con su rugido. En esas horas que todavía no es noche, ni es día, era de locos encender la luz del cuarto, pero él, más por miedo que por oscuridad decidió hacerlo. Frente a ella manchas rojas y azules como visión de fotoquinesis. Nunca había sentido como se quiebra la voluntad por dentro, hasta que la certeza de la traición se precipitó contra ella, arrebatándole, orgullo y vanidad. Todo al mismo tiempo. Fue así cuando un chillido extraño le araño los tímpanos y la hizo volver a ese cuarto, y a esoso ojos. El se ponía a hablar con las manos cuando algo le molestaba o estaba nervioso. Ella simplemente seguía escuchando: las campanillas de la bicicleta del niño de la esquina que hacía poco tiempo habìa dejado las ruedas de apoyo y ahora iba y venía por el barrio mientras su madre lo esperaba en la puerta. Los autobuses que llevaban ya el ultimo pasaje del día y que seguramente iban atiborrados de gente. La señora del piso de arriba golpeando el mantel y dejando caer las boronas de la comida para servir la cena más tarde. De repente una corriente de inquietud se desparramo sobre sus manos, y estas empezaron a sudar amargamente. La voz del hombre frente a ella se había desplazado por el pasillo aumentando su velocidad y su tono. El dolor que le hinchaba su piel hasta casi reventársela le impidió contestarle.

No había ya ni una sola luz en toda la calle, el ruidoso silencio empañaba ya los pasos del sujeto que iba y venía consolando un poco, la tenue quietud del silencio. Cuando la fatiga la obligo a cerrar los ojos, él encendió un cigarro y tomó las llaves de la taza que tintinearon de manera melodiosa despertándola del micro sueño apenas obtenido. De pronto el sonido del adiós dio un portazo, y las nubes cubrieron de nuevo el cielo oscuro, dejando caer las lluvias de agosto sobre el tejado.

jueves, 4 de agosto de 2011

MeValeryM

Pues eso, que nunca he dicho porque mi blog tiene ese nombre. En principio porque así me llaman, y después, porque realmente me valen muchas cosas, entre ellas, decir lo que siento.

Dicho esto, me quedo pensando en lo que me ha cambiado la vida. Lo diferente que soy de hace un año, de hace seis meses. Es parte del crecimiento, de las cosas que pasan, de las situaciones que cambian. Ayer le decía a un buen amigo que parece que la vida se empeña a volverme "cabrona". Y cada día me vuelvo más dura, mucho más desconfiada y quizá, muy, pero muy fría. Me parece que es mucho más cómodo para el alma acomodarse detrás del escudo de la indiferencia, y que nos valga madre, lo que de los demás recibimos.

Sé también que con el tiempo todo termina por no importar demasiado. Y que los temas tienen fecha de caducidad. Ayer por la noche pensaba en "las segundas oportunidades" pero creo que lo estaba enfocando hacía otro lado. Y, apenas ayer no creía en ellas. Hoy, puedo asegurar que existen. Pero las oportunidades nos las damos nosotros mismos. Ni la vida, ni los dioses, ni las personas nos darán esa segunda oportunidad. Pero no porque no quieran, si no porque no les interesa.

No existe en la vida ser más poderoso, y hablo de la vida de cada uno, que uno mismo. Hace tiempo que dejé de creer en los milagros y en las cosas que se resuelven por arte de magia. Los rezos y las penitencias se quedaron en mi otra vida. Hoy tomo las riendas de mis decisiones, las cuentas de mis errores, pero también me hago vales para segundas oportunidades. No es que no crea en Dios, creo, pero no lo culpo, ni me justifico en él. La cosa es simple, no hay nada en el mundo que se mueva si tu no quieres que así sea. Claro me refiero a las cosas que dependen de nuestra propia voluntad, lo que depende del otro se queda dentro de la esfera de voluntad propia. Y así vamos rodando por la vida. Cosa simple, hoy me doy una segunda oportunidad y una diferente perspectiva.

Primero, me libero, dos, me decido, y tres, me dedico a hacer cosas para resolver mi vida.

sábado, 30 de julio de 2011

Hastío.

Escribo para construir imágenes que aún no llegan. Es como dibujar un plano mental de mis deseos golpeando el teclado y cerrando los ojos mientras imagino. Otras veces, sólo me ayuda a entender, por ejemplo, como las consecuencias son lazos que no se rompen hasta que se pagan por completo las deudas del pasado. Son cordones que penden del cuello y al final, con un nudo, tienen una pequeña nota que dice: "no vale la pena", pero no podemos leerla, hasta que se cae y la recogemos del suelo, y vemos que tanto lidiar con ese peso, fue, casi siempre, innecesario.

Las lunas de abril, los amaneceres de agosto, los listones, las risas, y todo lo que se me pueda ocurrir se ha transformado. De pronto el tiempo se borra de la mente, y lo único completamente nítido son cosas que no han ocurrido. Y veo como el corazón es insensible algunas veces, olvida de tajo sin pretender guardar un poco para la nostalgia. Cuando ha decidido hacerlo, no permite rastros, y fríamente deja que todo el tiempo invertido en crear recuerdos se vaya al carajo.

Quisiera, sólo por ese complejo de coleccionista que tengo, poder recordar algo de ti, pero me cuesta imaginar tu cara, y tus complejos de hombre alto. Quiero recordar las cosas malas, y poderme reír de lo bueno que pasamos, pero no puedo. Un velo de insensibilidad ataca mis entrañas y tu nombre no me sabe a nada. Qué crueldad esto de saberte olvidado.

Entonces, parece que me he inventado una nueva forma de escribir, dónde el retorno no existe, y todo lo escrito se va borrando con el vaho que despide mi cuerpo y se queda en la atmósfera del pasado y de cada minuto que deja de existirte. Parece, porque nada es completamente cierto, que el cantar canciones dónde uno se siente comprometido es la manera más sencilla de describirse, y, aunque hoy sienta que no significas nada, creo que al final siempre estarás en algún recorrido obscuro de los escondidos momentos del pasado.

No quiero ver como las cenizas salen volando y no se detienen ni a molestarme en los ojos. Quiero verte en sueños y poder decirte que me siento mareada por tu ausencia, echarte la culpa de algo. Pero, ahora me doy cuenta lo poco que sembraste, es triste ver como usaste tantos años y dejaste seco la parcela que reserve para ti.

Y lo único que me hace recordarte es el hastío de esos besos, la piel sin ganas y los reproches. Debimos dejarnos antes de explotar aquella tarde de enero. Pero las cosas cómodas deben sacarse desde tajo para no dejar nada que haga regresar a lo mismo. Supongo, que, finalmente ha sido la dosis correcta para matar lo que ya no existía, para terminar con la costumbre, son las "sin ganas", con es fastidio.

miércoles, 27 de julio de 2011

De antojos.

Quizá llevaba veinte minutos manejando sin saber a dónde ir. No importaba mucho, escuchaba a Sabina, y eso me tranquilizaba, casi siempre. Esa noche decidí no pensar en nada. Ni en ti, ni en las circunstancias, ni en la lejanía, y mucho menos en los temores que me complicaban casi siempre, mi toma decisiones. Recordé que Andrés me había hablado de la diferencia entre complicado y complejo, y en ese momento lo comprendí en parte. Definirme era difícil, más no complicado, simplemente era una mujer compleja. Punto.

No sé qué hacía mirando hacía abajo cuando debía mirar enfrente. Pensé mientras recordaba todas esas conversaciones de aquella noche. Era fácil imaginar su mirada pixeleada, y su acento. Aquel que me hacía olvidar la soledad que casi siempre me acompañaba. No sé si pertenezco realmente por mandandato a otro lugar, ni sé si el destino realmente llega a alcanzarnos. Lo que se es que mi corazón está completo cuando lo escucho del otro lado del telefono, y mientras lo veo a los ojos. Sin importar que tan difícil sea entenderlo.

Las voces son un complemento de la apariencia, son las señales de alguna parte del cuerpo que trata de salir y manifestarse. Y eso eres para mi, una voz, que, aunque conexa completamente a mis sentidos, siento tan inalcanzable. Debe ser la lejanía, mis problemas y mis miedos. De ahí parte todo, supongo, de las cuentas regresivas y de pensar si, todo esto es un sueño o no.

No pueden juzgarme por tener temores e inseguridades, todos los tenemos. Simplemente que yo, los manifiesto y no los escondo. Quiero encontrarte en mi vida, que te asomes en mis ojos y te veas en ellos, que me comprendas sin decir una sola palabra. Quiero que me quieras dar tu vida, que acaricies mis antojos y mis ansias, que intentes persuadirme, que no me sueltes. Pero y si no.

Entonces, estacioné mi coche, apagué el motor, y se me antojó escribirte.

lunes, 25 de julio de 2011

Dos.

Se miraron a los ojos, y tomados de la mano, tal vez sin reaccionar al mundo, simplemente comenzaron a caminar. Habían ido al cine, la película poco importaba después de tantos besos escondidos entre palomitas y sus brazos encontrados en la butaca.

Llegaron a su sitio, y sin hablar se quedaron recostados en la cama, no hubo necesidad de prender las luces, ni de encender el televisor. Las palabras sobran cuando dos personas se aman. Y si, hicieron el amor, y aprendiendo a leer sus cuerpos, tropezaban con su piel, parecía como si estorbara el cuerpo para estar aún más juntos. El aire hacía remolimos en su cadera, en los labios y en su pelo largo. Él entendía poco de lo que tenía que hacer, sólo lo hacía sin pararse a pensar en nada. Después, cansados, siguieron tomados de la mano, y durmieron toda la noche.

Al despertar, el día acariciaba su rostro, ella tendría que irse, él que quedarse, y no volverían a verse nunca.

viernes, 22 de julio de 2011

Cuídate, de mi.

"No es que quiera amenazarte, pero, deberías de cuidarte, de mi" Me dijo, mientras cruzaba la pierna y yo sólo pensaba en sostenerle la mano y acariciar su cabello.

Pasaron los meses, y entendí hasta muy tarde lo que quería decir con esas palabras. Además de ser peligrosamente adorable, resultó tóxicamente adictiva. Se podía disfrutar sus risas, su mirada despreocupada y hasta la manera en que día con día me inventaba historias para justificar sus ausencias. Demás esta decir que su cuerpo era aquella aldea en la solía esconderme por las tardes, mientras ella me ocultaba del mundo, de su mundo. Eramos como amigos, como hermanos, o yo qué sé, tal vez solamente amantes.

Se pasaban las horas entre pláticas y entre retoricas, siempre la misma. Me quieres?, entonces ella disimulaba no escucharme y empezaba a hablar sobre el "áperion" concepto que, de haberlo entendido antes me hubiera hecho entender de lo mucho de ella que me estaba perdiendo, o tal vez hubiera dejado de buscarle razones.

Sus besos sabían a laberintos y a crucigramas que no me molestaba en descifrar. Seguramente porque estúpidamente era lo que más disfrutaba.

Consecuentemente, el caos. Cuando ella dejó de atrapar mis manos con su cintura y odie no entender a ese tal Jacques L. Monod del que tanto hablaba cuando tomaba más de tres copas de lambrusco. Un día solamente desapareció, para siempre y sin que hubiera dónde ir a buscarla, todavía me pregunto si todo aquello ha sido causa de mi falta de cultura o porque no entendía nada de lo que me decía o de todas esas veces que hablo de Cartesius,y yo solamente quería besarla. Entre lo real, entre lo concebido y más allá de lo que realmente puedo entender, estás tu, en algún lugar del ese limbo del que tanto hablabas, de la "nada", de lo que tu misma creaste para mi, para que me cuidara de ti, o para que muriera de ti.

jueves, 21 de julio de 2011

Arañas.

Lo vi, pero no lo vi. Debe de ser algo de la conciencia. Pero, las calamidades surgen como pequeñas polillas que no parecen del todo caóticas, hasta que terminan por almorzase a su presa, sin que ésta pueda poner resistencia. Era el sexto mes, el octavo día, a una hora poco prudente cuando recibí la llamada.

En el otro lado del telefono, con voz poco confiable, se encontraba un sujeto con temperamento tan parecido a una aceituna que podría sentirse lo agrio en su voz. "he decidido dejarte". Inmovil frente al televisor apagado, un par de libros cerrados y mi cena fría, me encontré varios minutos inspeccionando si la voz era realmente aquella que me lanzaba flores, o era simplemente un número equivocado. Temblorosa y con algo de ardor en los ojos, me senté frente a la computadora, hurgue en mi correo electronico, y en otras palabras, lo mismo. "No volveré a buscarte".

Hacía bien en no volver a buscarme, las cosas se habían disuelto con el pasar de los días, las semanas y la lluvia. De todo aquello nada había quedado, quizá cascarones inertes, y un olor desagradable. En mi piel, cicatrices, en mis ojos nada. Debiste verme aquella tarde de enero, o tal vez si me viste y decidiste voltear hacía otro lado, no importa.

Te perdono, me perdono, y lo perdono. Las constelaciones de circunstancias explotaron en mi cielo, y sin importar lo que hubieras hecho, el destino estaba escrito. Tu no estarías conmigo y yo me iría lejos. Seguí buscando rastros de ti en la bandeja de entrada, y me encontré con muertos y zombies, y alguna que otra araña que tenían tu nombre.

Vemos hacía otro lado y tu frío como siempre, me contestas como si fuera un memorando.Sinceramente no me importaba. Sólo acariciaba el teclado intentando contestar algo, pero mis letras callaron, y mi indiferencia me hacía quedar pasiva. Te había olvidado.

martes, 19 de julio de 2011

La Torre.

Fumaba con prisa, como todo lo que hacía. A pesar de sus cortas piernas caminaba a mi paso, hablaba mucho y rápido cuando estaba nerviosa, y en general era rápida para todo. La observaba, me hablaba de cosas que no entendía, y en intervalos cortos seguía consumiendo el cigarro que parecía levitar entre sus dedos.

De vez en cuando volteaba a verme, pero la mayoría del tiempo veía a la gente, al pasto, al cielo, a los coches, corría tras lo extraño mientras yo lo miraba. Me confundía constantemente con su manera de tratarme, pero sobre todo, me volvía loco la distancia entre nosotros. Yo no hacía más que seguirle la pista, se tomaba el pelo entre los dedos y lo llevaba hacía atrás de sus orejas. Movía un poco la nariz cuando no le parecía algo y si me acercaba mucho daba unos cuantos resoplidos.

Pero yo seguía ahí, gratuito, fortuito, y callado; al pendiente, y calculando cada una de mis acciones. Como un juego de "Jenga" quitando y poniendo fichas, y con un miedo constante a que todo colapse por un mal movimiento. Y ahí estabas tu, arriba de tu torre balanceando mis sentimientos, y amenazando con dejarlos caer de tu mano en cualquier momento, despreocupada.

No sabía si era hielo, desfachatez o inocencia. Prefiero pensar que es lo ultimo. Pero su mirada me trasquila cualquier idea de dejarle, y prefería intentar descifrarla, como un antropólogo desempolvando los motivos por los cuales te siento lejana.

Y seguía fumando, ahora callada la entendía mejor, y la sentía mía, por un minúsculo momento como si fuera mía.

domingo, 17 de julio de 2011

Domingo aplastante.

Realidad, que te vistes de crueldad y me empujas hacia hacia el cuestionamiento y a millones de disculpas. Escucho historias y observo la mia. La discrepancia de situaciones nos mantiene al límite, cuando te quiero, no me quieres, y el que me quiere pasa a obscuras por el corazón.

Encontrar la sincronía es casi imposible, es como milagroso. Ella se queja de que él no la quiere. Él se emborracha con el disimulo de su voz. Y vamos dándonos de topes, y quedamos girando en círculos por la vida sin encontrar un sitio dónde descansar. Hasta dónde llegaremos para encontrarnos?. Me disculpo, aunque no vale la pena. Pago mis culpas con la soledad que me merezco.

Pero volteo hacía adeltante, ahora que la realidad no tiene fecha de caducidad, dejo las ilusiones en mis zapatos viejos, y veo como todavía sigue crudo el sentimiento recién encontrado. No hay justicia en el corazón, simplemente lineas ocupadas, y ruido. No me fijo más en la hora. No te darás cuenta lo difícil que soy hasta que pruebes mis besos, y quisiera hacerte una pregunta.

Alimento la esperanza, lo hago porque quiero, porque lo decido. Y de seguro que nada es seguro.

jueves, 14 de julio de 2011

Superficie.

No podría confiar en una persona que no tenga una canción favorita, que no llore, o que no cante cuando va manejando en el coche, que no me sonría cuando le sonrío. No podría estar con alguien que, lee textos y no los siente, que lee tecnicismo y no disfruta de una buena novela romántica.

La superficialidad abunda por éstos días, entre gente que sólo se preocupa por las cosas materiales; dígase, físico, dinero, modas, tecnología y demás menesteres intrascendentes, por lo menos para mi, creo que es difícil encontrar almas en ebullición constante. Seres que se preocupen por observan, sentir, disfrutar, y degustar de las cosas sencillas sin preocuparse del qué dirán o de las circunstancias de la vida. Yo entiendo que es fácil dejarse llevar, pero es idiota, ahora lo entiendo, que alguien no puedo ver las cosas más allá de lo evidente o lo directo.

Uno tiene que leer, ir más allá del mero razonamiento lógico. Es necesario para darle sabor a la vida, y promocionar el alimento del alma. Me sonrío mientras leo ésto, porque entendí muy tarde que era lo que no quería en mi vida. Es simpático cómo por costumbre somos capaces de soportar la ausencia las cosas más importantes de la vida. Pasarlas de largo y conformarse.

Pero tengo suerte, y la vida da segundas oportunidades, ahora que sé lo que no quiero en mi vida, a pesar de no saber qué es lo que realmente quiero y sí eso que quiero ahora mismo, es posible o no. Me quedo tranquila, porque sé que daré la vuelta a la superficialidad y a la razón sin razón. Quiero que me alimenten el corazón y satisfacer a los que necesitan ser, aunque sea un poco, iluminados por el mio. Fin.

Soledad.

Con un cielo plagado de colores, dónde no faltaba ni el sol, ni luna, y un par de estrellas ya en el cielo se acomodaban aquella tarde. Inclusive podían verse unas cuantas nubes a lo lejos, además de rayos brillantes y mudos. Casi a las ocho de la noche, y con un verano por demás extraño. Manejando por las calles de la ciudad, con los vidrios abajo y degustando los olores que emite la tierra mojada, el pan de la tarde y demás filtraciones creadas por humanos, me dirigía hacía "ningún rumbo". Todos los caminos dirigen a alguna parte, el chiste, es quizá, elegirlos con sabiduría, o por lo menos con destreza.

Debe ser que estamos a más de la mitad del año, pero los días pesan y por lo mismos se desatan y se van volando y luego como globos, no sabes si se han ido volando o han quedado atascados en el techo de los momentos importantes. Me cuesta reservarme detalles, todos ellos se filtran entre mi imaginación y mis dedos, hasta que terminan plasmándose en esta interminable sensación de, por lo menos de manera indirecta, contarme y desahogarme.

Entonces me dirigía hacía, "ningun lugar" llegué, me estacioné, y simplemente esperé. No me resulta hablar de lo difícil que se ponen las cosas, ni la frustración, ni los temores que entran en mi cabeza sin ser anunciados del todo. Me escuchaba a mi misma, y a la radio que tenía, creo una canción de Alejandro Filio. Recargué mi cabeza en la ventanilla, sople y resople, tratando de encontrar un pensamiento funcional. No había nada, simplemente la sensación que el día tiene muchas horas como para no olvidar un par de ellas.

Y congelada, no sé si por el aire acondicionado de mi coche, o por las gotas escasas de lluvia que entraban por la ventanilla del techo, me quedé inmóvil. No siempre hay cosas impresionantes que contar, y la simplicidad de la soledad a veces puede resultar majestuosa.

martes, 12 de julio de 2011

De comunicación.

Hay cosas que no se dicen, correos electrónicos que no se mandan, besos que no se dan, y así sucesos que van encallándose en la playa de las cosas que nunca ocurrieron.

Es difícil escribir un correo que se sabe no tiene fin ninguno, porque es obvio, siempre debe haber una intención, y hay cosas que ingenuamente carecen de ella. Entonces eso hace que las razones caigan desmoronadas y lo poco que logras construir, por lo menos en la mente, se pierde.

Hace tiempo (poco) recibí un correo que entre muchas cosas decía; "al paso que vas, lo que tu quieres es quedarte sola", Me quedé observando un tiempo esa frase. Y pensé que tal vez tenía razón, hay palabras que pesan mucho, dicen que cuando dices cosas ofensivas para poder borrarlas de la otra persona es preciso decir diez buenas por cada una mal dicha. Parece que éste tipo me debe muchísimas. Pero no tiene la culpa, él mandó el correo porque su intención era una, persuadirme, hacerme entender, o tal vez sólo por algún tipo de desesperación. Lo entiendo más no lo justifico.

Y sigo, que a veces yo también me quedo entintando palabras, no sé si para que salgan fácilmente después, o sólo por pereza emocional. Sólo hay una persona en todo el universo que hace que entone mis palabras al compás del tiempo, y por eso valoro tanto esa relación y por eso la cuido como la he cuidado hasta ahora. Pero son sucesos extraordinarios de gente extraordinaria en mi vida. En general, siempre he pensando que menos es más.

A qué va todo eso, que muchas veces es mejor dejar de saber, dejar de hacerse saber, dejar de existir para otra persona. Porque es mejor una ausencia larga y bien intencionada, a una presencia incomoda. Fácil, sencillo y sin tanto lío.

Pero bueno, moraleja del día de hoy, a veces hay que guardar silencio, amarrarse los dedos, mirar hacía otra parte, o tal vez, sólo seguir caminando..

Nos leemos pronto!.

domingo, 10 de julio de 2011

Mi cielo.

Cuando me voy a dormir no lo hago hasta que despiertas, hasta que te escucho, hasta que te siento. Qué si, que te amo, que te quiero. Lo sabes, lo sé, lo sabemos.

No hay noches obscuras, ni mañanas tristes. Tú estas conmigo todo el día, desde tu mundo me saludas, me hablas como esa voz que, de extraña a familiar no tardo ni un minuto. Tan diferentes son nuestras vidas, tan lejos nuestras historias, y aquí estamos, escribiéndonos juntos a cada rato.

Y tú me haces entender todo, entiendo el porque de la vida, el porque de los finales, el porque del pasado. Eres la razón por la que estoy frente a monitor, los fuiste desde el principio. Mi objetivo, sin saberlo, fue llamarte. Atraerte con mis letras, envolverte en mi y que no pudieras soltarte. Lo logré?, te lo pregunto no porque no lo sepa, si no porque me gusta escucharlo.

Eres mi amigo, mi novio, mi amante. No me parece extraño ser tan directa, y hasta podría pronunciar ese nombre con cuatro letras. Pero lo dejo para el cotilleo de otros, para que se lo pregunten. Mientras yo te sonrío de lejos, pero frente a tus ojos. Quiero ser como una imagen permanente en tu vida, como una presencia exquisita.

Qué si, que te quiero, a ti mi amor, mi cielo.

sábado, 9 de julio de 2011

Difícil.

Debe ser difícil vivir sin mi, sin escuchar mi nombre, sin escuchar mi voz. No sé cómo vives sin mis labios, sin el contorno de mi cuerpo, sin las risas. Cómo le hace por las noches para poder dormir sin mi aliento y mi sueño junto al tuyo.

Sería bueno que me contaras, qué tal los domingos, son aburridos? Hay cientos de razones para no saber dónde vas sin mi, quisiera saberlas. Ver que te falto, que no me olvidas, que te quedas todas las madrugadas frío de mi. Me quiero sentir culpable por no estar, de que me necesites para seguir, de que recuerdes todo los lados donde sin estar he estado, que me veas en otras caras, que me confundas en otras faldas. Dale a tus manos la oportunidad de expresarse, dile a tu razón que espere en la puerta. Y dímelo todo.

Me parece complicado tu vida sin mi, cómo arreglas la cama, cómo la destiendes, en qué lugar pones tu ropa, quién desordena tus cosas, y las hace aparecer en otra parte. Sé que debe ser difícil no vivirme, no palpar mi sonrisa, ni perderte en mi sangre. Y dime, por las tardes quién te espera después del trabajo?, quien te tiene la mesa puesta, quién usa mi plato?. No, yo sé que no es lo mismo. Sé que es lioso no tenerme, se que necesitas mis manos.

Hacía dónde vas que no me buscas?, qué te detiene?, cuántas horas me quedaré esperando que lo aceptes. O ya me lo haz dicho y no lo entiendo?. Dímelo con un beso, desaparece mi curiosidad por la noche, visita mi cama, duerme mi noche.

Ofrezco a tu dolor el mio, a mi falta, la tuya, a mi necesidad, tus ruidos., Debe de ser difícil, debe de ser complicado no tenerme.

Vacaciones.

Tengo ganas de descansar, de poner mi cabeza sobre su pecho y distraerme del mundo. Y ver el cielo, no importa si es de día o de noche, ni tampoco en dónde estemos. Quiero reposar este cansancio de no verte, quiero sujetar en mis manos el tuyo, y destruirlo. Que me leas al oído el libro que tu prefieras, la sección amarilla, o el obituario del día, no importa, en el idioma que tu elijas, y si no es mucho pedir; que me cantes en silencio tu canción preferida.

Quiero viajar en tus ojos y meterme a nadar en tus labios. Que tus manos sean como el viento del mar para que me acaricien toda. No pido mucho, tal vez, sólo que cocines para mi tus ideas, y me des de beber aquel vino añejado en todos esos años dónde no te he visto.

Volar en el avión de tus risas, de nuestros juegos, de las ganas que tenemos de vernos. Quiero también que las carreteras estén muy anchas, para que el amor transite libre, y que no haya más curvas que las que yo te muestro. No vale tanto el verano, ni el otoño ni el invierno, sólo quiero descansar, y que tu me ayudes a hacerlo.

El mundo se vuelve pequeño, los atardeceres rojos y eternos. Que no exista más hotel que mi pelo, ni más cama que mis deseos. Puede parecer pretencioso, pero te quiero entero, por días, meses, semanas, o lo que nos permita lo eterno.

Aunque para eso tenga que cruzar un mar entero, diez mil continentes, o venderle mi alma a lo incierto. No lo sé, hay millones de aventuras que tienen de título tu nombre. Siete veces, no, mejor dicho, siete veces siete, te escribo, como para atraer lo que quiero, para que se materialicen las ganas, para no ocultar lo que siento. Para amarte en agosto, y tal vez besarte en febrero.

jueves, 7 de julio de 2011

Cuan:

Te lo dije ya, pero me gusta, me gusta, me gusta leer como sigues ahí. Reconocer tu amistad a la distancia, y verificar que no me he equivocado. No sé en qué momento perdimos la razón, tal vez en una tarde de verano, en un estacionamiento, en un abrazo. No lo sé, pero sí sé porque somos amigos, y porque eres tan especial para mi.

Te leo de nuevo, y encuentro al ser que por mucho tiempo admiré, y admiro, y deseo que los proyectos y los planes se realicen todos. No sé ni porque no te envío un mail y te lo digo o hago una llamada y ya está. Creo que es porque ésto de crear un blog tiene mucho que ver contigo, o tal vez por costumbre.

Podría explicar por mucho rato porque me siento tan feliz de leerte, porque me parece tan interesante lo que piensas y porque absorbo todas esas energías que capto en tus textos. Pero lo sabemos, tu y yo lo sabemos, por eso me quedo callada, esperando leer más, esperando escribir contigo un día como ya lo hemos planeado. Tu con todo ese verbo filosófico&literario y rebuscado, yo con ésta simplicidad que me caracteriza.

Sé que me leerás en algún momento, espero que lo hagas, porque directamente te escribo esta entrada a ti, para darte la bienvenida al mundo de las letras, aunque no creo que te hayas ido nunca, esperando que ese animal literario que vive en tu cabeza salga de vez en cuando a hacerme reír y a hacer que siga disfrutando de lo que escribes.

Y si, amigo mio, nos seguimos leyendo.

Parapa.

miércoles, 6 de julio de 2011

Madrugadas.

Despertó, y antes de recordar que era martes, miércoles o sábado. Notó que algo faltaba. A su lado el reclamo de una figura ausente. Las piezas se habían movido y las decisiones estaban a punto de ser tomadas. Pero la soledad que estaba en su lugar, vestida de azul y blanco, se reía de ella esa mañana.

Volteó hacía la ventana y el sol apenas empezaba a clarear, las luces de la calle seguían encendidas, tal cual, las de su corazón. Volvió a poner la cabeza en la almohada tratando de recapturar el sueño, pero en su mente sólo existía su nombre, y una imagen pixeleada. Volteándose de un lado a otro recordó sus sueños y las pesadillas que, noche tras noche la perseguían sin falta y sin demora. Tres, cuatro, cinco de la mañana y sólo pensaba en escuchar su voz. Pero algo la detenía, quizá la hora, las diferencias, y claro, un poco de orgullo.

No estaba nada claro, ni las ideas, ni los deseos, y mucho menos las circunstancias. Lo único claro era que estaba enamorada. Y su corazón latía más fuerte cuando lo recordaba, cuando imaginaba sus manos entretejiendo su cuerpo, creándolo de la nada. Parece que las cosas más importantes en la vida primero son creadas por la imaginación para después materializase dónde tengan que hacerlo. En su caso, a millones de años luz y a estorbosos accidentes de la vida.

Hubiera querido meterse en su cama esa madrugada para sobornar a la razón de aquel hombre y meterse en su vida, en sus pensamientos, sueños y esperanzas. Pero el blindaje de la distancia y los errores de calculo la mandaban de vuelta a su cama, sola, y sin él.

Y sí él no seguía ahí, sí no la llamaba, sí no la echaba de menos, si no la amaba. Si todo se había ido por la borda, si todo había sido un espejismo, si ella no era suficiente, o si no encontraba el camino de regreso. Hacía dónde iría ese día, con quién tendría que hablar, a quién le contaría que estaba sufriendo de esa manera, y por ese sujeto?. La intranquilidad la envolvió en suspiros, y sus piernas empezaron a moverse por toda la cama.

Por fin una melodiosa fantasía le respingo el corazón, un mensaje, sólo uno le cambiaba la noche. Y volvió a dormir.

martes, 5 de julio de 2011

De la noche.

Es como si se cayera al vacío en cámara lenta. Todo se reduce al segundo dónde te estrellas contra el piso, por ahí de las nueve de la noche y en pedazos, intentas entender qué ha pasado. Aunque hayas sabido que ibas de picada tiempo antes, el desastre siempre termina por ser sorpresivo.

No hay nada que poner en orden, porque nada sirve. Montones de persona como piedras negras sin valor, en cenizas conforme pasa el viento y los minutos. Arde todo en un fuego azul que no sirve ni para calentar la hoguera "del amor quemado". Las partículas heladas de la conciencia intentan reconocer el paisaje, pero todo es tan borroso que es preferible no entender nada. Y cierras unos ojos que ya no forman parte de ti. El dolor más intenso se siente cuando ya no se siente nada.

Momentos después, quizá horas. Se asoma un poco de luz, no entiendes porque sigue el mundo en marcha y odias el sol, y a los hombres que hablan, y rien y lloran y sienten. Las ventanas del mundo se abren, pero no puedes salir, inmóvil contra el suelo te consuelas con la tierra que entra por las rendijas de la carne todavía ardiendo.

No hay consuelo, ni lo buscas. No hay razones, o tal vez, se destruyeron. Sólo el vacío, la incontinencia, los latidos interrumpidos; paráfrasis de tu existencia. Malas horas para recordar el mar, el olor del vino, el color de sus ojos. Momentos que se desperdiciaron en una memoria podrida. Lamentos del desastre, en la noche que olvidó su nombre.

lunes, 4 de julio de 2011

Defectos.

Debe de ser algún defecto de fabrica, pero cuando estoy más enojada es cuando menos hablo, cuándo más me importa algo, me quedo callada. Cuando tengo que dar explicaciones, no sale nada. Y todo se concentra en una pequeña caja debajo de mi lengua y quién sabe tal vez sale en forma de palabras por los dedos que ahora escriben.

Recuerdo a mi madre diciéndome "vaya, qué no tienes nada qué decir?", a mi exnovio con una cara de "dame explicaciones" y a otras personas que me han importado exigiendo que de un paso, que diga algo, que pida perdón, que me enoje, que suelte todo lo que no siento. Y me veo a mi, callada, sin saber qué decir, pero con millones de preguntas, respuestas, y comentarios. Pero nada sale, todo se concentra y se vuelve una gran pasta chiclosa de la cual no se puede despegar ni una sola palabra.

Sé que soy yo la que está equivocada que he perdido millones de cosas importantes por no saber decirlas, por no darme a entender, por no hablar a tiempo. Pero también sé que el silencio es a veces más efectivo que la verborrea, que el mirar, el acariciar y el actuar; son maneras mucho más objetivas y claras para hacer entenderme. El problema es que poca gente entiende eso de mi, y creo que esperan que yo hable y prometa cosas, grite, llore, patalee, reclame, dicte, o manifieste lo que quieren escuchar, que por importantes, no salen de mi boca tan fácilmente.

Aunque las circunstancias cambian a las personas, la necesidad, el amor, la distancia, los sueños, los planes, las ilusiones, y vaya un montón de fragmentos de mi vida han cambiado estos últimos meses. Y te das cuenta que hay gente que te hace hablar de más, como si las cosas fluyeran con tal naturalidad que no hiciera falta filtros, ni cajas debajo de la lengua, ni apariencias, ni mascaradas. Todo tal cual es, tanto lo positivo, como el amor, como lo doloroso de los celos. Todo conjugado, y haciendo vuelcos en las palabras, los versos, y las expresiones.

Sentir que es necesario expresar que me pongo celosa, y no quedarme callada. Tener la necesidad de decir que lo amas, que lo extrañas, que lo necesitas, que haz soñado con él. Soltar la lengua de más sin darse cuenta, y añadir nuevas palabras a la voz que por tanto tiempo se guardo con recelo.

Más que un defecto de fabrica me parece un problema de selección, una retorica etiquetada, o sintaxis especializada. Pues que no se cómo explicarlo, porque recién lo descubro, pero de que se me ha dado de ser imprudente, se me ha dado. Espero que mi interlocutor no lo note del todo.

Ya veremos.

Moluscos.

Ya por la tarde y con todo ese tedio que acarrean los inicios de semana, se sentó a beber una taza de café cómodamente en la silla de la cocina. En la mesa, un libro por demás maltratado y leído, y un lápiz con el cual dibujaba y escribía anotaciones.

Mirando de frente intentaba crear formas en los azulejos, para luego notar lo sucio que habían quedado desde la ultima vez que cocinó carne dorada. El reloj de la cocina marcaban las seis de la tarde, pero debía ser más temprano, porque el sol todavía fastidiaba mucho por la ventana y podía sentirse algo caliente el aire que se filtraba. Pensaba en el tiempo perdido, en los años, y en las cosas que debió haber hecho y que no hizo. Pensaba en resumidas cuentas, lo que se piensa después de haber vivido un año difícil y sobre todo, tomado decisiones que cambian la vida o la dejan dónde estaba.

El pasado arremetía contra el piso y se estrellaba creando pedazos que chillaban y ensuciaban todo. grandes trozos de vidrio congelado remarcaban aquellos besos que no sentía y el amor que había huido entre algunos libros de texto. Después "aquel" rostro entraba levitando por la sala principal y se sentaba a su lado, lo intuía, pero como si fuese un espectro, trataba de no voltear, para evitar materializarlo.

A veces es mejor matarse entre el anonimato de los días, caminar en el sendero de la culpa y saber afrontar los errores antes de que ellos terminen por aplastarte. Sus ojos se le llenaban de minúsculos moluscos de mar que empapaban todo su rostro. Abrió nuevamente los ojos, viendo el café todavía humeante en la mesa, bebió un poco y notó que era julio, y que todavía quedaban meses para que se acabara ese año, deseo tener un control de avance y comerse los minutos y las horas, u olvidar, y mandar los recuerdos a quemarse, junto con las promesas, los hechos y las circunstancias. En vez de eso, siguió buscando formas en los azulejos, pensando en lo que haría al siguiente día y lo que le esperaba en el trabajo. Siguió ocupando su mente con cosas más temporales, acabó su café y eran las seis y diez.

sábado, 2 de julio de 2011

Sorpresa.

A veces no puedo creer lo diferentes que somos, y lo bien que se nos ve juntos. Me asombra la capacidad que tienes para hacerme feliz, para arrancarme sonrisas, para juntar mis esperanzas entre tus manos y quedártelas.

Me sorprende lo que tus frases hacen y desasen según te apetece, el poder de tus deseos en los míos, las noches y las horas que se nos convierten interminables.

No puedo creer lo real que eres y lo que tu perfección hace con mi imaginación. Mi nombre y el tuyo se escuchan bien juntos cuando se les pone de apellido el amor que nos tenemos. Las horas que nos esperan y las que se han ido, los presentes que nos acarician las mejillas y nuestras voces recorriendo océanos.

Todo en conjunto es una gran sorpresa que la vida me regalo sin merecerla. Quisiera gritar tu nombre y que el mundo se entere de lo que me haz dicho anoche. Pero soy celosa de tu voz, y me lo quedo para mi, para mi compromiso contigo, para el amor que crece.

viernes, 1 de julio de 2011

Efemérides.

Un día como hoy pero muy diferente, empecé a escribir la historia que me cambió por completo. El día era soleado, caluroso y yo desperté con un cielo rojo y un estacionamiento solitario. Las letras fluyeron por la noche, y ya en la madrugada, mis dedos trataban de tocar las fibras que momentos antes se habían movido hasta dejarse caer al vacío de los errores provocados.

Un día como hoy, después de muchas lunas, de parques extraños a los cuales no he regresado, de millones de letras, de caracteres, de innumerables y aletargados momentos de contemplación, estoy frente al fastidioso momento de conmemorar lo inexistente, lo virtual y lo intangible. Me quedan las historias, palabras y lagrimas que por añejas, se han secado.

Algo así como hoy, pero con otro cuerpo, otra mente y otros silencios, me enamoré de las ideas que recorrían como hormigas danzantes los falanges de mis dedos. Te culpo, y no, de lo que ha venido, te exijo explicaciones y pareces inmóvil. La vertiginosa manía de contarme a diario como suceden las cosas. Recarga tu cabeza en el umbral de mi puerta, frena tus besos a la par de tus ganas, restringe tus emociones al grado de hacerlas explotar contra las ventanas. Quédate en la banqueta frente a mi casa toda una noche y entiende que sigo existiendo, y no.

Cámbiame estos dos años por los besos que no he dado, déjame olfatear su perfume en mi almohada, clávame las espinas que he dejado olvidadas, o mancha de una vez mi cuaderno. No dejes que las cosas se queden en el papel de lo incierto.

Seguiré escribiendo hasta que no quede más lugar dónde hacerlo que su piel, ni más tinta que la mía.

miércoles, 29 de junio de 2011

Sin más.

No he podido, no he querido, ni he intentado escribir por estos días. La respuesta, quizá el tiempo en parte y la falta de interés. Hoy lo intentaré, y no prometo nada.

Nunca pienso sobre qué voy a escribir, me siento, y empiezo a teclear sin pretender decir nada concreto, simplemente me "dejo llevar". Siempre, o bueno eso pensaba antes, hay de qué escribir. Hoy parece que le doy la razón a "Mondoli" y me quedo frente a la pantalla algunos minutos en blanco. Quisiera poder culpar a algo en mi vida; el trabajo, la suerte (buena o mala), el ir y venir de los días, los seis meses que van del año, la ausencia de ideas, el hecho que tengo semanas sin tomar un libro para leer, o yo qué se.

Pero es evidente que hoy ando seca de ideas, de imaginación y creo que, aún más preocupante, de deseos de compartir. Tal vez se deba a que las cosas han ocurrido muy rápido, pero bueno, que así es la vida y no tendría porque ser diferente. La vida acaricia la cortina de lo incierto y lo realizable. Entre tanto, espero a que me alcancen los días y el verano, y poder llegar a dónde me esperan. Quizá viviendo la realidad de las cosas me den o más ganas de escribir o tal vez me ausente por estar muy ocupada viviendo. Pero ahora estoy más segura que, ésto de escribir es cosa seria.

Aunque sea sólo un pasatiempo, aunque sólo lo utilice como medio o válvula de escape a mis emociones y/o preocupaciones. La cosa es así, no es tan sencillo como antes. Llevo algunas lineas y no he contado nada, la razón , es tal vez que no tengo mucho que contar.

viernes, 24 de junio de 2011

Deber ser.

Deberías estar aquí besándome los ojos, deberías estar despierto acariciando mi sueño. Deberías despertarme con tus pensamientos miopes. Y no sé. tal vez no debería pensarlo tanto, pero sueño con tus manos, y lo torpe que soy al escucharte.

Cuánto tiempo estaré imaginándote del otro lado del colchón de la ausencia. Quedándonos dormidos junto al teléfono.

miércoles, 22 de junio de 2011

Pase lo que pase.

Hay días que se revuelcan en la tierra y luego llueve, y todo se cae gracias a una ráfaga de viento, que al final no era para tanto. Hay días como hoy que amanezco con una esperanza y termino con la realidad.

Hay cosas muy absurdas, como los pedimentos migratorios, las fronteras y los kilómetros que se empeñan en hacerme suspirar. Y son absurdas porque no las entiendo. No entiendo porque no facilitar el transito de las personas. Conozco de cerca los problemas migratorios, teniendo a la frontera de Estados Unidos tan cerca, me parece hasta cierto punto necesarias ciertas medidas de seguridad. Pero cuando alguien viaja en avión, con un boleto de avión tristemente redondo, con todos esos requisitos que piden ya de plano migración. A parte tienes que llevar un mínimo de efectivo y un tarjeta de crédito, y si no tienes un tour al cual ir, o un hotel, si simplemente vas a ver a alguien especial por allá, se tiene que que hacer una invitación oficial y llenar una serie de requisitos absurdos. Qué de dónde hablo, de España mismo, del único país miembro de la unión europea que me pone como mexicana una serie de requisitos absurdos para ingresar al país por avión. Porque si vuelo a otra parte y llego por tierra, mar o yo qué sé.. No pasa nada, qué no se tiene menos control por éstas ultimas vías. Yo qué sé, estoy molesta, pero hay cosas que se tiene que cumplir, veremos qué tal suceden las cosas.

Por lo pronto, aseguro que, pase lo que pase, ésta mexicana invadirá el viejo continente en breve.

lunes, 20 de junio de 2011

Vuelvo.

Te haz metido con lo que más me importaba, con mi gente, mi vida, y mis historias. Haz hecho que pierda parte de mi vida, de mi futuro, de mi esencia. No te puedes llevar más cosas, tu delito, e inclusive el mio han sido sentenciados al destierro.

No tengo nada que perdonar, no se puede ser juez y parte, y como la verdad hace tiempo que he desistido de demandarte cualquier cosa. Me hundo en la trinchera de la cordialidad, de la frialdad de mis letras, mis manos, y de unos ojos que ven hacía el norte.

Vuelvo porque mis letras merecen salir, porque perderme en el miedo es darle la razón a los que me persiguen, o los que temen escucharme, leerme o vivirme. Vuelvo, no del todo porque cierta parte de mi libertad se encuentra junto a esos documentos que inventaron los que no saben nada de mi. Antes de intentar firmar cualquier cosa, me someto al proceso legal pertinente y bajo las leyes que yo misma he creado. No vuelvo a prometer cosas que revocaré más adelante. Ni notarios, ni escrituras, ni contratos, ni nada que pueda comprometer mi esencia a papeles. Simplemente mi alma al aire libre, dibujada en una servilleta de papel.

Vuelvo a gritar porque es lo único que se hacer, no me escondo del todo, muestro mis ojos para lograr entender hacía dónde se dirige éste carro de la vida. Cuánto más tengo esperar para besarle?. Noto que mi cuerpo comienza a codificarse a tener nombre. No importa más que los ojos y las gafas del sujeto que hace que sueñe entre suspiros, entre diferencias, y complacencias.

Nadie.

Un día amanece y colapsa todo; Internet, teléfono, y no hay manera de comunicarse con el resto del mundo. Anteriormente no me hubiera importado. Podría prescindir inclusive del teléfono celular que rara vez contesto, lo sabrán quienes me conocen. Pero de un tiempo a la fecha me he vuelto un poco obsesiva del tema de las comunicaciones, la única razón se encuentra a muchos kilómetros de distancia y hace que éste tema se vuelva muy importante.

Qué fácil sería perdernos entre la gente, y que un día apocalíptico cualquiera dejemos de existirnos sin más. Despertar una mañana y no tener noticias tuyas, intentar comunicarme contigo y no encontrar respuesta. Esperar a mandarte una carta tradicional y que regrese el correo días después sin contestación, con un gran sello (rojo por cierto) de "regresar a remitente" Y pum! de la noche a la mañana nos hemos muerto.

Imaginemos que es sólo un amigo, un amor de lejos, un encuentro "cercano" de esos del segundo tipo virtual, un seguidor de twitter, un amigo del blog. Jamás volvería a saber de esa persona, y ella no sabría de mi, jamás. A dónde queda todo lo que se siente, para dónde se tiene que comprimir y mandar en un email corto pero sencillo. Pensamiento fatalista, pero no imposible.

Entonces pienso en los días que faltan para agosto, las cosas que se vierten sobre las sábanas, los pensamientos que se cruzan y se ponen de acuerdo, las coincidencias, las conversaciones, lo real que es sentir al corazón moverse. Lo irreal que parece todo esto viéndolo de lejos. Nadie entendería mi miedo a perderte en el obscuro mundo de lo intangible, nadie si no tu, que sientes lo mismo.

jueves, 16 de junio de 2011

Aquí estamos.

Esto de la intimidad sienta bien por un rato. No creo que haya gente que extrañe el sitio y las que si, ya me expresado su "Por qué me bloqueaste?" Entonces, estamos los que somos y los que debemos (pocos). Y bueno que la verdad no tengo mucho de que escribir por estos días. No porque no tenga inspiración, si no más bien porque me la guardo, en parte para decirlo directamente y también para poder disfrutarlo como sólo se puede disfrutar viviendo día a día, a todas horas, en las madrugadas, y en las tardes o en los insomnios compartidos y en las diferencias de horarios.

Pero hay cosas que no cambian a pesar del tiempo, como ésta maña mía de escribir todo, de sentir todo, de expresarme, y, como diría un amigo mío de ser "transparente". Quizá demasiado. He pensado en lo que significa éste blog para mi, y en el porque no lo he cerrado definitivamente a pesar de tener más de una vez, a lo largo de su historia muchas razones para hacerlo. Es importante en mi vida porque ha sido parte muy importante de mi historia. Y también un gran alivio, un costal en el cual golpear a base de palabras, que no siempre son muy lindas, todo aquello que no digo abiertamente y todo lo que oculto por pudor, por cómo soy, o porque simplemente a nadie más le importa.

Este espacio es también la razón por la cual mi vida a dado un giro completo y por la cual hoy en día en ésta situación tan afortunada. En resumen, que, nada es lo suficientemente importante o amenazador en mi vida como para impedirme, aunque sea de ésta manera seguir aquí, y seguir escribiéndome.

Por lo pronto es todo, ya contaré qué tal ha ido el fin de semana, porque iré a una boda y tendré quizá alguna aventura que capturar por acá.

sábado, 11 de junio de 2011

Quiero.

Cuántos días nos regalará el destino? dos, tres, una semana, muchos años? No lo sabemos, o quizá sí, pero me parece cruel determinar el tiempo contigo, sería como limitarnos, como resignarnos que hay un principio y un fin en todo. Yo quiero eternizarte en mi hoy, dónde te quiero, dónde ya somos nosotros, y de las veces que me dejas en la cama con el teléfono en la mano. En mis insomnios con tus ruidos, con tu paz y tu claridad.

Te pienso en lo que hago, en mis minutos, en mis sonrisas, en mis calamidades y problemas, en la vida que me cambias. En el vértigo de encontrarnos gravitando en dos polos y mirarte y desearme ahí. Qué sería capaz de dejar por ti?, nada, sin ti parece que ya no hay nada que dejar atrás. Lo he pensando ésta mañana mientras preparaba mis cosas, y te encontraba sujetado fuertemente a mis ideas. Mientras el agua recorría mi cuerpo bañándome de nuevos deseos, de nuevos encuentros contigo. Yo no sé nada de tiempo cuando parece que éste desaparece entre nuestros suspiros y las largas charlas contigo.

No sé si creer en el destino o las coincidencias, ni sé de la vida, pero sí de lo bien que se escucha mi nombre enganchado al tuyo, de lo que se siente ya cogerte de la mano y viajar por ahí en nuestra imaginación. Quiero un camino de ida y vuelta a ti. Quiero tus noches, nuestros despertares y un mismo horario, quiero compartir tu espacio y que te inundes del mío. Quiero todo contigo.

jueves, 9 de junio de 2011

Nos quebramos.

Me preguntas -Qué hago con el amor?- Y se me ocurren millones de respuestas, pero no puedo darte ninguna, me quedo callada. Te leo desesperado y con muchas dudas acerca de mi. Quisiera contestarte todas, pero guardo silencio, no escribo nada, porque, porque no sé cómo explicarte las cosas.

Dices que soy voluble, que no sabes qué quiero, que te gustaría entenderme, que me burlo de ti y que te contesto palabras que no tienen sentido. Y yo sólo se que no me entiendes porque no me conoces, porque no me escuchas por las noches y en las madrugadas, porque no te escribo que te amo a las tres de la mañana, ni espero tus llamadas en horario laboral. No te pido que me despiertes más tarde, ni que me beses desesperadamente. El amor ponlo dónde quieras, guárdalo, o tíralo, yo qué sé, cada quien es responsable de lo que siente.

Me desespera muchísimo, quisiera que las cosas fueran como antes, y poder platicar contigo los viernes y tomar vino tinto escuchando Sabina en ese sillón que tendría mucho que contar. Quiero que seas el de antes, y yo ser la de antes. Pero ya hemos cambiado, ya no somos lo mismos, ni tenemos los mismos intereses. Marcamos la pauta y nos quebramos.

Tu vida y la mía se separan en mil pedazos, tu mueves las manos, y yo me quedo mirando el piso.

miércoles, 8 de junio de 2011

Mal momento.

Cómo ponerme de malas mientras existas? Si haces que todas mis preocupaciones se vayan volando con sólo unas cuantas lineas. Tenía quince minutos escribiendo una entrada sobre lo mal que me sentía, lo cansada y las ganas que tenia de mandar todo al carajo. Y ahora, después de sólo unas cuantas lineas, borré todo y mandé mi mal momento al carajo.

Ya ni me acuerdo de qué tantas cosas me quejaba. Simplemente te leí, regresé a la pagina dónde escribía y el panorama cambio por completo.

domingo, 5 de junio de 2011

"Mi amor"

Cómo te llamo? Qué nombre ponerte? La gente suele preguntar si uno está acompañado o solo, por cosas de tener conversación o yo qué se. Ayer me lo preguntaron y me quedé un momento callada, la persona que tenía enfrente creyó comprender y me preguntó -Ah es complicado!- Pero yo negué con la cabeza y seguí buscando alguna forma de llamarte. -Entonces?- me dijo el sujeto. Yo cambié de tema, principalmente porque no me gusta dar explicaciones y segunda porque no sabía ni qué decir.

Me fui a la cama pensando en ti, como siempre, pero esta vez en cómo te haz adueñado de mi vida. Me reí al recordar lo de "es complicado" porque lo que hace mágico lo nuestro es la inexistencia de eso precisamente, de complicación. No sé si buscarte un nombre sería cómo intentar nombrar algo que no existe, o al contrario, adueñarme de ti y pegarte a la solapa de mi camisa, para que todos te vean.


Para mi, eres mi amor, lo que yo siento se condesa en llamarte por ese nombre. Eres el dueño de mis letras, de mis noches, de mis suspiros, de mis abrazos, de mis besos, de mis mañanas y de todo lo que deseo. Pero eso qué hace en mi, cuál estatus me da en la vida? Qué les digo?. -Ah claro tengo un "mi amor"- No sé, me divierte la idea de llamarte así, de ponerte un nombre ante los demás sólo para que sepan que, a pesar de los obstáculos, no estoy sola. No me siento sola, no puedo llamar a mi estado emocional de ninguna manera. Puedo decir solamente, estoy enamorada. Sin complicaciones, sin nombres, sin nada de lo cotidiano que hace de las parejas un circulo vicioso. Eres mi amor, porque así te siento, sin aspirar más que a que me sigas queriendo y me sigas llamando cada noche, "mi amor".

sábado, 4 de junio de 2011

Amarillo.

Tumbada bajo una luz amarilla se dejaba llevar por el vaivén de la mecedora. Harían unos treinta grados, su piel repleta de arrugas grises dejaba ver un montón de manchas marrones, que claro, le habían empezado a brotar hacía ya varios años.

Mujer de expresión austera, de mirada gris casi azul, parpados que caen en repetidos pliegues. Su edad, imposible de calcular a ciencia cierta. En los años por dónde había nacido, ni el registro civil existía, y la partida de nacimiento era sólo aquella que expedía la iglesia católica por ser bautizado, el problema estaba es que harían muchos años que el cura en turno, había escapado con una mujer casada llevándose con su pecado los libros de nacimiento.

Ni mundo conocía, sólo salió del pueblo una sola vez de joven, tal vez de unos quince años. Su padre la llevó a la ciudad a que conociera a una tía que estaba a punto de morir. Pero como las cosas nuevas y que no se conocen, pasan como grandes sueños por la memoria, no podía recordar casi nada. Es probable que sea culpa de los filtros que se impregnan en los sentidos debido desconocimiento. Y de los recuerdos, poco quedaba, quizá sólo la mano de su padre al cruzar una calle y pequeños autos ruidosos que rodaban por calles anchas y sucias.

Esa tarde de calor, como casi todas las tardes sentada en el umbral de la estancia, con un trapo en mano, espantaba a los zancudos una y otra vez, sin lograrlo del todo. Intentando atraer los recuerdos e intentando olvidar unos tantos. La memoria sirve de poco con la edad, porque uno va viviendo casi a diario repitiendo todo, como si no quedara otra cosa más que seguir en automático. Sin responsabilidades, sin problemas, sin defectos, sin futuro. Sólo al día, como si se tratara de prender y apagar un cuarto, que por las noches queda muerto, y por el día iluminado escasamente, sólo para seguir ahí, sin un uso.

De joven se había casado. Aquel hombre, que conoció una tarde de marzo se fue con una de octubre, sin decir nada, por la noche, lo enterró y le rezó porque así se se usaba, sin un porque, sin intención alguna. Pensaba en él de vez en cuando. Tuvo dos hijos, crecieron y ahora ellos tienen los suyos, y venían como fantasmas de vez en cuando. Uno no tiene comprada la compañía, nacemos tal cual, nadie se obliga a estar con nadie, ni por contrato, ni por muerte, ni por angustia. Lo entendió tarde, y los dejó ir.

La luz empezaba a escasear por la tarde apagando su amarillo, sus ojos empezaron a cerrarse lentamente, el vaivén de la mecedora callaba y sus pequeños pies tocaron el suelo. Casi al anochecer su cuerpo la abandonó, dejó caer el trapo y las arrugas. Corrió, sin saber a dónde.

miércoles, 1 de junio de 2011

Para ser sinceros.

El tiempo se resbala por las paredes de mi pensamiento. Tus imagenes creadas por mi imaginación son viscosas y se pegan en todo lo que hago. Recuerdo tu voz, mis risas, tus historias, mi vida en ti o quizá mi vida atipicamente contigo, y así nos vamos haciendo de momentos poco a poco, de cosas que recordar, de platicas qué evocar en alguna madrugada, tal vez como a las tres de la mañana.

Las palabras escasean entre suspiros, las voces susurran como gritando algo, un "te amo" que no da vergüenza presumir, pero que no compartimos con nadie, porque es sólo nuestro. Hay secretos que se guardan para que no se gasten en los oídos ajenos, cosas que sólo le pertenecen a dos. Nadie está invitado a nuestros despertares, al momento en que nos quedamos dormidos boca a boca, escuchando tu respiración que ya reconozco diferente cuando duermes casi a mi lado.

Te siento sin mucho esfuerzo, es tan natural quererte. Amarte es como respirar, como sentir mi propio brazo, mis manos te saben, aunque parezca imposible. Es como si siempre hubieras estado ahí, como si sólo faltase que un minúsculo encuentro diera tono a lo que estamos sintiendo.

Y es que para ser sinceros, no es que no entienda lo que nos ocurre, es que hay cosas que no se complican con pensamientos, ni se atrapan en conceptos, hay cosas que sólo son, como el amor, como lo nuestro.

Temporada.

Soy de temporadas, tengo esas rachas dónde encuentro cosas interesantes que hacer y nada me saca de ellas, desde pintar, bordar, hacer bufandas para navidad, cantar en alguna banda, recitar poesía, escribir en un blog, tocar guitarra, dibujar, bailar salsa, ir al gym hasta que no puedo más, correr medio maratón, cocinar todo lo que preparan en un programa de cocina, hacer manualidades.. Uff qué he tenido temporadas de casi todo lo que se me ha ocurrido. Hoy le toca a la bicicleta.

Y tiene muchas ventajas eso de andar en bici, primero que puedes andar en casi cualquier lado, no contamina, haces ejercicio, y en mi caso, pues paseo con mis amigos. Pero lo que realmente disfruto de andar en bici es la forma en que se ve el mundo, cuando andas en coche uno va pensando en el de adelante que casi siempre es un idiota, o vamos pensando en lo que pasará más adelante. Mi ex me decía que debía prever lo que acontecerá más tarde cuando vas en camino. Yo, no he aprendido jamás a prever nada. Creo que es lo que me gusta de andar en bicicleta, que uno puede ir por dónde le plazca. Las cosas se van presentando al momento y el viento choca con la cara.

Es casi como ir pedaleando por la vida, disfrutando, sintiendo de manera más intensa el exterior y el propio cuerpo, porque el cansancio físico es la manera más linda de conectarse con tu cuerpo, de sentir que sigues viva. Y como somos un todo, pues la mente, el corazón y la apariencia misma se relaja.

Y pues eso, que se abre la temporada de ciclismo!

lunes, 30 de mayo de 2011

Saber.

Digan lo que digan, creo en las coincidencias. Estoy segura de que hay un señor enorme tirando dados arriba de nuestras cabezas. Cruzando cables, y marcando lineas ocupadas cuando no debería ser así. Entonces, como si no importara nada en la vida más que dejarse llevar, parece que planear sobre el abismo de las coincidencias puede convertirse en un camino ventajoso.

Cuántos kilómetros se pueden caminar para encontrarse con un beso? Cuántas ideas se tienen que generar para atraer a la persona que tanto esperas? Cuántas estupideces se tienen que cometer para acertar en algo en la vida? Yo qué se. Hoy sé que los errores aparentemente más graves en la vida, pueden salvarte. Por lo tanto, hoy, no se puede dar nada por cierto, ni por eterno.

Somos como pequeñas volutas multicolores, rondando de un lado a otro a capricho de un viento que ignora completamente que existimos.

O yo qué sé, hace tiempo que no sé nada de nada.

Remedio.

Hay que tratar de ponerle remedio a las cosas que no van del todo bien en la vida. Dejar de frecuentar personas que no te hacen bien, o simplemente olvidar lugares que te hacen recordar momentos agrios. No es que uno trate de evitar cosas, es ponerle remedio.

sábado, 28 de mayo de 2011

De un tiempo.

De un tiempo a la fecha, la ciudad luce diferente. Los caminos a casa o los lugares que frecuento saben misteriosamente a ti. Sin haber estado nunca en el mismo sitio, invades todo; La almohada de mi cama, mi mesita de noche, lo libros que comienzo a leer y hasta las películas que no he visto.

Y mi realidad se parte en dos, mi locura se vuelve tuya. Comprendo que la felicidad es la respuesta a todas las preguntas que no hemos sabido contestar. Mientras escucho tu voz por las noches, madrugadas, tardes y dias, te conviertes en tónico, droga, placebo, o ve tu a saber qué otras cosas de las cuales uno se puede volver adicto facilmente.

Y a veces no quiero escribir sólo de ti, ni de lo que me provocas, pero hasta te haz adueñado de mis letras y de mis ansias de escribir. Ahora luzco tus colores, esos que sólo tu sabes emitir; verde, gris, azul, y un poco de amarillo.

De un tiempo a la fecha vives en mi, a pesar de todo, de las diferencias, los usos horarios, y sorprendentemente, me gusta.

viernes, 27 de mayo de 2011

De helechos y flores.

No ha habido en mi ciudad, que yo recuerde, invierno más frío que este que ha pasado. Nada nos hubiera podido preparar para esos días de menos muchos grados, donde el sol, aunque presente no calentaba nada, y donde todas las plantas han muerto debido a lo gélido de aquellas madrugadas. Escuché a mi madre quejarse una y otra vez de que todas sus flores del jardín habían muerto y que de aquellos helechos que colgaban en el patio no ha quedado más que una maraña de hojas color marrón, muertas y tristes.

Justo empezaba la primavera y con la ausencia de gota de lluvia, mi madre, parecía, había perdido completamente la esperanza en aquellas plantas, en el verde de sus helechos, en aquellas flores que tardaban en volver, en todo su jadín que no daba pinta de vida. Aunque cada fin de semana les daba una oportunidad, sólo unos días más para ver si aquello daba algún indicio de verdor y no tener que tirar a la basura lo que día tuvo tanta vida.

Hace apenas un par de semanas, un domingo, me despertó sonriendo como una pequeña niña en un mañana de navidad. Mira, me dijo entusiasmada, han brotado nuevas hojas, las flores parecen empezar a enseñar insipientes colores, y el helecho macho (no tengo idea de la diferencia) ha cobrado vida. No lo entendí en el momento, y claro, tarde muchos días en apreciarlo.

Hoy por la mañana mientras tomaba algo en la cocina, lo descubrí, aprecie el verde del jardín de mi madre, la importancia de tener aquellos colores de vida rondando por mi propia cotidianidad ciega y falta de capacidad de asombro. Me apené conmigo, con las plantas de mi madre, y con ella también.

No lo sé, pero me sentí un poco como aquellas, entendí porque mi madre las había sufrido tanto al creerlas muertas, porque también había esperado semana tras semana a que aquellas aliviaran sus raíces, se depuraran de la basura que, claro, ya había muerto.

Y me alegre, se veían tan bellas, el invierno no las venció, ni ellas, ni a mi, ni a los helechos que cuelgan frondosos en las ventanas de la cocina.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Ismael Serrano - No Estaras Sola



Canción del día. Son de esas canciones que te abrazan, quizá de mis favoritas de Serrano, esa y la de Ana.

Buen miércoles.

lunes, 23 de mayo de 2011

Nos amamos.

No terminaremos de encontrar, ni de buscar, ni de entender las razones por las cuales estamos juntos. Juntos como sólo se puede estar tan lejos. Tan cerca que al escuchar tu nombre lo siento propio, tan lejano como nuestra diferencias.

Eres extranjero de mis tierras, pero jamás extraño a mi. Te veo, y me reflejo en ti, en tus modos, y tus gestos. Te conozco apenas, pero ya te intuyo, te siento, te respiro aquí mismo dónde faltas.

Aprendo de ti, al igual que me emociono con tus platicas. A veces no sé de qué hablarte porque tu voz me lleva lejos, quizá allá donde te encuentras, o no sé, no me salen palabras y terminas por arrancarme suspiros solamente, por si acaso, para alcanzarte.

Lo sorprendente de tu amor es que no sé sabe qué seguirá mañana, ni lo veíamos venir, ni sabemos a dónde nos lleva. Es como si un ciego guiara a otro, y a tientas encontráramos la felicidad que por mucho buscarla, no vimos. Entonces realmente los sentidos salen sobrando y por coincidencias, destino, o tal vez simplemente por fortuna, nos amamos.