sábado, 30 de abril de 2011

Cada quien lo suyo.

Cada vez que me toca cargar el garrafón del agua, arreglar alguna cosa, o poner un taquete para colgar un cuadro, o simplemente usar herramientas, me doy cuenta que hay cosas que, a pesar que las hago, y no me salen tan mal, no estoy hecha para eso. Y no es cuestión de feminismo, machismo, o como lo quiera ver, es que es cosa de roles.

Este invierno, que por cierto ha sido uno de los más frios que yo haya vivido, me ha tocado ir por gas para el calentador portátil. Y pasa que, ahí estaba yo con el frío del mundo haciendo fila (porque nadie en la ciudad estaba realmente preparada para el frío de menos catorce grados) y al momento de que me cargaban el pequeño tanque, me di cuenta que no previ el peso extra, y me sentì tan frustrada, era la unica mujer ahí, y descubrí que algo estaba mal. No es que me pese hacer las cosas, es que hay roles.

Roles naturales, como tener hijos, tener mayor fuerza física, no sé, roles de caracter. Quizá muchas personas estén en contra de eso. Yo sé que puedo hacer todo por mi misma, pero también a veces sería bueno tener algo de ayuda. No lo había entendido, me sentía antes tan autosuficiente, pero de un tiempo a la fecha, sólo quisiera hacer mi rol, y tener a alguien que hiciera el suyo. Sueño que me parece un poco lejano, a menos que me consiga un "chalan" que me haga los mandados jajajaja.

Ya en serio, que estoy más segura de que los roles son esenciales para que haya un balance, una armonía entre los sexos, que todos nos sintamos importantes, necesarios. Una sola persona no se puede hacer cargo de todo, sea cual fuere el sexo, creo que siempre necesitaremos de los hombres, y ellos de nosotras. Es la maravillosa conexión. Y vaya que no hablo de sentimientos, ni de deseos carnales (jaja), si no de practicidad.

viernes, 29 de abril de 2011

Novedades.

Vale, que es temprano y es viernes. Se me ha antojado escribir sin miedo, sin pretender un tema en especifico, y he amanecido de mejor humor esta mañana. He notado también que muchas cosas han cambiado en mi entorno y no me había dado cuenta. Desde que el vecino de atrás de mi casa construye un tercer piso, que se han mudado los de al lado, y que creo que mi carro le hace falta que le cambien el filtro del aire acondicionado (otra vez).

Es también novedoso que este año, a pesar de que la alergia estacional me ha dado algunos problemas, me he sentido la mayoría de los días perfectamente, y casi no he tomado medicamentos. Recuerdo que el Doctor me dijo que tenía que madurar para que se mitigaran los síntomas (creo que dijo crecer) y puede ser que al fin haya aprendido algo. Y es que este es mi año de los aprendizajes, de las pruebas, errores, y de muchos sentimientos encontrados. La soledad ayuda a que uno se conozca mejor, y eso estoy haciendo, fui tanto tiempo parte de algo que se me había olvidado lo bien que me cae estar conmigo. Y es que la soledad no viene sola, es una caja de sorpresas, de vez en cuando trae paz, otras trae nostalgia, otras también diversión. Sólo hay que aprender a verle de la mejor manera.

Muchas novedades en el mundo; bodas reales, beatificaciones, maroma y circo. El país, dónde mismo, con las mismas inseguridades, con villanos que mueren y otros que nacen. Pero no todo esta perdido, hay cosas muy buenas, libros interesantes que leer, momentos con los amigos que compartir, y bueno, el amor, que no siempre tiene que tener justificaciones, ni bases lógicas, existe aunque cualquiera pueda llamarlo una locura, hay cosas que no se explican, simplemente nacen y crecen y siguen. Ya veremos a dónde me lleva (nos lleva) la locura.

Buen fin de semana a todos, y que las novedades los abracen, hay que renacer cada día, o por lo menos, intentarlo. Besos!

jueves, 28 de abril de 2011

Cerrado por derribo.

He pensando seriamente cerrar el blog, he cerrado facebook, y esas cosas de las redes sociales. Ya lo había hecho una vez, volví y luego vaya, como le dije a un amigo, para siempre es mucho tiempo.

Pero con mi blog es diferente, cerrarlo es doloroso, me cuesta. Pero es que hay ocasiones que vendría bien desaparecer, por lo menos virtualmente. Todavía no lo decido bien, pero tal vez volverlo privado e invitar sólo a los que me siguen. No tengo idea, son esos momentos de loquera, que creo que todos nos pasan (espero).

También sería no escribir, pero no puedo, simplemente se ha vuelto una costumbre/vicio/o como quieran llamarlo. Entonces, creo que lo volveré privado.

Disculpen este pensamiento en "voz alta" necesitaba escribirlo para tomar la decisión.. jajaj


Gracias a todos aquellos que me siguen, me leen y siempre han estado ahí.

martes, 26 de abril de 2011

De las cosas.

Acomodando las cosas en el buró, las cosas que debieron haberse tirando desde hace tiempo, pero que, por costumbre uno va dejando. Basuras o recuerdos, objetos sin valor (pero que alguna vez lo tuvieron).

No sé qué sea, pero las cosas dejan de importar, y el tiempo le resta, o le añade valor a algunas. Aunque para ser sincera, nunca me he considerado con corazón de anticuario. Me gustan las cosas nuevas, que huelan a hoy,a mañana, o tal vez a agosto. Por eso tiro la basura, escombro también entre aquellos recuerdos, los saco al sol para que terminen de secarse, para que se mueran.

"Lloré hasta que no me quedaron ganas de volver a llorar, te quise, hasta que te fuiste o te corri, volé, porque no me ha quedado otra más que seguir mi camino". Le digo a las fotografías que aun quedan en el salón de lo que fue. Mientras entono nuevas canciones, mientras escucho nuevas voces, mientras recuerdo nuevos nombres.

No conozco, no leo, no improviso en el pasado. Y eso es algo que he descubierto de mi, a pesar de todas las complicaciones de mujer, de los sentimientos y los enredos. Me he quedado en paz, y no me ha restado más que enterrar con estas letras los restos que han quedado en el cajón de la ausencia.

Porque todo es ahora, y todo está aquí aunque no parezca. No necesito más que las palabras lejanas, los marcianos que vuelan a mi cama cada mañana y lo lindo que se siente sentirse por primera vez completa, sin que la dependencia me aburra, o me someta. Ser libre es más importante que el amor, tener paz, es más importante que los besos. Y hoy, mientras tanto, me quedo con eso.

miércoles, 20 de abril de 2011

Sueños.

Rumbo a su casa se prometió otra vez que no la volvería a ver, y que aunque fuera muy difícil dejaría que el teléfono sonase, y no le contestaría. Llego a su cuarto, se tiro panza abajo sobre la cama y el teléfono empezó a vibrar, no era difícil averiguar quién era. Le contestó.

-Haz llegado bien, te haz ido tan enfadado que no me haz dado oportunidad de explicarte.-

(comenzó al llorar y del teléfono sólo se escuchaba la respiración entre cortada y algo parecido a un montón de justificaciones).

-Estoy bien-

(cada vez las palabras se volvían más duras, e intentar suavizarlas no era tan sencillo, pero seguía sintiendo pena, por ella, pero sobre todo por él).

-No debí hablarte, pero no podía dormir sin escucharte-

(El egoísmo le impedía dormir y él era su victima, una vez más)

-Esta bien, aquí estoy (pero no, él no quería estar, él quería irse, moverse de ahí, pero algo mucho más fuerte que ella lo ataba a aquel teléfono) ya duerme, y déja que yo duerma (mentiras él no podría dormir aunque quisiera).


Después de un húmedo silencio, el móvil se apago en señal de que había colgado por fin. Recostado, ahora viendo directamente al foco ahorrador de luz que colgaba del techo, pensó en lo fácil que le parecía dejar de verla ahora. No deseaba verla, no deseaba hablarle. Los restos de amor podían caber en su recamara, haciendo de vez en cuando ecos por las paredes y resonando en la cómoda dónde ella se sentaba cada vez que lo visitaba. De a poco se fue quedando dormido e increíblemente no soñó nada.

domingo, 17 de abril de 2011

La finalidad.

No sé que sea, pero hay momentos en que el corazón se hace agua y se escurre sin darnos cuenta entre los minutos y las horas, y algo falta aunque no se sabe qué.

La normalidad es un plato que sabe a cartón, y volteando hacia todos lados, no se encuentra más que papel en las paredes, y superficies planas dónde no hace falta escribir versos, dónde la sincronia se pierde, dónde los miedos te amenazan y no queda más que hacer caso a la intuición y permanecer callada.

La finalidad es la misma, haz de dejar se soñar, de creer, y esperar, porque el vacío es la crueldad de saber que la soledad es la unica que me abraza. Total que no hay palabras exactas, caminos correctos y las ambigüedades se parten en mil pedazos al caer al suelo.

sábado, 16 de abril de 2011

Resultado.

Razones, eso es lo que a mi me sobra al imaginarme, o mejor dicho, al imaginarnos. Y conduzco por las calles de la fantasía, me emociona verme a tu lado, o frente a ti platicando nuestra vida o de nada, simplemente viendo tu rostro, tus ojos y sobre todo tu boca.

Entonces encuentro motivos para escribir, para hacer las cosas cotidianas, para contarte de todo lo que me gusta hacer o lo que no me apetece. "Dónde estarás?" me pregunto constantemente, me lo cuentas, pero el no verte me extravía entre la profundidad de la ausencia y el vacío.

Te conozco y no, te encuentro y no, te veo y no. Y entre tanta ambivalencia, no me queda más que disfrutarte cerca, en los fugaces momentos en los que nos encontramos sincronizados, y entre las conexiones y las hermosas muestras de que algo ha cambiado en nosotros en éste tiempo, me sorprendo de lo fuerte que es la energía que nos envuelve, que tal vez, nos convierte en locos al vivir realidad paralelas y andarlas y, sin saberlo, deleitarnos entre los pensamientos que mágicamente compartimos juntos.

jueves, 14 de abril de 2011

Distancia.

Quien invento las distancia no se imagino que, muy a su pesar, tu y yo nos existiéramos en un punto indefinido del caos de la vida. Y mientras tu realidad te arrastra hacía "no sabemos dónde" yo espero en la orilla, atrapando tus olas, que de apoco se vierten en mis playas constantemente.

Inspirada no se ya si por mi tarde o por tu noche, espero, a que las muestras de tu presencia me tintineen las pupilas y verte, leerte, saberte. Y me vuelvo aire, y vuelo, nos envolvemos en las energías de las coincidencias. Y no hay palabras, ni muestras, ni sentencias, ni atajos. Somos los que somos porque no nos ha tocado ser otra cosa.

Es una lástima que no te vean mis ojos, que mis manos no acaricien tu espalda, que mi boca no pronuncie mi nombre en tu oído. Lejos, la ausencia se vuelve polvo, aunque contagiada con tu ruido, con tu voz, con tu esencia, te sigo, no sé a dónde. Te verán de verdad mis labios, te acariciará mi ombligo, y toda yo mezclada entenderé que, en la distancia nos existimos.

miércoles, 13 de abril de 2011

Entretener.

No hay manera de escapar a la realidad o por lo menos no de una manera "sana". Entonces como todo el mundo, juego con mi mente, y para eso existen los libros, las peliculas, y demás menesteres en materia de distracción.

Hoy iré al cine y me cuesta tanto trabajo decidir qué película ver. La semana pasada fui a ver una mexicana, "Rescatando al soldado Pérez" y me he reído de lo lindo. Pero hace tiempo que no veo una película que realmente me inspire. Ni siquiera "The King Speech" me ha dejado buen sabor de boca, o bueno, que no me ha movido realmente las entrañas como para decir -qué buena péli-. Entonces y en vista de que mi tiempo libre se encuentra limitado por estos días, tengo que ser muy selectiva en cuanto a lo que quisiera hacer con el. No puedo ir por ahí desperdiciándolo en cosas que no me construyen como persona, o más allá de eso, que no me dejan un "sabor rico".

Entonces estoy haciendo un pequeño test de las cosas que uno busca a la hora de ir al cine. Desde los actores, el titulo y de que se trata la película, y en mi caso, de qué humor me encuentre. No se mucho de cine, y no pretendo saberlo. Soy como la mayoría de los mortales, buscadores constantes de satisfactores mentales, ósea de distractores que nos alejen por un par de horas de nuestra propia realidad. Pero últimamente no hay mucho de dónde elegir o por lo menos no he sabido hacerlo. Antes, creo, era un persona más sencilla de complacer, me tiraba en el sillón frente al televisor y me enganchaba de lo que fuera. Ahora no, comienzo por encontrar muy sosos los programas de televisión por cable, y ni que se diga de las dichosas telenovelas.

Entonces que hasta la realidad alterna se encuentra en crisis. Y no puedo entender a qué se deba, dicen que "hay para todos". Pero, o yo me he vuelto muy exigente o la industria del entretenimiento vale queso y hacen las cosas sólo para satisfacer a la mayoría (de la cual no me siento identificada).

Pero bueno, ya veremos qué peli me decido a ver, que como ya les dije no hay mucha opción. O me voy por la cinta típica de ciencia ficción norteamericana, o por películas de cine alternativo que, últimamente me han dejado corta con la trama. No estoy para criticar absolutamente ninguna en especifico, sólo generalizo. Y todo esto sale porque he leído varios de sus blogs que han confirmado que no soy la única persona que piensa esto. Ayer comente en el blog "La huella del ojo" que no es necesario ser un muy "enterado" de las cosas de cine para reconocer que se ha fabricado mucha basura últimamente.

El caso, y por lo que escribo, que hoy me pienso entretener con lo que encuentre, ya les contaré si es que ha valido la pena...

martes, 12 de abril de 2011

Ensayo.

Tomaré prestadas tus manos para acariciar mi rostro una mañana de invierno, sentir el calor de tu hombro de aquellas noches de insomnio y así localizar en lo oscuro la luz de tus ojos. Penetrar los desiertos de tus silencios rotos, y andar por tus dunas y después beber de lo incierto.

No tomes a mal que no encuentre todavía tu nombre mis labios, y si me leés reconoce que estoy hablando de ti, aunque no te haya visto, aunque por dentro escuches eco y sientas que no existo. Escucha al vacío que esta proyectando mi rostro.

Presta atención que no lo diré dos veces, yo te amo, hoy, y para siempre. Cuando te encuentre sabré de lo que hablo, mientras tanto pretendo besarte, y mientras ensayo, me aprendo tu nombre.

lunes, 11 de abril de 2011

Dónde no te encuentre.

No volveremos a hablar, y lo sabes. Tu mirada se me ha perdido entre las cosas que jamás debieron haberse sucedido. Los besos y demás objetos de valor se regresaron en su momento, y no nos debemos nada. Intento no soñarte una noche más, y es que mi corazón revisa uno a uno los recuerdos y no encuentra una razón más para retenerlos.

Nos fuimos desde hace mucho, aunque no lo hayamos notado. El amor descendió hasta caer en la cuenta de que no había ya nada que contar. Se nos terminó el tiempo mucho antes de lo acordado. No volveremos a vernos y eso es contradictorio. Porque nos encontraremos en cada camino que recorrimos juntos, en las películas, los libros y la música que pretendes no entender. Seguiremos existiéndonos en la melancolía, tal vez cada vez más borrosa, pero jamás transparente.

He entendido que la melancolía es peligrosa, hace sentirnos enamorados, cuando simplemente es un recuerdo que nos revive momentos, y que se deja tal cual, dónde pertenece al día siguiente, revolcándose en la historia, entre todas las demás, acumulándose con otras que no te pertenecen.

Entonces te dejo, o nos dejo, porque no queda otra. Porque cargarnos sería un error que no nos conviene a nadie, porque al final qué ha quedado, ni una sólo recuerdo que valga la pena enunciar, simplemente pedazos de una larga historia de ausencia, de espacios en blanco, de parches, de colores inservibles, de mi letra, mi imaginación y mi falta de decisión. Y pues hasta siempre, dónde sea, dónde no te encuentre.

domingo, 10 de abril de 2011

Ya por la tarde.

-Por què tendría que creerte?-, Entonces la miro, sus ojos se llenaban de ternura, el amor se le escapaba por los poros y las palabras no abarcaban lo inexplicable. Se quedó callado. Sobre ellos la tarde, y ese sabor a despedida que cada vez se volvía más frecuente. La razón esta vez, como muchas otras, no alcanzaba a cubrir lo suficiente la felicidad que sentían al abrazarse. Como siempre, ella procurando mantener la cordura, recordando el pasado, guardando rencores como el arma secreta para no volver a sentir, para cubrir de pensamientos los sentimientos.

Entonces, se miraron, y sus labios lentamente se encontraron. El lenguaje de sus besos traspasaban las imagenes de las palabras dichas, y mientras su amor hablara, las razones callarían. El sol se ponía y otra vez, tendrían que dejarse. Tal vez mañana, le decía ella. Aún tenía su olor en los labios y ya sentía la necesidad de volver a sentirla, de dejarse llevar por aquel extraño estado de felicidad que lo hacía parecer un loco, que lo cambiaba y de vez en cuando lo torturaba.

La vio partir, y en su mente millones de preguntas. En la garganta se le amontonaban las palabras que no se atrevió a decir. La dejaba ir una vez más, pero no por cobardía, si no porque sabía que todo llegaría a su tiempo. Tenía la esperanza que sólo se puede sentir con amor, esa esperanza desesperada, que no encuentra descanso. La espera sería lenta y progresiva. En su recuerdo sus besos, sobre su piel los restos de su presencia una noche más, o una noche menos sin ella.

viernes, 8 de abril de 2011

Al final de cuentas.

Pues que pasó lo que tenía que pasar. He perdido la capacidad de escribir, mi corazón se ha secado, mis sentimientos se cristalizaron y se partieron en mil pedazos una mañana de domingo (por ponerle fecha). Cada vez que quiero ponerme a escribir de algo personal, o incluso de alguna extraña historia de amor propia o ajena. Pues nada, que la dureza se palpa al instante y termino por no llegar a nada sustancioso, borro lo escrito, porque me doy cuenta que no tiene alma.

Para escribir, creo yo, se necesita sensibilidad. Los escritos que más he disfrutado han sido a la sombra de una gran sensación de amor, desamor, ternura, lagrimas, sufrimiento, o felicidad. A la falta de motivación, falta de motor, y escasa sensación de sentir, pues se seca el corazón y todo con el se acartona. Es algo muy extraño, porque la insensibilidad te brinda una paz, vacía, si, pero paz al final de cuentas.

Volteo hacía el pasado, observo a los personajes vivientes todavía, y no hay nada. Simplemente historias contadas, retrasos, orgullos, pretextos, errores, y montones de palabras equivocadas. Todo lo que pareció quitarme el aliento, se queda en un suspiro que ya no significa, por lo menos en apariencia, nada. Eso que pareció quitarme la vida, parece ser un tropiezo, un volver a empezar y aprender. Y de ahí, para acá, pues nada. Ni resentimientos, ni odio, ni amor, ni ternura, ni aspereza, ni aburrimiento, ni torpeza, ni enojo, ni melancolía, sin sombras, sin claros u obscuros. Simplemente lo que ya fue.

Y a la falta de sentimientos pues las palabras escasean y se empieza por querer hablar de lo que ha pasado en el día, de las cosas que uno cree que están bien o mal en la sociedad y la política, o en el clima de abril que no ha traído lluvias este año. Pero no todo es tan seco como abril, también existen los amigos de aquí, y los extraterrestres que vienen alguna mañana a motivarme el día. El cielo no es tan ingrato, siempre trae cosas buenas, viajes, aspiraciones y porqué no, ilusiones.

Ya me voy, intentando, próximamente, llenarme de cosas nuevas y motivaciones!.. A todos los que me leen mil gracias!

lunes, 4 de abril de 2011

Destierro.

Agarrando una pequeña maleta con un par de jeans, unos tenis, camisetas, su chaqueta de piel (la preferida) y sin nada más. Abordó un avión. En soledad, como debía ser, como debió ser siempre. El destino; la lejanía.

Desterrada de su propia vida, de su gente, de sus sueños. Buscando nuevos y encontrando el cielo más lindo sobre las cabezas de otros. Pretendiendo olvidar lo que a su paso dejaba; se iba, por tiempo indefinido, sin esperar volver, ni telefonear, ni indagar sobre nada.

La cosa estaba hecha, echarse para atrás, imposible. Tenía dinero justo para no volver. Y eso quería imposibilidad para regresar. Lagrimas y reproches, siempre iban a haber. Un día la gente la que se quedaba, la que realmente la extrañaría, lo entendería. No se puede crecer bajo la mano de alguien más, ni conformándose con lo que nos ha tocado vivir. Uno tiene que ir buscando su propio camino, y eso hacía aquel abril, explorar.

Toda la incertidumbre (o por lo menos la que ella conocía) en una maleta de mano, atardeceres, noches largas, cortas y delgadas, lo que conocía y consideraba suyo, todo debajo del mantel de la esperanza, ahí donde el tiempo pasa, porque es lo unico que sabe hacer.

Autodestierro y confinamiento. Quince horas, vuelos, gente desconocida. Y por fin, volvía a empezar.