miércoles, 29 de junio de 2011

Sin más.

No he podido, no he querido, ni he intentado escribir por estos días. La respuesta, quizá el tiempo en parte y la falta de interés. Hoy lo intentaré, y no prometo nada.

Nunca pienso sobre qué voy a escribir, me siento, y empiezo a teclear sin pretender decir nada concreto, simplemente me "dejo llevar". Siempre, o bueno eso pensaba antes, hay de qué escribir. Hoy parece que le doy la razón a "Mondoli" y me quedo frente a la pantalla algunos minutos en blanco. Quisiera poder culpar a algo en mi vida; el trabajo, la suerte (buena o mala), el ir y venir de los días, los seis meses que van del año, la ausencia de ideas, el hecho que tengo semanas sin tomar un libro para leer, o yo qué se.

Pero es evidente que hoy ando seca de ideas, de imaginación y creo que, aún más preocupante, de deseos de compartir. Tal vez se deba a que las cosas han ocurrido muy rápido, pero bueno, que así es la vida y no tendría porque ser diferente. La vida acaricia la cortina de lo incierto y lo realizable. Entre tanto, espero a que me alcancen los días y el verano, y poder llegar a dónde me esperan. Quizá viviendo la realidad de las cosas me den o más ganas de escribir o tal vez me ausente por estar muy ocupada viviendo. Pero ahora estoy más segura que, ésto de escribir es cosa seria.

Aunque sea sólo un pasatiempo, aunque sólo lo utilice como medio o válvula de escape a mis emociones y/o preocupaciones. La cosa es así, no es tan sencillo como antes. Llevo algunas lineas y no he contado nada, la razón , es tal vez que no tengo mucho que contar.

viernes, 24 de junio de 2011

Deber ser.

Deberías estar aquí besándome los ojos, deberías estar despierto acariciando mi sueño. Deberías despertarme con tus pensamientos miopes. Y no sé. tal vez no debería pensarlo tanto, pero sueño con tus manos, y lo torpe que soy al escucharte.

Cuánto tiempo estaré imaginándote del otro lado del colchón de la ausencia. Quedándonos dormidos junto al teléfono.

miércoles, 22 de junio de 2011

Pase lo que pase.

Hay días que se revuelcan en la tierra y luego llueve, y todo se cae gracias a una ráfaga de viento, que al final no era para tanto. Hay días como hoy que amanezco con una esperanza y termino con la realidad.

Hay cosas muy absurdas, como los pedimentos migratorios, las fronteras y los kilómetros que se empeñan en hacerme suspirar. Y son absurdas porque no las entiendo. No entiendo porque no facilitar el transito de las personas. Conozco de cerca los problemas migratorios, teniendo a la frontera de Estados Unidos tan cerca, me parece hasta cierto punto necesarias ciertas medidas de seguridad. Pero cuando alguien viaja en avión, con un boleto de avión tristemente redondo, con todos esos requisitos que piden ya de plano migración. A parte tienes que llevar un mínimo de efectivo y un tarjeta de crédito, y si no tienes un tour al cual ir, o un hotel, si simplemente vas a ver a alguien especial por allá, se tiene que que hacer una invitación oficial y llenar una serie de requisitos absurdos. Qué de dónde hablo, de España mismo, del único país miembro de la unión europea que me pone como mexicana una serie de requisitos absurdos para ingresar al país por avión. Porque si vuelo a otra parte y llego por tierra, mar o yo qué sé.. No pasa nada, qué no se tiene menos control por éstas ultimas vías. Yo qué sé, estoy molesta, pero hay cosas que se tiene que cumplir, veremos qué tal suceden las cosas.

Por lo pronto, aseguro que, pase lo que pase, ésta mexicana invadirá el viejo continente en breve.

lunes, 20 de junio de 2011

Vuelvo.

Te haz metido con lo que más me importaba, con mi gente, mi vida, y mis historias. Haz hecho que pierda parte de mi vida, de mi futuro, de mi esencia. No te puedes llevar más cosas, tu delito, e inclusive el mio han sido sentenciados al destierro.

No tengo nada que perdonar, no se puede ser juez y parte, y como la verdad hace tiempo que he desistido de demandarte cualquier cosa. Me hundo en la trinchera de la cordialidad, de la frialdad de mis letras, mis manos, y de unos ojos que ven hacía el norte.

Vuelvo porque mis letras merecen salir, porque perderme en el miedo es darle la razón a los que me persiguen, o los que temen escucharme, leerme o vivirme. Vuelvo, no del todo porque cierta parte de mi libertad se encuentra junto a esos documentos que inventaron los que no saben nada de mi. Antes de intentar firmar cualquier cosa, me someto al proceso legal pertinente y bajo las leyes que yo misma he creado. No vuelvo a prometer cosas que revocaré más adelante. Ni notarios, ni escrituras, ni contratos, ni nada que pueda comprometer mi esencia a papeles. Simplemente mi alma al aire libre, dibujada en una servilleta de papel.

Vuelvo a gritar porque es lo único que se hacer, no me escondo del todo, muestro mis ojos para lograr entender hacía dónde se dirige éste carro de la vida. Cuánto más tengo esperar para besarle?. Noto que mi cuerpo comienza a codificarse a tener nombre. No importa más que los ojos y las gafas del sujeto que hace que sueñe entre suspiros, entre diferencias, y complacencias.

Nadie.

Un día amanece y colapsa todo; Internet, teléfono, y no hay manera de comunicarse con el resto del mundo. Anteriormente no me hubiera importado. Podría prescindir inclusive del teléfono celular que rara vez contesto, lo sabrán quienes me conocen. Pero de un tiempo a la fecha me he vuelto un poco obsesiva del tema de las comunicaciones, la única razón se encuentra a muchos kilómetros de distancia y hace que éste tema se vuelva muy importante.

Qué fácil sería perdernos entre la gente, y que un día apocalíptico cualquiera dejemos de existirnos sin más. Despertar una mañana y no tener noticias tuyas, intentar comunicarme contigo y no encontrar respuesta. Esperar a mandarte una carta tradicional y que regrese el correo días después sin contestación, con un gran sello (rojo por cierto) de "regresar a remitente" Y pum! de la noche a la mañana nos hemos muerto.

Imaginemos que es sólo un amigo, un amor de lejos, un encuentro "cercano" de esos del segundo tipo virtual, un seguidor de twitter, un amigo del blog. Jamás volvería a saber de esa persona, y ella no sabría de mi, jamás. A dónde queda todo lo que se siente, para dónde se tiene que comprimir y mandar en un email corto pero sencillo. Pensamiento fatalista, pero no imposible.

Entonces pienso en los días que faltan para agosto, las cosas que se vierten sobre las sábanas, los pensamientos que se cruzan y se ponen de acuerdo, las coincidencias, las conversaciones, lo real que es sentir al corazón moverse. Lo irreal que parece todo esto viéndolo de lejos. Nadie entendería mi miedo a perderte en el obscuro mundo de lo intangible, nadie si no tu, que sientes lo mismo.

jueves, 16 de junio de 2011

Aquí estamos.

Esto de la intimidad sienta bien por un rato. No creo que haya gente que extrañe el sitio y las que si, ya me expresado su "Por qué me bloqueaste?" Entonces, estamos los que somos y los que debemos (pocos). Y bueno que la verdad no tengo mucho de que escribir por estos días. No porque no tenga inspiración, si no más bien porque me la guardo, en parte para decirlo directamente y también para poder disfrutarlo como sólo se puede disfrutar viviendo día a día, a todas horas, en las madrugadas, y en las tardes o en los insomnios compartidos y en las diferencias de horarios.

Pero hay cosas que no cambian a pesar del tiempo, como ésta maña mía de escribir todo, de sentir todo, de expresarme, y, como diría un amigo mío de ser "transparente". Quizá demasiado. He pensado en lo que significa éste blog para mi, y en el porque no lo he cerrado definitivamente a pesar de tener más de una vez, a lo largo de su historia muchas razones para hacerlo. Es importante en mi vida porque ha sido parte muy importante de mi historia. Y también un gran alivio, un costal en el cual golpear a base de palabras, que no siempre son muy lindas, todo aquello que no digo abiertamente y todo lo que oculto por pudor, por cómo soy, o porque simplemente a nadie más le importa.

Este espacio es también la razón por la cual mi vida a dado un giro completo y por la cual hoy en día en ésta situación tan afortunada. En resumen, que, nada es lo suficientemente importante o amenazador en mi vida como para impedirme, aunque sea de ésta manera seguir aquí, y seguir escribiéndome.

Por lo pronto es todo, ya contaré qué tal ha ido el fin de semana, porque iré a una boda y tendré quizá alguna aventura que capturar por acá.

sábado, 11 de junio de 2011

Quiero.

Cuántos días nos regalará el destino? dos, tres, una semana, muchos años? No lo sabemos, o quizá sí, pero me parece cruel determinar el tiempo contigo, sería como limitarnos, como resignarnos que hay un principio y un fin en todo. Yo quiero eternizarte en mi hoy, dónde te quiero, dónde ya somos nosotros, y de las veces que me dejas en la cama con el teléfono en la mano. En mis insomnios con tus ruidos, con tu paz y tu claridad.

Te pienso en lo que hago, en mis minutos, en mis sonrisas, en mis calamidades y problemas, en la vida que me cambias. En el vértigo de encontrarnos gravitando en dos polos y mirarte y desearme ahí. Qué sería capaz de dejar por ti?, nada, sin ti parece que ya no hay nada que dejar atrás. Lo he pensando ésta mañana mientras preparaba mis cosas, y te encontraba sujetado fuertemente a mis ideas. Mientras el agua recorría mi cuerpo bañándome de nuevos deseos, de nuevos encuentros contigo. Yo no sé nada de tiempo cuando parece que éste desaparece entre nuestros suspiros y las largas charlas contigo.

No sé si creer en el destino o las coincidencias, ni sé de la vida, pero sí de lo bien que se escucha mi nombre enganchado al tuyo, de lo que se siente ya cogerte de la mano y viajar por ahí en nuestra imaginación. Quiero un camino de ida y vuelta a ti. Quiero tus noches, nuestros despertares y un mismo horario, quiero compartir tu espacio y que te inundes del mío. Quiero todo contigo.

jueves, 9 de junio de 2011

Nos quebramos.

Me preguntas -Qué hago con el amor?- Y se me ocurren millones de respuestas, pero no puedo darte ninguna, me quedo callada. Te leo desesperado y con muchas dudas acerca de mi. Quisiera contestarte todas, pero guardo silencio, no escribo nada, porque, porque no sé cómo explicarte las cosas.

Dices que soy voluble, que no sabes qué quiero, que te gustaría entenderme, que me burlo de ti y que te contesto palabras que no tienen sentido. Y yo sólo se que no me entiendes porque no me conoces, porque no me escuchas por las noches y en las madrugadas, porque no te escribo que te amo a las tres de la mañana, ni espero tus llamadas en horario laboral. No te pido que me despiertes más tarde, ni que me beses desesperadamente. El amor ponlo dónde quieras, guárdalo, o tíralo, yo qué sé, cada quien es responsable de lo que siente.

Me desespera muchísimo, quisiera que las cosas fueran como antes, y poder platicar contigo los viernes y tomar vino tinto escuchando Sabina en ese sillón que tendría mucho que contar. Quiero que seas el de antes, y yo ser la de antes. Pero ya hemos cambiado, ya no somos lo mismos, ni tenemos los mismos intereses. Marcamos la pauta y nos quebramos.

Tu vida y la mía se separan en mil pedazos, tu mueves las manos, y yo me quedo mirando el piso.

miércoles, 8 de junio de 2011

Mal momento.

Cómo ponerme de malas mientras existas? Si haces que todas mis preocupaciones se vayan volando con sólo unas cuantas lineas. Tenía quince minutos escribiendo una entrada sobre lo mal que me sentía, lo cansada y las ganas que tenia de mandar todo al carajo. Y ahora, después de sólo unas cuantas lineas, borré todo y mandé mi mal momento al carajo.

Ya ni me acuerdo de qué tantas cosas me quejaba. Simplemente te leí, regresé a la pagina dónde escribía y el panorama cambio por completo.

domingo, 5 de junio de 2011

"Mi amor"

Cómo te llamo? Qué nombre ponerte? La gente suele preguntar si uno está acompañado o solo, por cosas de tener conversación o yo qué se. Ayer me lo preguntaron y me quedé un momento callada, la persona que tenía enfrente creyó comprender y me preguntó -Ah es complicado!- Pero yo negué con la cabeza y seguí buscando alguna forma de llamarte. -Entonces?- me dijo el sujeto. Yo cambié de tema, principalmente porque no me gusta dar explicaciones y segunda porque no sabía ni qué decir.

Me fui a la cama pensando en ti, como siempre, pero esta vez en cómo te haz adueñado de mi vida. Me reí al recordar lo de "es complicado" porque lo que hace mágico lo nuestro es la inexistencia de eso precisamente, de complicación. No sé si buscarte un nombre sería cómo intentar nombrar algo que no existe, o al contrario, adueñarme de ti y pegarte a la solapa de mi camisa, para que todos te vean.


Para mi, eres mi amor, lo que yo siento se condesa en llamarte por ese nombre. Eres el dueño de mis letras, de mis noches, de mis suspiros, de mis abrazos, de mis besos, de mis mañanas y de todo lo que deseo. Pero eso qué hace en mi, cuál estatus me da en la vida? Qué les digo?. -Ah claro tengo un "mi amor"- No sé, me divierte la idea de llamarte así, de ponerte un nombre ante los demás sólo para que sepan que, a pesar de los obstáculos, no estoy sola. No me siento sola, no puedo llamar a mi estado emocional de ninguna manera. Puedo decir solamente, estoy enamorada. Sin complicaciones, sin nombres, sin nada de lo cotidiano que hace de las parejas un circulo vicioso. Eres mi amor, porque así te siento, sin aspirar más que a que me sigas queriendo y me sigas llamando cada noche, "mi amor".

sábado, 4 de junio de 2011

Amarillo.

Tumbada bajo una luz amarilla se dejaba llevar por el vaivén de la mecedora. Harían unos treinta grados, su piel repleta de arrugas grises dejaba ver un montón de manchas marrones, que claro, le habían empezado a brotar hacía ya varios años.

Mujer de expresión austera, de mirada gris casi azul, parpados que caen en repetidos pliegues. Su edad, imposible de calcular a ciencia cierta. En los años por dónde había nacido, ni el registro civil existía, y la partida de nacimiento era sólo aquella que expedía la iglesia católica por ser bautizado, el problema estaba es que harían muchos años que el cura en turno, había escapado con una mujer casada llevándose con su pecado los libros de nacimiento.

Ni mundo conocía, sólo salió del pueblo una sola vez de joven, tal vez de unos quince años. Su padre la llevó a la ciudad a que conociera a una tía que estaba a punto de morir. Pero como las cosas nuevas y que no se conocen, pasan como grandes sueños por la memoria, no podía recordar casi nada. Es probable que sea culpa de los filtros que se impregnan en los sentidos debido desconocimiento. Y de los recuerdos, poco quedaba, quizá sólo la mano de su padre al cruzar una calle y pequeños autos ruidosos que rodaban por calles anchas y sucias.

Esa tarde de calor, como casi todas las tardes sentada en el umbral de la estancia, con un trapo en mano, espantaba a los zancudos una y otra vez, sin lograrlo del todo. Intentando atraer los recuerdos e intentando olvidar unos tantos. La memoria sirve de poco con la edad, porque uno va viviendo casi a diario repitiendo todo, como si no quedara otra cosa más que seguir en automático. Sin responsabilidades, sin problemas, sin defectos, sin futuro. Sólo al día, como si se tratara de prender y apagar un cuarto, que por las noches queda muerto, y por el día iluminado escasamente, sólo para seguir ahí, sin un uso.

De joven se había casado. Aquel hombre, que conoció una tarde de marzo se fue con una de octubre, sin decir nada, por la noche, lo enterró y le rezó porque así se se usaba, sin un porque, sin intención alguna. Pensaba en él de vez en cuando. Tuvo dos hijos, crecieron y ahora ellos tienen los suyos, y venían como fantasmas de vez en cuando. Uno no tiene comprada la compañía, nacemos tal cual, nadie se obliga a estar con nadie, ni por contrato, ni por muerte, ni por angustia. Lo entendió tarde, y los dejó ir.

La luz empezaba a escasear por la tarde apagando su amarillo, sus ojos empezaron a cerrarse lentamente, el vaivén de la mecedora callaba y sus pequeños pies tocaron el suelo. Casi al anochecer su cuerpo la abandonó, dejó caer el trapo y las arrugas. Corrió, sin saber a dónde.

miércoles, 1 de junio de 2011

Para ser sinceros.

El tiempo se resbala por las paredes de mi pensamiento. Tus imagenes creadas por mi imaginación son viscosas y se pegan en todo lo que hago. Recuerdo tu voz, mis risas, tus historias, mi vida en ti o quizá mi vida atipicamente contigo, y así nos vamos haciendo de momentos poco a poco, de cosas que recordar, de platicas qué evocar en alguna madrugada, tal vez como a las tres de la mañana.

Las palabras escasean entre suspiros, las voces susurran como gritando algo, un "te amo" que no da vergüenza presumir, pero que no compartimos con nadie, porque es sólo nuestro. Hay secretos que se guardan para que no se gasten en los oídos ajenos, cosas que sólo le pertenecen a dos. Nadie está invitado a nuestros despertares, al momento en que nos quedamos dormidos boca a boca, escuchando tu respiración que ya reconozco diferente cuando duermes casi a mi lado.

Te siento sin mucho esfuerzo, es tan natural quererte. Amarte es como respirar, como sentir mi propio brazo, mis manos te saben, aunque parezca imposible. Es como si siempre hubieras estado ahí, como si sólo faltase que un minúsculo encuentro diera tono a lo que estamos sintiendo.

Y es que para ser sinceros, no es que no entienda lo que nos ocurre, es que hay cosas que no se complican con pensamientos, ni se atrapan en conceptos, hay cosas que sólo son, como el amor, como lo nuestro.

Temporada.

Soy de temporadas, tengo esas rachas dónde encuentro cosas interesantes que hacer y nada me saca de ellas, desde pintar, bordar, hacer bufandas para navidad, cantar en alguna banda, recitar poesía, escribir en un blog, tocar guitarra, dibujar, bailar salsa, ir al gym hasta que no puedo más, correr medio maratón, cocinar todo lo que preparan en un programa de cocina, hacer manualidades.. Uff qué he tenido temporadas de casi todo lo que se me ha ocurrido. Hoy le toca a la bicicleta.

Y tiene muchas ventajas eso de andar en bici, primero que puedes andar en casi cualquier lado, no contamina, haces ejercicio, y en mi caso, pues paseo con mis amigos. Pero lo que realmente disfruto de andar en bici es la forma en que se ve el mundo, cuando andas en coche uno va pensando en el de adelante que casi siempre es un idiota, o vamos pensando en lo que pasará más adelante. Mi ex me decía que debía prever lo que acontecerá más tarde cuando vas en camino. Yo, no he aprendido jamás a prever nada. Creo que es lo que me gusta de andar en bicicleta, que uno puede ir por dónde le plazca. Las cosas se van presentando al momento y el viento choca con la cara.

Es casi como ir pedaleando por la vida, disfrutando, sintiendo de manera más intensa el exterior y el propio cuerpo, porque el cansancio físico es la manera más linda de conectarse con tu cuerpo, de sentir que sigues viva. Y como somos un todo, pues la mente, el corazón y la apariencia misma se relaja.

Y pues eso, que se abre la temporada de ciclismo!