miércoles, 29 de diciembre de 2010

Micelanea

No he escrito en estos días, mi mente ha estado ocupada en cosas importantes y preguntas de esas que hay que meditar. Entre que mi cuerpo reclama comida al son de los villancicos y estos, resuenan en mi mente constantemente. Las preguntas surgen detrás del arbolito de navidad. Qué pasaría si la campana estuviera al lado y no sobre, y si los peces no beben en el río?, y el jingle de las campanas sonara diferente, si santa decidiera no volver?. No son preguntas importantes, aunque, todo es cuestión de "creer" y de fe, que las cosas están así por algo.




Pero ya hablando más en serio. Qué importante el nacimiento de Jesús, dejemos a un lado los motivos religiosos, que creo son de suma importancia. Qué impresionante acontecimiento, el nacimiento de un hombre bastó para cambiar la historia del mundo. Ningún otro hombre ha tenido ese poder, por más que se cuestione, creo que solo un Dios-hombre podría ser capaz de tal cosa. Y entonces resuena la importancia del ser, de estar compartiendo, del cambiar en parte nuestro mundo. Si un hombre hace más de dos mil años marco la pauta de lo que se debe hacer para transcender, porqué no escucharlo, porqué no hacer diferencia y cambiar también la historia.



Hay que tomar el nuevo año como un gran blog de notas dónde comenzar a escribir. Recuerdo mi primer día de colego de cada año, cuando estrenaba cada libreta con la emoción de ver todas aquellas hojas limpiecitas, los lápices afilados, los colores completitos. Todas esas esperanzas de usar, aprender, colorear el destino, la vida, los acontecimientos. Y así me emociono con la entrada de éste nuevo año, con todos esos nuevos y útiles accesorios que se agregan a mi vida, todas las paginas en blanco, todos los motivos para celebrar el inicio de una nueva vida, de un cambio.



Les deseo felices fiestas, que sus corazones y sus barrigas salten de contentos, que se llenen de toda la luz que emite la felicidad, la alegría, el compartir. Si nos toca estar solos, no olvidemos que la soledad no es el espacio físico que representa el aire, la soledad no existe, cuando allá afuera hay gente sola que necesita de lo poco o mucho que podamos compartir, un calido abrazo puede cambiar la vida de una persona. Y de eso se trata, de cambiar vidas, cambiar historias, dejar huella poco a poco con nuestros colores favoritos.


Besos y cariños a todos.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Caoba.

Vista desde arriba, parecía que había caído unos cuantos metros hasta colapsar con el suelo. Pero solamente estaba acostada en el suelo frío de madera de casa de  mi madre. Seguía escuchando el molesto tic tac del reloj de la sala que cada semana se atrasaba un minuto. Debían ser las tres de la tarde, el sol entraba por las cortinas fastidiosamente y el viento jugaba como tratando de espantar, sin lograrlo, el picor que producía en mi cuerpo. No podía creer que la vida se disparara hacía una dimensión tan desconocida, era como un gran estambre que llevaba a una madeja que no tenía un color preciso. Sin embargo, hay cambios y decisiones que, por más que nos muevan, y hasta cierto punto nos martiricen y den miedo, son alegres y llenas de esperanza.

Sí la esperanza es un acto presente que promete futuro, y que por ende jamás llega, tengo que rectificar mi dicho y hablar de fe. Una fe que mueve corazones, los descalza por más atrapados que se encuentren, los renueva. Las campanas resuenan por detrás del mosquitero de la ventana, me levanto del piso, veo mi cabello echo un desastre en el espejo del vestíbulo, y sonrío, algo está brillando al reflejo, pienso en ti, debería ser perfecto, lo es?

viernes, 10 de diciembre de 2010

Primavera.

Camino tras unos pasos imaginarios. Suspendidos en la distancia del anonimato, de largas cadenas de electrones, protones y kilometros. Debes oler a tabaco y limón, a café, tal vez un poco de madera por detrás de tu pelo. Tus manos largas, frías algunas veces. No sé qué decir de tu mirada, profunda y antigua, temerosa dentro de la fragilidad de tu inocencia añejada. En tus palabras se esconderán, tal vez, los recuerdos de una vida que apenas recorres, que apenas conoces. Me entregarías tu conciencia y yo, mis vivencias. No somos tan diferentes, aunque la raza lo diga, aunque nos separen más de seis personas, aunque el mar queda inmenso desde ésta vista.

Ojalá escuchara tu nombre en mi boca, ojalá escuchara el mío en la tuya, tal vez, en primavera. 

martes, 30 de noviembre de 2010

Nosotros.

Tan fácil es perderse en el mar de la superficie, enterrarse entre las cosas que parecen valer la pena, reír y llorar por lo que se desea. Mientras las entrañas se pudren por el olvido. El plan está trazado, la condena es justa, todo será trascendental, pero nada importa.

Correr río abajo, encontrarme con tu ojos, con los de ella, y entenderlos. Voltear y ver al resto de los ustedes y nosotros. Yo elegí más bien enterrarme en mi yo, desaparecer de los tus y los otros. Conocer lo interno de mis labios, conquistarme. Se tiene que sacrificar la vida para poder entenderla, no se puede brincar y enterrar los dedos en la arena. Un abrazo inesperado te espera si decides entender lo que por dentro se lleva.

Ver la vida, sin que nos de miedo, por lo que es, no por lo que se cuenta, aunque de pronto, el tiempo de la felicidad sea un paso, de los años entre nosotros.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Estaba.

Tomando los papeles de la mesa, recorrió el lugar tratando de encontrar un sitio en dónde comenzar a leer. Pensaba cómo había terminando en ese lugar. La vida nos lleva por veredas que jamás pensaríamos al comenzarla, escuchaba en su mente las voces de todos aquellos que, conociendo la vida, hacen frases para recordar aquellas cosas que te hacen aprehender.

Su letra era pequeña y redonda, con pocas lineas, casi como la de una adolescente, se podían distinguir algunos corazones involuntarios en los puntos y pequeños ganchos que parecían correr tras las vocales. Despedía de aquellas letras un perfume que sólo ella podría crear. Cruzaba en su sentidos, jugando con los recuerdos que aún se amontonaban detrás de sus ojos. Por un momento la tuvo entre sus brazos como aquella primera vez de una noche de diciembre. La sensación de retroceder el tiempo lo transportaba al engañoso placer de la melancolía. Pero abrió los ojos, y la realidad lo salpicaba de tinta negra.

Hola, deberás estar pensando  muchas cosas, o tal vez en ninguna, y mi ausencia seguramente ha de molestarte. No tengo ninguna escusa que pueda usar a mi favor. Dónde me encuentro?, todavía no sé si te enviaré ésta carta; es la tercera que empiezo desde que te dejé. Tomé mis cosas esa noche, y sin pensarlo, caminé hacía la calle, encendí mi coche, sin temor a que despertaras (no lo hiciste). Manejé, hasta que el sueño inundó mis ojos de arena, paré en un hotel y me dejé caer entre las persianas sucias y la alfombra verde y pegajosa. Pasaron una eternidad desde la ultima vez que la soledad me acariciaba tan suavemente, debía estar soñando, tu ausencia no me hacía infeliz.
No me busques, tenemos que dejar que el silencio borre la felicidad que algún día compartimos. No sé qué más decirte, no quiero decirte adiós, pero, acaso vez otra opción?-


Las hojas temblaban cuando terminó de leer la ultima frase, el viento sopló frío y su pecho ardía  chocando lentamente contra los botones de la camisa. Así qué así se sentía, pensó, tantas veces había dejado unas lagrimas rodar, las palabras en silencio, su espalda y las voces. Hoy le tocaba ser todo aquello y más, debía ser un sueño, estaba enamorado.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Condicional

Podría dibujar las mañanas que aún sin verlas aparecen en mis ojos, esculpiría tu cuerpo estancado junto al mio. Me sería fácil olvidarlo todo y volver a acordarme. Deliberaría tus sonidos, repitiendo, entonando.

Sería gustoso reavivar tu recuerdo sobre un papel usado, y que el carmín y el azul metálico gocen tus labios y los acaricien. Tu nombre aparecería en mis libros, una y otra vez, en el día y en la noche, subestimando el tiempo recorrido, hablando con los ciegos sobre el color de sus mejillas; y tu, lo escucharías.

No olvidaría el té chino, el jengibre, las rosas y la miel. La ensalada con vinagre, las uvas, el licor de manzana. Cordero, tinta, carboncillo. Bucaneros del mar occidental de tus pensamientos. Caminémos a media mañana, levantémos el polvo de lo que debería ser, y acompaña tu tarde con la mía, aprenderías.

Hablaríamos de las guerras y los pensamientos en contra de la democracia burguesa, el proletariado rugiría en tu garganta, mientras un tinto suaviza mis pupilas. Tus manos podrían, recorrer las veredas de humo y viento. Nada sería mentira, ni la verdad se escucharía igual, tendríamos dos historias que hablarían de lo mismo, conjugarías.

La bastedad de tu presencia, la muerte de la soledad, vacío, tiempo, y un pequeño nido. El momento de partir se eternizaría, el polvo suspendido sobre la tumba de lo que es. Tus gritos, mi desesperación y un lazo rojo sosteniendo mi cabello, vivirías.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Rápido

Tengo tres horas entendiendo complejas formulas fiscales y leyendo ley tras otra. Volteo hacia afuera y el atardecer me alcanza cerca de las siete de la tarde. Se me fueron los últimos rayos de sol frente a una pantalla muerta, pienso que la vida no podría ser mas inútil que eso, o tal vez si, quizá seria peor si siquiera pudiera darme cuenta.

jueves, 4 de noviembre de 2010

No somos machos, pero somos muchos.

Tema controversial esto de la sexualidad, pero calma, no hablare de ella desde el punto de vista físico o preferencial, que ya de eso estamos hasta el tope. Hablemos del machismo y del feminismo, de la discriminación y de la actitud hacia ello. Pero esperen, no es mi intención alzar mi voz en contra del hombre, ni enaltecer a la pobre mujer luchona y abnegada. Es mejor posicionarnos en nuestros lejanos puntos de partida, en nuestras propias trincheras, por así decirlo.




En la diferencia ésta la unión, si no fuéramos tan diferentes la compatibilidad sería nula. He descubierto que inclusive los homosexuales, jamás dejan de pertenecer a sus géneros naturales. La lesbiana no deja de ser mujer en materia psíquica, por más intereses masculinos que parezca tener, o más testosterona que segregue. Siempre será una mujer, aunque ojo, lo digo porque tenemos una manera de pensar muy diferente a nuestros amigos hombres. La mujer es un círculo vistoso de temas y referencias, todo baila en espiral, con perspectivas diferentes, con ambientes diferentes. El hombres es un ser más sencillo, es un cajonero de opciones, abre uno por uno, para encontrar la respuesta, o la opción que necesita, el hombre abre el cajón del trabajo y ningún otro puede estar abierto, se acomoda y piensa en ello, mientras que los otros, aunque presentes, descansan bajo el obscuro momento de volver a abrirse.



Lo anterior nos hace reaccionar a situaciones iguales de manera distinta. Veamos el ejemplo de la política. Cada ve z es más común ver que las mujeres incursionan en este medio, y que al igual que sus homólogos masculinos desempeñan un papel con sus matices y situaciones controversiales. Sólo hay una gran diferencia en éste aspecto, siempre se culpará del éxito de una mujer por el grado de apoyo que recibe de su pareja o de sus colegas masculinos más cercanos. Una Dilma Russeff jamás hubiera existido sin un Lula atrás. Una Cristina Fernández sin un Néstor Krichner a su lado. La cosa no es por cuestión ideológica ni de intereses, la cosa es por una dependencia al machismo arraigado en la cultura latinoamericana. Ahora que también existe el contraste en cuanto al poder se trata, cuando éste esta a cargo de los hombres, y en su uso cometen algunos errores, es sencillo buscar una culpable femenina; como una Martita Sahagun, en el caso de nuestro ex presidente mexicano. Y todo lo anterior sin meterme a situaciones de la historia que han quedado en el libro rojo de la maldad femenina.



Pero podría estar mucho tiempo comentándoles pasajes de la historia en muchos ámbitos en los cuales, hay una desigualdad marcada entre los sexos, donde una magdalena nos representa como pecadoras universales, y quizá, culpables de muchos fracasos masculinos. Quizá la forma más fácil de segregar a la mujer es por su propio genero, mientras sigamos señalándonos entre nosotras, seremos victimas y verdugos. Pero la cosa no termina aquí, las diferencias se avalancha hacía todas partes, hasta que los hombres son alcanzandos de frente, considerándolos incapaces de criar una familia y estandarizándolos como hombres proveedores, no educadores, como sujetos capaces de cometer toda clase de infamias y no ser “juzgados”, cosa que es totalmente falsa, todo hombre es culpable de un engaño amoroso, por ejemplo, incluso antes de cometerlo, sólo por el hecho de ser hombre. Cuantas veces no hemos escuchado, “así son todos”, y de ahí partimos al grado de intolerancia y falta de individualidad humana. Somos de dos sopas; mujer u hombre, pero somos también, capaces de comprender, qué sigue de ahí.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Juez y parte.

Interesante, ya estamos en noviembre y no había podido subir una sola entrada más que la del aniversario. Digo interesante porque puede ser tan contrastante la vida, el primer mes de octubre (el año pasado) fue el mes más pesado de escritos, dramas y otras pasalidades (situaciones del pasadoi) y cosas que en resptrospectiva se escuchan un poco exageradas, pero que en ese momento estaba viviendo en carne viva. Y todo eso me hace pensar en lo duros que somos para juzgar a la gente, todos podemos emitir juicios de valor como; "no sé porque se deprime", "yo en su lugar haría todo lo contrario", "qué barbaro ahogandose en un vaso de agua". Y es un terreno muy dificil de pisar sin tropezar con tus propia lengua a la hora de emitir opiniones, la crueldad y la falta de compasión se visten de ayuda(por así decirlo).

Y creo que a los seres humanos se nos olvida muy fácil el pasado, se nos borra de la mente las cosas que nos hicieron enojar, cometer errores o inclusive lo que en algun momento fue algo que era de suma importancia para nosotros (aunque realmente no la tuviera). Nos concentramos en la gran paja del otro y sumanos nuestros conocimientos, que claro, siempre serán los acertados(en nuestra opinión o de los otros que esten juzgando en ese momento). Yo he aprendido, gracias a mi familia, creo, a ser muy cuidadosa a la hora de juzgar y dar opiniones. El ser humano es una compleja bola de hilos, y cada uno se ramifica y proviene de materiales diferentes, las raices de los problemas, aunque puedan éstos ser generales, no especificamente provienen de donde mismo. Yo prefiero decir; "es dificil saber por lo que está pasando, debe ser dificil" y simplemente tratar de mantener mi corazón abierto y apoyar o dar palabras positivas. No puedo decir que todas las ocasiones acierto en mi empeño de se ponerme en lugar del otro sin juzgar, pero es muy importante que lo intentemos.

Espero poder escribirles pronto, ultimamente mi mente ha estado concentrada en situaciones un poco más graficas, he vuelto a pintar y no he parado de hacerlo. Pero como todo lo que dejas de hacer se atrofia, la concentración y la inspiración parece que no cubren las dos actividades. Pero puedo adelantarles que estoy escribiendo una novela, me gusta poder escribir una larga historia y no limitar mis enredos. Temo que la escritura en éste blog está limitada a mis emociones, las cuales han estado en calma y paz; si les soy sincera prefiero mil veces eso a tener una bola de entradas sangrantes nuevamente. Gracias por leerme a quienes lo hagan y gracias al universo por dejarme seguir haciendo lo que me gusta.

viernes, 8 de octubre de 2010

Un año.

El tiempo no pasa en vano, cuántas veces lo he escuchado? Definitivamente hoy después de un año identifico el significado. He cambiado tanto, me describo a mi misma de diferentes maneras cada día, quiero cosas diferentes y mi corazón se ha cerrado y abierto en un par de ocasiones.

Comencé este blog hace un año exactamente y hoy no recuerdo muy bien la razón especifica, puedo oler entre líneas el desamor de aquellos días. Y no, decididamente no podré jamás escribir como quisiera, hay cosas que sobrepasan el lenguaje, sentimientos que solo el silencio podría explicar. Pero quiero dejar todo esto como una simple fluctuación de sentimientos, acariciar los espacios en blanco para que el silencio de todo aquello que no se debe de decir, bajen por las paredes de un tiempo inexorable e interminable.

Gracias por todo este año, por las preguntas y las razones que he perdido en el camino.

jueves, 30 de septiembre de 2010

El Puente.

Observo desde ambos lados y parece que lo hiciste otra vez. No puedo admirar tu determinismo, ni tu falta de memoria, o tu libertad. Simplemente tomo en cuenta que "lo hiciste de nuevo". Parezco encontrar la verdad entre las calladas letras, entre el aire de un mes que no significa nada (para mi). Ojalá me hubieras visto, quizá entenderías todo, quizá tal vez sería más fácil. No puedo resucitar lo que no fue, más bien quisiera plantar la verdad en tu boca.

Qué si no lo sabía. Lo supe desde la ultima vez que manchaste mi almohada con tu cara. Desde que destrozaste el asiento de mi antiguo coche, desde que me miraste, una tarde de julio, pretendiendo mirar otra cosa, otra cara. Simplemente soy tu puente. Ese que caminaste; entre lo que fuiste y lo que eres, soy las empedradas y porosas sendas de la transición. Lo acepto, no lo vi ciertamente hasta que tu promesa de flores jamás llegó. Fue simplemente simpatía lo que me golpeo aquella tarde, hoy la única que causa risa, soy yo.

Yo espero que esos ojos te miren mejor, que veas lo que necesitas, que encuentres un poco de originalidad. Espero, como se espera de lejos y sin pretensión, que no sienta igual que éste puente, que sepa ser la calle principal.


                                                                                                                                                                      Y así es como habla un puente, cuando observa dos ciudades, y se da cuenta de que, nunca perteneció a ninguna, simplemente en medio, dejando pasar el viento.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Y ahí estaba Lázaro sentado sobre la tierra suelta, con las pequeñas manos abrazando su cara, sobre sí una armadura de huesos y piel inerte todavía, se burlaban de él como reconociendo su pequeñez. Descalza su esperanza y solitario entre una muchedumbre alebrestada, se preguntaba por qué. El egoísmo de la humanidad se manifestaba en su "milagro". Hacia una hora el preso al fin se había liberado y volaba sobre las nubes mientras un par de ángeles le cantaban al oído. Qué felicidad tan plena, pensaba, y la vida tenía significado en la muerte. Dónde había dolor y pena se encontraba la libertad y el gozo. Por primera vez era dueño de él, había cumplido la cuota de vivir, y la gloria eterna lo había alcanzado. Eso hacia una hora, cuando el dolor golpeo de nuevo su espalda, la luz estaba en un canal de parto con olor a putrefacción. Había vuelto a la vida y como la primera vez lloraba por lo que había casi alcanzado. Lo mandaron llamar, como si aún debiera algo. Todos ellos ingenuos, frente a sus antiguos ojos mortales, aclamaban y sonreían de gozo. Le pidieron que se levantara y fuera de nuevo a enfrentar la vida, cómo sí eso pudiera devolverle la felicidad.

Nadie le había preguntado sí quería ser víctima de un milagro. Sus familiares se alegraban en su egoísmo, en su propia felicidad. Pero Lázaro, lloraba piel muerta, y sudaba desesperación. No fue dueño de sus decisiones nunca, nadie le pregunto si quería vivir, ni la primera, ni la segunda vez. En su primera muerte había dejado que sucediera naturalmente, al arbitrio del SER. El juego cruel había comenzado en él nuevamente. Tendría el valor de sobrepasar la voluntad de los milagros?, se condenaría para probar su libertad?.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Ciudadano.

En tus ojos se ve el Mediterráneo y en tus pupilas olas de historia sagrada. Sobre tu espalda seria fácil cargar la conciencia del mundo y ver dibujar las montañas cuando con poco esfuerzo muestras sagradas. Debes ser adivino y con tu sola sonrisa aparecer la mía cuando más lo necesito. Eres extraño y extranjero y soñado y un sueño. Eres lo diferente del diferenciado. Y en tu ombligo danza el mío y en tus labios mis labios.

Me encantas por todo y aunque los viajes terminen; es grandioso tenerte acariciando mis lados y encontrarles tu forma para después deformarnos.
Eres inspiración y la obra, eres lo escrito y lo susurrado. Uno puede crear y destrozar en tu abdomen, sobre tu nariz la espera y en tus cejas la idea. Tu lenguaje y tu lengua encantador de quimeras, están los rasgos de lo que siempre he deseado.

Y es importante sugerirle al consulado, que por que cada mujer mexicana le toque, por lo menos, un ciudadano italiano!

viernes, 17 de septiembre de 2010

La caja.

Quisiera poder hablar y descargar todo mi interior. Me escuchan? Diría, y qué si nadie me escucha. Nunca he sido buena oradora. Cuando me ha tocado hablar en publico mi voz tiembla al compás de mis piernas.

Entonces creo que de ahí viene mi hermetismo oral. Tengo una imposibilidad de conversación, cuando quiero ser sincera, cuando quiero exponerme realmente; no encuentro palabras. Cuando quiero explicar lo que me ocurre; digo aire con sonido, pero jamás puedo plasmarme. No creo ya en las cartas ni en los cuentos. Creo que ni yo me entiendo a veces.

Soy una caja cerrada, la llave esta oculta debajo de mi lengua o tal vez, ya me la trague.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Telaraña.

La vida es como una fina y compleja telaraña que vamos construyendo día con día. Tan frágil que uno puede ver como se empieza a doblar por algunas partes con tan sólo un viento suave y tan fuerte que puede sostenernos, como si voláramos sobre el mundo. Muchas veces vamos haciendo madejas de asuntos pendientes, de complejas y complicadas distracciones de lo que realmente importa, de lo que es esencial para la vida.

No puedo describirles lo complicado de mis sentimientos hoy trece de septiembre, el mundo a veces se nos viene abajo en un descuido y la telaraña es salpicada con enormes gotas de lluvia. Los pasadizos y enredos tejidos forman grandes huecos por los que se puede ver el abismo. El dolor propio y ajeno se clava en lo más profundo de eso que llamamos corazón y despega hacia todas partes de cuerpo. No sé si la vida es justa, si a unos nos toca más suerte que a otros o si vamos caminando entre vidas, y llenando escalones hasta lograr la felicidad eterna. No lo sé, pero la agonía de un cuerpo, son de esos espectáculos macabros que nos enchinan la piel y sumergen el alma en formol. La desolada telaraña sostiene el pasado de un ser que soñó con tejer el más hermoso enredado que se haya visto, y sólo él creador podrá juzgar sí tuvo el tiempo suficiente. 

Por mi parte, contemplo los huecos que se forman con verdades ocultas, con sentimientos encontrados. Los clavo por todas las paredes de mi cuarto, para que no se me olvide, para que recuerde la próxima vez. Pido el perdón preciso, pero no es suficiente. Cuándo el tiempo derrumba las esperanzas, cuando las oportunidades se agotan. Se debe volar?.

Somos responsables de lo que tejemos, de lo que hablamos y sobre todo de lo que vamos amando. La vida no es más que el pasar de los días y la formación de todo aquello que nos sostiene por debajo de nuestros pies, la telaraña es quizá lo único que queda.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Tregua.

Uno puede llamarlo sinceridad o tal vez pesimismo. Las cosas no siempre son mejor sobre la mesa, a veces las cartas escondidas en la manga, fortalecen el destino planeado por el aviador burlón que observa todo allá arriba.

Si, creo que simplemente le hago homenaje a lo aturdido por el tiempo, al desecho de lagrimas y al descontento de ganas. Si, las cosas vistas desde la barrera parecen sencillas y recojo lo dicho en otras noches como esta. Ordeno los ayeres de milagrosa espera; los cantos, los gritos y tu cabeza recargada en la puerta.

Ya veras cuando se marche, o cuando te duela, tal vez así me entiendas un poco, y compadezcas a otros. Ojalá fuera de otra forma pero lamento anticiparme, ya te dije no es cuestión de falta de fe, es que por una sola vez la verdad acompaña mi dicho y recuerda mi cara cuando te toque marcharte sin que quieras hacerlo, es cosa de juegos amigo mío.

Espero que no sea como tu, ojalá que tenga tres dedos de frente y compasión en los dientes. Pero cuando suceda recuerda: que aunque no lo creas, todo es pasajero y el recuerdo se ira difundiendo en el reflejo de un vidrio que se empaña cuando hablas. Nada es eterno; ni tu, ni yo, ni el dolor, ni ella.

Pero no quiero hablar de ti, quiero hablar de él. Lo recuerdo muy bien esperando del otro lado del teléfono en silencio. Intentando decir algo. No hay pasado sin recuerdos, somos ayer; un día nadie nos recordara y dejaremos de ser. Por eso lo entendí; yo le doy vida, soy su diosa y controlo su existencia en mi vida: y mientras agonizas, pienso; debiste haber hecho algo muy bien para ganarte mi afecto. Y hago las paces con ellos, mientras le prendo fuego.

lunes, 6 de septiembre de 2010

En casa.

Dentro de aquella familia las cosas cálidas y la empatía decoraban la casa. Uno puede estirar su misericordia hacia el ser querido hasta grandes extremos. Entrar de nuevo en el circulo de mi madre, invadir los espacios que desde chico habían recogido mis lagrimas, presentarme bajo sus faldas a mis treinta años nuevamente me daba un poco de miedo. Mi padre esperaba en la sala, sentado, angustiado  y agitando su despeinado libro café (que seguramente se trataba de alguna guerra o movimiento obrero), por todo el vidrio de la ventana. No sabía si le emocionaba que volviera o si esperaba simplemente que mi madre dejara de preocuparse, pero estaba ahí, como siempre. Sobre la mesa de la cocina una vieja jarra de vidrio hacia las veces de florero y pequeñas flores igualitas a las que mi madre tiene sembradas en la entrada se agitaban con el aire que entraba del pequeño patio de la casa de mis padres.

No hubo mucha platica a mi llegada, subí mis cosas al cuarto que compartí por años con Jorge mi hermano mayor. Todavía parecía mejor tendida su cama que la mía, él era más ordenado, más inteligente, y a veces creo que más feliz que yo. A pesar de eso, jamás me lo hicieron saber de niño, hasta que yo solo me di cuenta. Puse mis cosas sobre la cama y me senté esperando que las horas pasaran rápido, y que de pronto la vida me diera la respuesta de una pregunta que aún no sabía.

El olor de la cena me despertó de mi concentración, las grietas de aquel cuarto habían ocupado todos mis pensamientos. Pronto escuché los pasos de mi madre, igual de pesados y duros como cuando mis hermanos y yo nos apresurábamos en el baño para estar listos. El momento de la cena en mi casa, significaba el corazón de mi familia, no importaba lo que pasaba en la vida de cada uno, los deberes, ni las amistades. A las ocho en punto mi padre,  mis dos hermanos; Jorge y Eva, y yo, debíamos estar sentados en esa mesa redonda, esperando que mi madre nos deleitara con alguna receta, unas veces misteriosa, otras tan ordinaria como quesadillas y jamón. Mi padre nos cuestionaba sobre nuestro día y estaba prohibido contestar con monosílabos o con pequeños argumentos. Debíamos contar lo más que se podía, de lo contrario mi madre se dedicaría a cuestionar nuestros pasos, hasta dar con la verdad.

Esa noche cenaríamos pollo y verduras, mi padre había tenido algunos problemas con su colesterol y ahora mi madre cocinaba cosas bajas en grasas y algo aburridas. Se notaba que mi padre estaba cansado de dicho menú, ya que su expresión de fastidio duro toda la velada. Por mi llegada mi madre había preparado un pastel de manzana, los ojos de mi padre brillaron con la llegada de tan suculento manjar, pero un sólo gesto de mi madre calmó sus ánimos y dentro de su plato un pedacito pequeño, casi grosero acompaño un tenedor que parecía descomunal a su lado.

Debes de estar cansado, dijo mi madre de pronto. En toda la noche la plática no había tenido más razón que la de darle vueltas a lo más superficial de la nada. Las noticias, el tiempo, el trafico del aeropuerto a la casa. Pero los ojos de mi madre cambiaron de su avellana convencional a ese casi rojizo. Eso sólo quería decir que había llegado el momento de hablar.

Mamá; sólo estaré unos cuantos días, les agradezco que me dejen quedarme mientras encuentro un departamento dónde pueda vivir. –Es que eso no me interesa Alberto- dijo mi madre, y de pronto empezó lo que yo ya había predicho en sus ojos.

Hijo, sé que debe ser difícil para ti todo lo que está pasando. Pero creo que venir hasta acá no hará que tus problemas desaparezcan. Sabes que tu padre y yo, no podemos hacer otra cosa más que apoyarte en tus decisiones, aunque no estemos de acuerdo. Pero en este caso, quiero que sepas cual es mi opinión, bueno más bien nuestra opinión –miro a mi padre severamente y éste asistió-. Como siempre, creemos que la familia es un vínculo indestructible y éste debe ser cuidado hasta el final. Cuando decidiste casarte con Tania la ligaste a éste vínculo y dejarlo atrás es algo que es muy difícil para nosotros entender. No sé cuales hayan sido las razones para tomar una decisión tan tajante y cerrada. Pero creo que como tu familia tenemos el derecho de saberlo.

Por un momento mi cerebro volvió a sentirse como un niño de seis años cuestionado por mi mal comportamiento con mi hermana a la hora de comer, y cómo deje que su muñeca preferida rodara por el lodo del patio. Pero  ésta vez estaba hablando de un comportamiento que les es completamente ajeno. La vida personal, o familiar que había decidido comenzar con Tania seis años atrás me hacía ser harina de otro costal, o por lo menos eso había creído todo éste tiempo. Mamá, le dije serio y con cara de adolecente enojado. Creo que son cosas en las cuales no debes de meterte. El rojo de sus ojos ardía y sentía su fulgor ahogado hasta la espina dorsal. Mi madre no estaba jugando, yo tenía que dar una explicación a mi divorcio, en ese momento o en otro, porque ella no iba a quitar el dedo del renglón.

Debido a que había comenzando una batalla que sabía perdida, me llene de aire pesado proveniente del perfume floral que provenía de mi madre.  Mire a mi padre que me correspondió con una mirada dulce y casi compasiva, y empecé a explicarle.

El amor es una situación difícil cuando los sujetos ligados por tal sentimiento no comparten la misma sangre. Es más fácil amar a mis hermanos y perdonar sus errores, es más sencillo dejar que mi madre me obligue a hablar de cosas que no quiero y comprender que mi padre guarde silencio cuando más necesito una palabra. Cuando el amor es entre dos extraños, cuando la pasión los une y las hormonas transitan por un tiempo, uno cree que se puede vivir por años en esa situación. Pero luego vienen los errores, los gritos, la rutina, los silencios y las neuronas nos hacen pensar demasiadas veces que lo que hicimos no fue la mejor elección. No quiero decir tampoco que no quiera a Tania, esa mujer llego a mi vida dejando que mi corazón la abrazara desde el primer momento. Su cara la puedo ver siempre en el reflejo de luz  a la hora de apagarla cuando voy a dormir, por las mañanas no puedo dejar de pensar en su nombre y creo que todavía busco su mano por debajo de las sábanas. No quiero que pienses que otra mujer ha movido mis sentidos, o que Tania a dejado de mirarme para ver a otro. Creo que dentro de lo que cabe nuestros problemas eran más serios que una infidelidad. Tania y yo nos cansamos de existirnos, de pronto no éramos más una pareja, los dos mirábamos para lados contrarios de la cocina en el desayuno y los besos sabían a periódico cuando nos despedíamos. Quisiera poder decirles que no hicimos nada para poder rescatar nuestro matrimonio. Pero hemos agotado todas las opciones. Como bien saben Tania es de esas que jamás se dan por vencidas, no saben perder. Y ella ha logrado que yo me siente enfrente de un sujeto a contarle mis intimidades y hemos hecho largos ejercicios de entendimiento. Y es que ese no es el problema. Yo la entiendo y ella me entiende a mí. Siempre hemos sabido cuales son nuestros defectos, qué nos molesta de cada uno, y nos soportamos. Sabemos exactamente todo, nos predecimos, nos completamos las frases y terminamos por entendernos con la mirada. Ella me conoce como yo la conozco a ella; completamente. 

El corazón es un arma de doble filo, uno desgasta el amor, lo usa, lo vierte, lo subraya, de pronto nos vemos sumergidos hasta el cansancio en él y creemos que el líquido que lo sostiene en nuestro corazón jamás dejara de mojarnos. Pero una tarde te encuentras simulando amor en una cama, cansados de no sentir nada, intentando patéticamente sobrellevar nuestros cuerpos hacía lo que antes nos movía, y no pasa nada. Sólo mazas suspendidas por el tedio. Y las espaldas dan paso a un sueño tan fingido como el placer. Y pretendemos que dormimos, mientras ambos en cada lado de la cama, vamos separando nuestras vidas, viendo hacía la pared con los ojos bien abiertos, entendemos que todo ha terminado. Pero da mucho miedo dejar lo que se tiene. Empezar una nueva vida, tomar las riendas de tu propia felicidad es algo que duele e incómoda. Es más fácil pretenderla que realmente vivirla. Para ser feliz se necesita primero trabajar con libertad y paz. Cosa que ninguno de los dos habíamos hecho.

No quiero contar nada más, porque cualquier cosa que diga sobraría. Creo que en resumen puedo decirte, o más bien decirles. Tania y yo hemos dejado de amarnos.

Y entonces mi madre comenzó a llorar. Mi padre se paró del sillón y me abrazó muy fuerte, susurrándome al oído. Bienvenido a casa.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Al lado.

Amanecía, te pude sentir con facilidad del lado derecho de mi cama, inmóviles porque aun dormías, escuche tu respiración tocando la melodía escondida del que solo tu tienes la partitura. Quise abrir los ojos pero quería disfrutar del calor que aun emitía tu costado. Imagine tus sueños y tuve la esperanza de verme en ellos, pero estabas tan quieto que quizá solamente descansabas. Seguramente habíamos platicado toda la noche, como tantas otras y entre esos silencios pausados y alegres que juntos sabíamos construir, nos quedamos dormidos.

No quería moverme para no molestar tu quietud, la simple idea de saber que estabas a mi derecha me regalaba serenidad, y hacia a esa mañana ordinaria más brillante a pesar del que el sol todavía no alcanzaba el alba.

Después, sin que mi voluntad interviniera, mis sentidos despertaron, y poco a poco fui sintiendo el frío de las sabanas, mi espalda y la almohada bajo mi nuca me recordaron algo. Respire e intente recobrar el sueño, no estaba cansada, sólo había notado que te había dejado dormido, mientras el viento del vacío soplaba justo a la derecha de mi cama.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Septiembre...

Y ya es septiembre. Al darme cuenta apenas hoy, me impresioné como mi Mamá lo hace cada vez que cumplo años. Qué rápido se va el tiempo, el verano lo sentí corriendo, entre mudanzas, viajes y descubrimientos.

Me encanta el mes de septiembre; su clima, sus colores y el olor. Pero sobre todo porque hay muchas cosas que celebrar y pretextos para reunir a la familia. Se cumple el centenario de la revolución y el bicentenario de la independencia. Mi familia, como cada año, hará todo tipo de alimentos llenos de sabor y claro calorías, pero qué importa. Luciremos trajes mexicanos, aunque sólo sea un par de trenzas o un sombrero grande. He escuchado tanto de no hay nada que celebrar este año que parece una campaña mercadotécnica, pero, creo que es al contrario. Sí la identidad como país nos la dan los colores, las festividades y el folklor mismo, no creo que exista mejor manera de unificar al pueblo hacía una nueva lucha. Dónde se grite de nueva cuenta; Muera el mal gobierno!, Viva México!. Todo empieza por la actitud, por un pequeño grito que mueva corazones y siembre ideales verdaderos y conscientes hacia un bienestar común. Por eso, y muchas otras cosas, tenemos mucho que celebrar y que disfrutar por éstas fechas. Aquellos que con su negatividad tratan de separar al pueblo, son cómplices, en parte, del que ataca nuestras calles y pretende apoderarse de lo más preciado del ser humano, la paz.

Me encanta septiembre porque trae consigo el inicio de mi estación favorita, el otoño. Por que tiene los colores más inspirantes y la calidez más pura. Por que sus noches se visten de luna suave y serena, pero a la vez fresca y algo seductora. Te das cuenta que la muerte es algo natural en la vida de todo ser y que ésta pueda llegar a ser hermosa e impresionar los sentidos. Las hojas despiden al verde, los arboles comienzan a agitarse. Por las tardes suaves gotas de fresca ventisca caen en los balcones y surten su efecto en el rocío palpitante de las mañanas cada vez más perezosas. Y vivo feliz con mi septiembre, me siento dichosa con exhalar su aire, no hace falta nada, cuando al rededor puedo contemplar todo lo necesario.

viernes, 27 de agosto de 2010

Alto

Escupo al cielo, esperando justo en el mismo lugar. Me ausento y me dejo ver. Te creo, de crear; te deseo, de ojalá. Pero no, nada cambia en el lugar dónde me paro, ni la brisa, ni el cielo, ni mis manos.

Te sé, o te sabia. Recorría tus laderas y sobre tus pies dormía. Una y otra vez mis ojos te rogaron "quédate" y te fuiste o me fui, o nos cansamos.

Y hoy, o mañana, tal vez ayer. Llore y sobre mis ojos, la maldición de la ignorancia, de saberme llena de liquido ahogado. De emborracharme de querer, y sigo aquí, todavía, escupiendo para arriba.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Naturalidad

El mar rugía a lo lejos, mientras el aire soplaba en mi oído como haciendo vacío. La noche disfrazada de luna entendía perfectamente su entorno. Mientras algunas parejas paseaban absortos el uno con el otro, dejaban sus huellas en la arena, que al igual que el amor, desaparecían con el tiempo, con la marea. El ruido de algunos lugares se extendía distraído y las luces bailaban ausentando el respaldor por momentos. Había suficiente viento para disipar el calor de aquella tarde y algunas gaviotas encontraban como presa mas fácil el bote azul de la basura.
La Lejanía ponía fin muchas cosas, entre ellas, curiosamente, a la ausencia. El dolor lo había derramado, parecía, en cada kilometro recorrido. Y desde lejos, como se contempla un hormiguero burbujeante aunque minúsculo. Así parecían mis problemas, los atardeceres, el tiempo, los nombres. Vaya, pero no es que sea milagrosa la distancia, pero agota a las rutinas y las borra.

Poco a poco comprendí que debía dejar ir, como en cada ola, cada noche, cada huella; el pasado que encadena. No es cuestión de rencores, ni mucho menos por cuestión de honor. Es cosa de naturalidad, nada es eterno, ni constante. Todo es pasajero y efímero.

Las grietas que se abren, los silencios que se gozan o los que sangran. Son parte de la vida. Los dramas y las misteriosas armas suicidas del corazón. No son mas que aves de paso, turistas que se cansan y regresan a casa. Todo termina en cierta temporada, y entonces caes en el espiral de la vida, y sin pensar, vuelves a empezar.

lunes, 23 de agosto de 2010

Hace tiempo conocí un sujeto que compró una farmacia en un pequeño pueblo. Me encontraba en un viaje de  en  tren. Se sentó delante de mío, y como ninguno de los dos llevábamos acompañante, estábamos solos en aquel pequeño espacio,  por lo que, no ponerle atención era imposible. 

Lleva consigo una caja de cartón, con el nombre de una firma comercial de medicinas y amarrada solamente,  con un largo listón color rojo. Además de eso, el sujeto frente a mí, no traía ningún equipaje. Al sentarse me dedico una fina sonrisa que correspondí en seguida (somos un eco, decía una fabula que leí de pequeña) así que me dispuse a actuar de manera pasiva frente a ese hombre. Tomé el libro que guardaba en mi mochila y me dispuse a leer a Isabel Allende, “la suma de los días”. Mientras pajareaba entre las páginas, cualquier sonido o movimiento captaba mi atención inmediata, por lo que decidí relajarme un poco y mirar hacía fuera, intentar dormir.

El viaje de tres horas, recién había comenzado, y yo no encontraba la postura adecuada, ni física ni metal, para sentirme cómoda en aquella butaca de tren. Entre el silencio ensordecedor del los rieles y el peso del tren, se abrió su voz como un eco desmayado. 

-Eres turista, puedo darme cuenta por tus zapatos y tu mochila, ¿te ha gustado el viaje?, te ves cansada, pero sobre todo parece que huyes de algo.- Todas esas palabras llegaron lentamente a mi oído y sobre todo a mi compresión, quería pedirle que lo repitiera, pero temía verme como una retrasada y loca,  en mi primera intervención en aquella platica. 

Sí, bueno, le dije,  todo viajante vacacional, trata de huir de algo, aunque sea del clima o de la cotidianidad. Y sentí que la respuesta vino de algún extraño y frívolo ente que la susurraba en ni mente. El hombre pareció a disgusto con mi respuesta, pero no dijo nada.

Al cabo de varios minutos, me pregunto si vivía en una ciudad grande. A lo que contesté con una negativa.  Mi ciudad, o por lo menos dónde me encontraba toda la semana, era una ciudad mediana, con un tráfico pesado, de ciudades medianas que se vuelven colosales con el tiempo. Con problemas que las ciudades de ahora tiene, y esas cosas. 

Entonces el sujeto comenzó a hablar sin parar por mucho tiempo. 

Yo antes vivía en una ciudad asi, grande. Con grandes calles, avenidas, y personas que se creían igual de grandes. Trabajaba como farmacólogo en una empresa, y hacíamos mezclas de medicamentos. Pero siempre he tenido un gran amor por el campo y lo que en el habita. Por las tardes del viernes, y dado que soy soltero (por muchas razones e intermitentemente) agarraba mis cosas y me iba a acampar, a veces por una o dos noches. Disfrutando del silencio y la paz de la soledad y la naturaleza. Pero sobre todo conociendo hierbas y empezando a hacerme de sabiduría popular de herbolaria. 

Cuando me di cuenta que mi vida en aquella ciudad era menos que vacía, y que no vivía con grandes lujos y no tenía en quién gastar lo que ganaba. Los ahorros de veinte años de trabajo habían ascendido a una cantidad bastante importante. Que me daba la oportunidad de tener opciones. Opciones que jamás hubiera considerado en mi juventud, porque sabrás, no soy joven. Soy quizá más viejo de lo que parezco. Mi edad no importa, pero te la diré para que tengas alguna referencia. En ese entonces tenía casi cuarenta años y de eso ya son más de veinte. 

Las opciones hicieron fila en mi mente durante meses. Podía salirme a viajar por el mundo, y volver solo cuando el dinero hubiera  acabado o me cansara de simplemente conocer. Porque sabrás, incluso de las cosas buenas te puedes cansar. Por eso hay que saber medir, todo, la felicidad, la novedad y sobre todo la libertad.

Otra oportunidad era, elegir una nueva ciudad y empezar de cero. Pero debería optar por alguna actividad para dedicar mi vida. El ocio puede llegar a matar a un hombre. En mi vida no tenía muchas cosas por las cuales sentirme orgulloso, pleno o feliz. Pero en definitiva, dejarme morir en la nada no era algo que estaba en mis planes. La decisión no fue tan sencilla como yo pensaba, el dejar una vida entera, por más plana que parezca, causaba efectos melancólicos y dolorosos. Supongo que era por lo mismo, no tenía nada de que huir aparentemente, era solo un cansancio de vida, quería hacer algo con los bienes que me sobraban, antes de morir y dejar como herederos a mi propia herencia. Una cuenta en el banco solitaria no era algo que quería dejar como legado en el mundo. Por lo que la opción de hacer un testamento y dejar mi “fortuna” en manos de los más necesitados era lo único que podría venir a mi mente, antes de que me surgiera la idea de usar el dinero para vivir.

Ahora que también vivir algo nuevo ameritataba, cambiar mi propia vida. Dejar de vivir en mí y quizá empezar a vivir con otros. La soledad es buena, hasta el punto en el que el egoísmo no la someta. Dar a los demás en vida, ser algo para los demás era para mí un plan más llamativo. Y de pronto una idea milagrosa y ecléctica surgió una tarde rojo otoño, del mes de septiembre. Debía salir al mundo y encontrar "dónde" hacer falta. 

Hacer, era lo que debía buscar como objetivo en mi nuevo proyecto de vida. Encontrar lo mejor que hago y brindarme. Amar, y lo que más amo en este mundo es hacer mezclas y fomentos de hierbas medicinales, aparte de eso no se hacer otra cosa. Las hierbas no era más que el contenido bruto de la medicina actual. Que no ha hecho más que empobrecer al necesitado/enfermo y curar a medias, males, que muchas veces, son ocasionados por el mal manejo de las propias medicinas. 

Por lo que decidí poner en marcha mi insipiente plan y concentrarme en dejar ordenada mi vida (esa que ya no era, pero que no había dejado de ser). Tome lo poco que tenía; mis libros, un par de cambios de ropa. No pensaba que podría necesitar más. Lo más importante lo llevaba sobre mis hombros y detrás de los botones de mi camisa.

Anduve vagando por algunas semanas, conocí poblados demasiado chicos, dónde el conocimiento estaba en su gente y aprendí un par de trucos más sobre el manejo de la hierbabuena y los fomentos de una extraña planta llamada Agastache que era muy usada en el norte de México como antiesmásmodico, es decir que calmaba un poco los nervios de quienes, en forma de té lo tomaban.

Con el pasar de los días y curioseando por vegetaciones diferentes, encontré un pequeño arbusto que era conocido por los lugareños, en su mayoría indígenas.  Era pequeño y tenía forma de arbusto, era conocido como "la planta de la buena voluntad", se creía que sus poderes eran tan fuertes, que quien lo bebía diariamente podía sentirse como el deseara, por más de doce horas. Pero que era conocido que el abuso de dicha sustancia, tenía efectos secundarios atroces. Desde hemorragias nasales, hasta convulsiones y perdida de la razón. No se había dado, según los que conocián el manejo de tan hermosa hierva, alguna muerte a causa de su uso, al contrario. Se aseguraba que desde que lo utilizaban la paz y la armonía entre diferentes tribus y pueblos vecinos había reinado.

Nadie necesitaba controlar por sí mismo sus emociones cuando estas, se salían de control. Era sencillo beber por la mañana en una tasa de agua hirviendo media cuchara de las hojas maravillosas de la planta de la voluntad, para quedar sometido a la cordura y las buenas intenciones. Se decía que la plante tenía efectos siempre positivos a quienes la consumian, y que al ser el amor, el sentimiento más positivo que había, era también usada (o mal usada) por algunas mujeres para hacer que el marido, o el hombre de sus sueños las amaran. Más de una había abusado de la sustancia, y había dejado al sujeto en un estado de permanente pasividad.

Casi al cumplirse el mes, llegué a Santiago, un pueblo algo hostil. Tanto el clima, como en su gente. El primer encuentro lo tuve cuando bajé del autobús. Con mi equipaje y mis plantas, poca atención podía poner en el camino al caminar. Y tropezándome de manera escandalosa con un lugareño, éste empezó a decir una sarta de majaderías sin sentido y a intentar golpear de la manera más torpe todo lo que llevaba en los brazos. Mientras intentaba mantenerme en pie y librarme de una batalla bastante peculiar, el resto de los espectadores, que no serían más de diez. Permanecían inmóviles ante mi necesidad. En cambió, creo que escuché decir -"Dale Manuel, para que aprenda a respetar!"- .

Fue después de que, por cansancio se alejó el dichoso Manuel, que me pude de manera instantánea liberar de tal aprieto.  Seguí caminando, buscando algún joven que pudiera ayudarme con mi pesada carga, para darme el siguiente paso y preguntar dónde podría asistirme esa noche. Nadie atendía a mi llamado, todos seguían ensimismados, caminando. Sí no hubiera sido por mi tropiezo con ese hombre, podría haber jurado que era invisible en ese lugar. Después de varios minutos de espera, decidí seguir un poco más por sus calles, antes de que llegará el próximo autobús para poder seguir  mi viaje, era obvio que en aquel lugar no iba a encontrar dónde quedarme.

El silencio de esa tierra áspera al salir de la central de camiones, era angustiante. El sol calentaba mi cabeza y comenzaban a brotar gotas de sudor por todo mi cuerpo. Mi agónica paz sólo se rompió con el sonido de platos quebrándose y la salida impetuosa de un sujeto por la puerta de una casa. Los gritos eran tan fuertes y chillantes que me era imposible escuchar porque discutía aquella pareja. En el interior un par de niños lloraban desconsolados y de pronto la puerta cerró en seco. De nuevo la calle parecía desolada.

Caminé un par de calles dirigidas al centro del poblado. En cuanto más se acercaba más gente me encontraba a mi paso y el silencio  murió de pronto. El murmullo de la vida normal, apareció nuevamente en mis oídos. A pesar de que, aparentemente todo parecía muy común en Santiago. Su gente tenía en el rostro una marca que los hacía muy semejantes. No podría decir que eran familiares todos, pero sí había un rasgo peculiar y similar en cada uno de sus habitantes. Justo en medio de los ojos una gran arruga vertical se dibujaba en cada uno de los que veía. Desde niños, hasta ancianos. Mujeres, hombres, peluqueros, doctores y comerciantes, madres carteros.......

Fuera de un hostal, una mujer se espantaba el calor y las moscas. Con la boca apretada y el cuello largo y delgado, me otorgó por fin su atención. -Disculpe- Le pregunté un poco tímido, podría hospedarme por una noche en su lugar, es que ésta tarde parece robarme las pocas fuerzas que tengo y sí le soy sincero jamás había vivido un invierno tan bochornoso. Son trescientos pesos la noche, si quiere desayuno, tendrá que conseguirlo, no se cocina en éste lugar .



Entendiendo así que quizá ese era el lugar más adecuado para montar mi negocio. Con los conocimientos de esa nueva planta de la voluntad y la necesidad de paz social que necesitaban los pobladores de Santiago, 

sábado, 21 de agosto de 2010

Evolución

Darwin debió haber sufrido una evolución /revolución interna al darse cuenta de la inteligencia natural. De su respuesta, de las causas, efectos y sistemas. Saber que un pequeño cambio puede salvar la vida de toda una generación, de mutarse para la posteridad. Ver a una especie como única, con cada encuentro. Dentro del genero reconocer la especie, dentro de la especie al individuo.

Entonces, nada tiene de diferente el medio natural; su flora y fauna, sus cambios y repercusiones, con la vida interna del ser humano. Hoy pienso en los brazos nuevos que se me han formado para tener la computadora, el teléfono, el celular y el volante del coche simultáneamente. Los colores de los que me pinto para camuflajearme a veces y de los vistosos rojos y amarillos cuando me quiero hacer notar. Los colmillos y las garras, cuando he tenido que defenderme, las lagrimas de cocodrilo, la sonrisa de hiena, los ojos de búho. Todo por necesidad.

Cambios constantes, para sobrellevar los externos, para sobrevivir a las aves de carroña y los depredadores sanguinarios. Entonces la evolución tiene sentido, el mal y el bien, el peligro y las defensas. Todo esta dentro de cada uno, "el poder esta contigo", creo que si se piensa en Darwin cuando parece no haber salida a los conflictos. Nos daremos cuenta que todo es cuestión de evolución y de usar el problema como oportunidad para cambiar.

Lindo fin de semana a todos..!

miércoles, 18 de agosto de 2010

De nuevo.

El aeropuerto se encontraba atiborrado de gente. Mi equipaje: una mochila y 53 kilogramos de ansiedad que migración paso por alto. No veía tu imagen por ningún lado. Mi temor mayor era no conocerte y que me confundieras. Habían pasado tantas cosas y ahora mis marcas se notaban en mis rasgos. Tu imagen resplandeció detrás de una familia, quizá de procedencia oriental. Y me miraste.

Camisa blanca, jeans azul claro y una sonrisa infantil. Eras tu, pero no estaba segura de ser la misma que tu necesitabas. La distancia que nos separaba por fin disminuía y yo deje que tus brazos me rodearan.

De pronto mi mente y el mundo encontró su eje. El Oriente y la puesta del sol, en donde debían estar. El pasado como un sueño visto al amanecer, desaparecía con cada bocanada de tu aire. Mientras seguía mi oído en tu pecho y tu emocionado.

Lo siguiente que recuerdo es haberlo visto contandome sus planes y pidiendo que me incorporara a ellos. Por una u otra razón; estaba empezando a escribir en ellos, dormida por la seguridad de saberme cuidada. Jamás volvería la tormenta, ni los sube y baja, empezaba a vivir la realidad.

Simplemente estaré donde debí estar siempre, protegida de mi misma y con un futuro que seria firmando una tarde de septiembre.

Estaba en casa, a kilómetros de distancia.

domingo, 15 de agosto de 2010

Recorrido.

Amar en solitario. Cuando sabes que amar es una carretera de una sola vía, cuando el amor nunca regresa, y se espera (sabiendo que podría no ocurrir nunca) que todo algún día será perfecto (en algún sueño)

Estar enamorado de quien se sabe no va a querernos. Es escribir sin tinta, desechar cada día y mandarlo a volar en un avión frío de papel. Disfrutado los segundos de presencia, muriendo lentamente por la ausencia. Creyendo que te extrañan y que evitan estar contigo por lo mismo que tu, por amor.

Pero de pronto te das cuenta de la verdad absoluta y el cristal de la esperanza (peligroso y puntiagudo) se rompe en mil pedazos y duele.

“No te quiere”. En pocas palabras encontré la solución a muchas preguntas. No, más bien encontré cierto alivio. Entender que el amor no es siempre reciproco ni proporcional me ayudó como antibiótico en momento de crisis. Siempre imaginé que el amor, visto desde mi esfera voladora, todo desde mi corta visión panorámica. Era como si pretendiera que él sintiera lo mismo que yo. O con la esperanza de verlo (un día) como en un espejo, imitando mis movimientos, reaccionando, realizando, sintiendo.

Me equivoqué, si no te quieren no te van a querer y punto. Esperar contagiar al otro con ese “amor”, es imposible. El amor es un acto espontaneo, la voluntad (como he logrado a descubrir /por la mala/ es sólo ficción) sale sobrando, quizá en algún momento uno puede hacer uso de ella, pero en casos de “amor pasional” la posibilidad empieza a reducirse hasta que, de pronto no encuentras rastros de ella.

Tal “noticia” aparecía de golpe en mi lógica y razón (o en eso que te habla en la cabeza y te grita la verdad, aunque no la quieras oír). Pero ya lo sabía (siempre lo supe en algún lugar dormido de mi cerebro), sólo que me cegaba mi propio sentimiento y aún algo más peligroso; la esperanza. Que como todo si no es usada con prudencia, puede ser un arma mortal y camino libre a la destrucción.

Supongo que a todos nos toca conocer ese tipo de cataclismos, esos sentimientos desbordados, el extravió de la realidad y claro, el conocimiento de un demonio personal (sea cual sea su rostro y su intención).Nuestro propio purgatorio, es tal como Dante lo ha descrito, una repetición de lo mismo, un circulo vicioso eterno, espirar continuo de “eso” que condena (sea lo que sea). La secuencia y la perdición, la clara imagen de que “hasta lo que se dice amar, destruye”. Es por eso que también, los deseos sin orden, tienen el poder de acabar con el alma y peor aún, con el amor.

Pero al final de cuentas, la verdad abre la ventana a la realidad y aunque duela, la verdad trae consigo libertad y ésta última, felicidad. Moraleja; después de todo, y a pesar de lo que el corazón diga, la voz interna (que no he identificado el origen; alma/razón) es la única buena consejera. Sí recibes al amor partiendo de “mañana”, el amor jamás será hoy. Quizá muchos que no lo hayan vivido no sabrán de qué hablo (yo misma antes no lo podría comprender).

Pero es que el desamor es el verdadero aprendizaje, el poder, la abstracción e incluso el significado real del amor, estoy segura. Y viene sólo cuando la marea baja y las verdades, brillan como tesoros de un barco destrozado por la tormenta con los primeros rayos de sol sobre la arena del alma. Y es ahí cuando uno está preparado para reconocer a quien te ama cuando este llega.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Descripción

Algo hay de fortuna en la tristeza, la suerte hace ciegos a los que viven el la obscuridad. Yo prefiero creer que los momentos enseñan y que como un leproso dejando su piel, todos dejamos partes en otros. Valery's recorriendo el pasado, tiritas de mi en cualquier lado. Hoy, para unos, solo queda eso, de su presente me he apagado, acaso importa?

En otra escena, prendo las luces y escucho /algo temerosa/ a los espectadores, y no los veo.
Comienzo, como todo, como un pequeño animal recién nacido, entumida y lenta. Pero pronto, escucho mi voz y recuerdo todo. En esta me toca dejarme para mi los trozos y ordenarme de nuevo. No quiero recuperar lo perdido, eso ya es olvido en sus brazos. Quiero hacerme crecer piel nueva y reconocerme siempre. Y seguir amando.

martes, 10 de agosto de 2010

Un minuto.

Hoy hace frío, te lo he contado otras veces, no me gusta caminar cuando mi nariz parece desprenderse de mi cara. Pero siempre has tenido la habilidad de sumergirme en suaves y cálidas palabras que me hacen olvidar lo que "no me gusta". Ir de tu mano, caminar (a cualquier sitio) es sinónimo de felicidad. Te lo dije hace treinta años, antes de nuestros hijos, y después de que se han ido. Abrir los ojos y descubrirte, como se descubre uno el pie o la mano al otro lado de mi cuerpo, siempre; me hace estar completo. Cuando a veces escapas por ahí; me quedo como un escritor sin hojas de papel dónde plasmar-me. Somos desde que las palabras se dijeron y los papeles se firmaron (seguramente desde antes), algo más que uno sólo, somos el todo, sin medias partes, siempre enteros sin amarres.

Hoy hace frío, y sabes perfectamente que el café lo tomo muy caliente cuando está esté tiempo, y jamás lo olvidas. Parece que mis deseos fueran los tuyos, porque no necesito expresarlos para que sean cumplidos. Tienes la llave de mi mente, la conoces, te la sabes de memoria, por eso, ya nuestras miradas pueden ver el agua correr por las ventanas y aún así encontrarse entre las gotas que resbalan. Porque no somos, Soy en plural y aveces sin "s". Simplemente unidos.

Hoy hace frío, y por primera vez no huele a café y camino solo por la casa, hace una eternidad de día que te has ido y yo me he pintado de negro por fuera para distinguir mi transparencia, no soy, ni somos, ni estamos. No tengo ni mano, ni pie, ni tú. Tengo frío y se me ha desprendido todo. La luz pesa, como si cargara la pena del sol a cuestas y me congelara el alma. Tú fría, yo frío, estoy porque me ha tocado morirte, y muerto o peor que eso vivo, frío, transparente, sin.

De silencio.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Volaré

Una voz que sonó a lo lejos me marcaba el inicio del abordaje. Siendo sinceros todavía la idea me parecía absurda. Hacia justo una semana de tu llamada y después de no verte por casi treinta meses me disponía a viajar 3450 km para encontrarte en medio de tu mundo.

Que porque había accedido, quizá mas por curiosidad que por entrega. El amor se me había secado justo en medio del corazón, como un marchito fruto seco. A pesar de eso me sorprendí, imaginando nuestro encuentro.

No te llevaría rosas, porque entre nosotros las ofrendas habían extinguido las oportunidades. Te llevaba mas bien el sacrificio mismo de mi orgullo. La elocuencia de mi voluntad, solo para que una vez mas, hicieras uso de ella.

Ya en el asiento del avión, mi somnolencia a la realidad se disipo un instante. La azafata "liz" me pedía amablemente que dispusiera mi asiento para el despegue. Después de eso choqué directo contra un techo de nubes moradas. Y tu presencia impregno cada movimiento de mis ojos.

Volver a verte, como le dije a Manuel ayer por la tarde. Significaba resusitarte para después prenderte fuego. Aunque todavía no sabia de que tipo de llama alumbraría tu pelo al verte de nuevo. Mis brazos contenían la hoguera y esperaban tu viento.

-Dejemonos de cosas- te solicite aquel día. Cuando tu curiosa llamada parecía salir de marketing de telefonía. Y las palabras mágicas salieron directamente del auricular. Ven a verme.

Y tal como ayer volaba a tu encuentro. Mientras el pasado se quedaba haciendo lodo abajo de mis ganas.

jueves, 29 de julio de 2010


Las ideas encarcelan a la mente, la acorralan. Nos volvemos víctimas de nuestro pensamiento y para rematar la vida con su rutina nos duerme y podemos pasar por alto lo bello que existe a nuestro alrededor.

Es fácil perder la capacidad de apreciación. Hundir los dientes demasiado en los objetivos (importantes,claro) y pasar de largo lo que parece accesorio. Un poema, una película, su sonrisa y la forma en que te mira, los dientes de un niño y los pies gorditos de un bebe.

La comodidad ,es también causa de un efecto paralizante, por lo menos en mi. El estándar de confort es un grabe problema cuando de apreciar realmente se trata. Ejemplo; hice un viaje en coche, el aire del auto se descompuso y en medio de un calor abochornante descubrí que disfruto sentir el aire rápido que trae la carretera. Que se puede vivir con todos los sentidos un viaje y que quizá, la comodidad después de todo no es lo mas divertido.

Aquí una imagen mi viaje de casi cuatro horas.

sábado, 24 de julio de 2010

Imagen


Hay paisajes que te remontan al pasado, que te llenan de nostalgia, alegría, paz.

Otras como (esta) una carretera por la que tránsito o transitaba muy seguido a mi me causa suspiros. No puedo negarlo, a pesar de todas las cosas (malas o negativas) que han ocurrido en los últimos tiempos en mi tierra. Hay paisajes como este, que me hacen no desear vivir en otra parte mas que en Mexico. Les comparto la foto (autopista Saltillo-Monterrey, como a las 6:00 pm. Una tarde de verano curiosamente fresca)

viernes, 23 de julio de 2010

Conmutador

Me toco hacer una llamada a un conmutador de esos de; buenos días, si sabe el numero de extensión marque ahora... Y después de un silencio (donde pienso; no,de verdad no lo se) anuncia un variado numero de opciones, que generalmente te confunden, cuando en encontré la que (pensaba) se ajustaba a mi búsqueda, desate la ira del sistema y un peregrinar de voces golpearon en mi oído.

El primero, Fernando Salcido, con un anuncio rápido y amistoso, muy estudiado, me hizo ver mi incompetencia para tomar elecciones en un conmutador, transfiriendome alegremente ( con una felicidad casi molesta) a otro departamento que, según el solucionaría mis problemas.

Musiquita tiri ri ri tiri tiri ( soundtrack de película muda)

-hola buenos días gracias por (volver) a llamar a ---- , cual es su nombre???----buenos días ( de nuevo) en que puedo ayudarle..?

De verdad, puede ayudarme?, después de volver a exponer mi problema y casi sin dejarme terminar, y como Fernando y yo, fuéramos unos desconocedores del sistema y de algo tan lógico como saber que departamento es el encargado. Me invita a volver a marcar y empezar de nuevo.

Un procedimiento similar hice un par de veces mas, me canse y ahora estoy en la fila de mi proveedor del servicio que me causa problemas.

Delante de mi una larga fila de humanos carentes de experiencia y con cara desesperada, esperan inocentemente su turno para que "los que saben" le den solución.

No hay nada como verle el rostro al sujeto que te habla, fuera de eso...Bendito conmutador!!!

miércoles, 21 de julio de 2010

Las ventajas de la tecnología.

Pues resulta que ahora puedo escribir entradas de cualquier punto en donde me encuentre, y claro, exista cobertura telcel o telefonía móvil. Al fin decidí bajar una app para mi iPhone. Creo que esta idea es arma de dos filos, ahora mismo me encuentro esperando a un cliente, tiene diez minutos de retraso y creo que tardara en llegar. Y mientras miraba a la secretaria y escuchaba ese sonido clásico de oficina, trate de no desesperarme, mire mis manos, abrí mi bolso. Nunca he sido de las mujeres que guardan todo en la bolsa y que la llevan como maleta de viaje, en la mía hay; mis
Llaves con mil llaveros, una cartera (vacía) un monedero atiborrado de feria y mi celular, además de mi colección de tickets y tarjetas de presentación. No creo que se necesite mas, no me gusta ni pintarme y mucho menos peinarme en la calle, quizá solo me echo un vistazo en el espejo del auto y ya.

Decidí sacar mi celular y matar mi tiempo (nunca he entendido esa expresión) entones observo como los minutos se suicidan al leerme y por eso creo que es arma de dos filos, que tan provechosa puede ser una escritura ociosa? (no tengo acentos disculpen).

Sigo esperando, odio la impuntualidad, incluso la mía, que molesta es la espera en cualquier caso, incluso cuando no importa tanto el sujeto u ocasión razón de la espera.

En fin seguiré viendo el rostro de dolor de la secretaria, hay personas que nos muestran su historia en la cara. Me sigue impresionando como se puede leer el pasado con solo ponerle atención a alguien que tenemos enfrente. Pero de eso hablare después, quizá, en otro día de espera.

Nos leemos!!

martes, 20 de julio de 2010

Actualización

Tanto tiempo sin escribir que me siento una completa extraña frente al formato del blog. Las personas vamos cambiando constantemente, los motivos son variantes de la vida, decisiones, personas que llegan y se van, modos de vida, tragedias y claro, alegrías diversas.



Mentiría si confesara que he extrañado lo que era/vivía hace unos meses. Me he mantenido muy ocupada, entre algunos afortunados viajes y un nuevo proyecto; he fraguado mis días para así, seguir caminando y cambiando. Tengo sentimientos encontrados; mucha gente (en su mayoría amigos de aquí y e allá) me preguntan si no extraño lo que he dejado. Puedo asegurarles que no, cuando se toman decisiones acertadas, creo, pasa eso. Tengo la paz que hacía más de seis años no encontraba. Me siento muy a gusto y en mi lugar. Claro que hay problemas y cosas que quiero seguir solucionando, así como problemas que llegan, pero ahora estoy mejor preparada y no me siento sola.



Qué más les puedo contar, digamos que me he hecho de varios pasatiempos nuevos, entre el yoga y el pilates he descubierto músculos y articulaciones que jamás me habían dolido Mis ratos libres los distribuyo en clases de baile, gym y esas cosas, mi cuerpo ahora esta muy contento y mi mente limpia de pensamientos sobrantes. Creo que al final de cuentas de eso se trata, de organizar tus pensamientos, eso es precisamente la salud mental y del corazón, sentimientos ordenados escuche hace poco. Es muy importante localizar cuando en la vida hay sentimientos desordenados, ya que estos, seguramente están causando algún daño a tu vida, lo digo porque por algún tiempo, desordené de manera voluntaria mis sentimientos y he notado la gran diferencia.



Por otra parte en el terreno profesional, un nuevo proyecto concentra una de mis mayores aficiones: la lectura y los negocios, cuando todo esté concretado les hablaré más detalladamente de eso. En cuanto a mi carrera profesional, todos los días me pregunto todavía si mi vocación es ser abogada, creo que estoy lejos de descubrir sí quiero dedicarme a mi carrera, pero no me causa muchos problemas. La vida se bifurca y se abren y cierran posibilidades, vamos jugando con las cartas que nos tocan, luchamos por lo que queremos reconociendo que hay limites y aceptando con amor tales limitaciones.



Paz, esa es la respuesta a la felicidad, cuando la paz absorbe tu ser, la felicidad se despierta, y de un estado de animo, se vuelve un estilo de vida.



Solo hay un momento en el día en el que me cuestiono un detalle, justo cuando me voy a dormir, me pregunto si volveré a soñar lo mismo. Los sueños son pensamientos que no se pueden controlar, uno puede decidir en que pensar y en que no, desechar pensamientos. Pero los sueños carecen de voluntad personal y se nos proyectan en un subconsciente desarmado. Tengo muchas noches soñando con un abrazo que puedo llegar a reconocer en la lejanía de la memoria. Despierto un poco molesta y desilusionada, pero todo termina después de segundos.



El tiempo se me esta pasando muy rápido, el tiempo es como un huracán lleno de agua se lleva ganas y deseos, pensamientos y recuerdos, amor y desamor, nostalgia y todo eso que mi corazón dejo manchado sobre días pasados. Hoy, en vista de un panorama radicalmente diferente y luchando contra sueños necios y faltos de coherencia, con días de paz y nuevas ilusiones, les puedo comentar que me siento muy contenta pero sobre todo muy en paz.



A pesar de que no me había sentado a escribir, en cierta manera mi mente siempre esta creando historias y queriendo hablar de cosas con las que me encuentro constantemente, eso me da tranquilidad y la certeza que a pesar del tiempo que tarde, seguiré volviendo de vez en cuando a ocupar estas líneas con un pedacito de lo que de mi brota.



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Valery

lunes, 28 de junio de 2010

Tiempo levitado.

Eran las cinco de la mañana, llovía tanto que las ventanas de mi cuarto se sacudían terriblemente y se filtraba un frío ahogado. Entre el bochorno de una noche de verano y un gran pozo de lodo; sumergía mi imaginación. Seguía acostada, mis pies inmóviles descansaban sobre las sabanas, mis ojos serpenteaban entre algo llamado pensamiento y los ruidos externos. 

Me perturba cuando hay relámpagos, lluvia y aire. Pareciera que la naturaleza se enfadara con todo lo que toca y yo prudentemente vestida, como esperando a que levantara la tapa del techo y me llevara con ella. Es complejo explicar como se puede escuchar tanto en el silencio. Inclusive la lluvia, mi corazón en el oído, la respiración en mi abdomen causan ecos por todos mis sentidos. Mis ideas revoloteaban por todo el cuarto, encontrando nidos en las esquinas y desapareciendo por las sombras y yo exactamente en el mismo lugar, pero fuera de el. 

Y Proust viene a mi mente, hace tiempo, no recuerdo si un año o dos leí "En busca del tiempo perdido", hasta hace pocos meses volví a leerlo y ahora cada vez que escribo o pienso de qué escribir, lo evoco. Para los que no lo han leído Proust enmarca de manera hermosa la historia de la escritura . Y creo que es importante entender a lo que se refiere porque dibuja precisamente lo que hace al escritor (cualquiera que sea su naturaleza) escribir. 

El alumbramiento de un libro que no se conoce, pero cuyo anuncio es el libro mismo de Proust se lleva a cabo en tres actos. El primero habla sobre la simple voluntad de escribir, la pretensión misma, la necesidad. El segundo, aunque algo largo, nos indica el verdadero problema del "tiempo perdido" y es ahí dónde yo me coloco, en el tiempo en el que "algo" impide al escritor escribir. No quiero tampoco hacer un resumen del libro, quiero más bien explicar porque tanto énfasis. Resulta que, para mi escribir es como amar, amas tanto que llega un punto que te es imposible hacerlo más. Porque te has terminado los abrazos y las letras. No lo sé, no sé que sea ese "tiempo perdido", incluso no sé si realmente se pierda, o sea simplemente un acomodo de minutos para así, poder usarlos mejor. 

Entonces, creo que, es válido si Proust tuvo la idea y la vivencia del tiempo perdido levitando por su incapacidad o más bien su apatía de hacer lo que más amaba, es probable que así pase con todo. Puede ser que el tiempo levite entre la voluntad y las circunstancias, entre el amor y lo que te impide amar. Todo flotando por el tiempo, hasta que un milagro golpea tu frente y todo se acomoda de nuevo.

sábado, 26 de junio de 2010

Yo deseo..

Volver, sentarme y pensar en qué escribir no es el problema. Creo que la razón por la que dejé de hacerlo /escribir/ fue por que me ciclé. Empecé a escribir solamente de lo que sentía demasiado dentro y olvidé que hay muchas cosas lindas también en el exterior; en el otro, en un paisaje: dónde las nubes dejan al sol filtrase suavemente y se dibujan lineas de alegría iluminada, roces de algo divino, y se cree en Dios y en todo aquello que representa.

Ver dentro es luchar contra fantasmas, miedos y deseos. Quizá este ultimo sea precisamente la razón misma por la que el ser humano es lo que es, lo que nos vuelve naturalmente imperfectos. El deseo es un bien neutral que puede colocarse en el lado negativo o en el positivo. Como la felicidad es un deseo ésta puede venir también de cosas constructivas o de cosas maliciosas. Pero no estoy aquí para juzgar el bien sobre el mal. Más bien para hablar sobre el deseo.

La devoción, el Amor y el sufrimiento. Se sabe que la felicidad es el bien ultimo al que todo hombre aspira. Los medios y la metodología es personal, diferente y respetable. Mientras el camino sea limpio y lleno de luz la justificación de la felicidad es correcta.

Pero los Hombres somos como niños. Pequeños que creen que todo debe estar a nuestra mano, y no distinguimos fácilmente el limite de nuestros deseos. Es sabio aquel que respeta esos limites y que además encuentra estos como parte de ese camino. El sufrimiento motivado por decisiones sabias como el poner limites a los deseos, es parte de la luz que dejará que distingamos lo que en el futuro nos llenara de dicha. Pero el sufrimiento no es sinónimo de infelicidad o de dolor; estos son estados que pueden volvernos adictos y amargan la vida. El sufrimiento, sea físico o sensitivo, es camino de alegría si se toma con madurez y respeto hacia los otros.

Entender el misterio del amor es un camino sembrado de esa clase de sufrimiento, que sólo ilumina el camino a una felicidad sana, limpia y llena de amor.

Respetemos el misterio, tomemos responsabilidad del camino y preparemos nuestro corazón a la felicidad.

Vengo limpia, renovada y alegre. Espero poder, ahora sí, impregnar éste espacio con cosas más positivas. Gracias por leer y por los hermosos mensajes que dejaron en mi entrada pasada. 


jueves, 3 de junio de 2010

Despedida.

No he podido escribir, como nunca una masa extraña se interpone entre mis sentimientos, mi pensamiento y la manera en que me comunico. No tengo idea de qué decir, de qué hablar, ni tengo ganas de sentir nada. 

Estoy cansada, supongo. La batalla fue difícil, dentro de mi estaban todos esos guerreros dispuestos a todo y afuera, estaba el dolor esperándome para masacrar la esperanza de "volver a intentarlo", una y otra vez. Porque el amor aguanta muchas cosas, pero todo tiene un límite. Y el fondo se toca cuando te enteras que se está luchando en soledad contra el viento.

No tengo otro sentimiento más que cansancio y tedio. El amor se me queda congelado en esos dos estados y me aburre. Es un necio que de tanto hacer daño terminó por acostumbrarme y haciendo que nada me importara. Y realmente me quedo sin palabras, todas me parecen ya dichas, trilladas, y fastidiosas. Y aunque cierre los ojos y trate de escuchar a mi corazón, no escucho nada. En mi mente algo empieza a despertarse y la inteligencia  comienza como capataz a tratar de enderezar lo que, por sentir sin prudencia, se ha destrozado.

No sé, empiezo por no encontrarle sentido a escribir lo que pienso y siento. Creo que no vale la pena porque simplemente no hay nada ahí. No he podido leer ni libros ni los blogs que tanto me gustan, porque simplemente estoy apática.

Dejaré de escribir por un rato, necesito silencio y paz. Muchas gracias a todos los que me han leído éste tiempo, por sus palabras siempre tan hermosas y los lazos que desde lejos se han formado. Espero que tengan un hermoso verano.

domingo, 30 de mayo de 2010

Siesta.

Hay momentos en que el amor se me desgarra por todas partes. Que la ausencia hace me duelan los brazos por el aire entre ellos y que no piense en otra cosa más que en esa persona.Y el amor se siente ajeno a la realidad, juega con el llanto y la imperiosa necesidad de simplemente hacer las cosas bien. Reunirte con la felicidad a pesar de los obstáculos, y burlarnos de los errores del pasado.

Todo para darme cuenta que el corazón se contiene en una gran implosión justo antes de despertar a la realidad, mientras sigue lloviendo.

sábado, 29 de mayo de 2010

Contraparte.

Cuando llega un corazón y se asoma al tuyo; toca la puerta, deja mensajes, flores, largas cartas, detalles, además de un sin fin etcétera. Y no pasa nada, silencio profundo, manos que no se mueven, ojos que no brillan. Soledades que no coinciden y que dejan una historia triste, incompleta, sin puntos suspensivos. Faltas de ortografía en un dialogo en diferentes idiomas, miradas que no encajan y que jamás llegan a juntarse.

Sueños por separado, silencios prolongados e incómodos. Amor que no surte efecto, como el que se da a otro. Y es cuando entendemos que el corazón es un bastardo, un enemigo circunstancial. Qué si se pudiera amar con voluntad, muchos corazones podrían salvarse. Pero se empeña en trabajar bajo punzadas de "no sé qué" y late algunas veces (y desgraciadamente casi siempre) hacía dónde no debe: el lugar más lejano, más turbio y cerrado. Tal como la contraparte, cuando llega con ganas de amar lo ya amado tu no puedes amarle.

viernes, 28 de mayo de 2010

*-*

Los errores, cuando se trata de sentimientos, son pequeñas espinas, unas sólo dañan superficialmente. Pero hay otras como estacas que atraviesan el corazón. Las pérdidas son, creo, aquellas heridas que parecen no sanar nunca. Uno puede perder un familiar, un amigo, un amor. Pero son cosas que no podemos controlar, que son parte del ir y venir del tiempo y de la vida. 

Son los errores, aquellos que debimos a ver visto desde lejos, los que arden desde dentro. No habernos dado cuenta que había situaciones previsibles, de las cuales debimos huir antes de que la emboscada llegase. Porque huir no es malo, sí se usa la inteligencia, es a veces, mucho mejor que caer inocentemente en alguna trampa. El amor es quizá el único juego en el cual entramos sabiendo que la pérdida será aún mayor que la ganancia. 

Mis palabras carecen de significado y orden, hoy más que nunca siento que debí haber puesto más atención en quién confiaba, hacía dónde estaba dirigiendo mis sentimientos de amistad, amor y fraternidad. Pero uno no se da cuenta de las cosas hasta que cae en ellas. Y como hoy, el sentimiento de un gran hueco que se confunde entre tristeza y el coraje invade mis sentidos, mis acciones y, claro, mi espacio. 

Tendré mucho más precaución /ahora sí/ la próxima vez. 

jueves, 27 de mayo de 2010

Saudade.

Setenta años, seis hijos, algunos nietos, y un bisnieto. Años de pesado caminar, de domingos familiares, de problemas financieros, de nacimientos inesperados, de dolor de hijo. Un marido ausente por años, una jubilación no pedida, y un hombre desconocido durmiendo a su lado. Un entierro sin lagrimas, rosas sin sentido. Un amor invisible recorriendo sus entrañas.

La mujer con  ojos negros de tonalidades azules sobre el cristal de sus pupilas, presencia sus días, aquellos que enumeraron lo que es, y que dejaron en el ataúd de su independencia los sueños de su reflejo juvenil. Largas caminatas resonaban en sus tobillos ya cansados, y las innumerables caídas todavía dolían, sobre todo en invierno.

Toda su descendencia estaba tirada por el mundo, siguieron, si no su sueños, su propia voluntad. Y la casa había quedado vacía por las tardes, fría la cocina esperaba el ajetreo de otras épocas. Mientras en la silla del comedor se veía el ventanal y la tarde iba dejando sus colores al crepúsculo de esa tarde de mayo.

En el jardín, las flores de antes iban renaciendo cada primavera, y al igual que la espera, su corazón suspiraba en que el recuerdo alcanzara la misericordia de aquellos a los que tanto amó.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Y entonces...?

Y entonces empezó a caminar por ahí, con las manos en los bolsillos y mirando hacía abajo, como ocultando algo. De vez en cuando y sólo sí era necesario, volteaba hacía enfrente para mirar el entorno; carros, cruces, gente sin rostro, lluvia, otoño, mar. Todo sin sentido, nada tenía razón alguna de moverse en su interior o en sus ojos- Sólo existía,  porque claro, no tenía tanta pasión como para dejar de hacerlo.

Comía, dormía sin soñar, tenía necesidad de respirar y lo hacía como todo lo demás, inconsciente. Hablaba cuando nadie lo escuchaba y él mismo se entendía trillado, del montón, común y aburrido. Todo era blanco, rojo, azul. Nada se matizaba ni corrugaba, liso era su mundo, su mirada, su alma.

Y entonces, cerca de aquel gran ciprés perenne, como su vida, estaba ella. Ligera como un papel de copiado, blanca con tonalidades rosas, lisa, tersa, aterciopelada, frente al sol o el sol frente de ella, a sus pies, sirviéndola. Su figura igual que la de cualquier mujer de botticelli; hermosa, cálida, femenina, contorneada. Dentro de sus cabellos el aire organizaba una fiesta mientras una orquesta sinfónica soplaba la sinfonía más hermosa de Haydn. Su rostro, al igual que el alma de un recién nacido; pura y hermosa, sin defectos, clara como el agua de un río cristalino frente a su propia naturaleza. 

Y todo el mundo se torno mujer, todo pareció tener nombre, significado: ella. Quién fuera, simplemente ya era la razón del aire, de la boca, de los pies, del desierto de su pasado, de los cambios y los latidos. Todo movimiento de sus ojos iban dirigidos a sus pasos, en su andar se delineaba la vida.

Y entonces, justo al otro lado de la calle, ese hombre enamorado decidió voltear hacía abajo y, con las manos en los bolsillos, seguir caminando.

martes, 25 de mayo de 2010

Recordar.

El tiempo inevitablemente pasa, las memorias quedan saturadas y no tienes más que, cual desastre natural, escoger lo que más necesites y correr. Antes de que el tiempo barra con todo y lo olvides o mal recuerdes. 
Hoy enterrada entre libros y paredes conocidas, me sostengo en recuerdos. Unos hermosos, otros llenos de letras, de él, de ellos.

Duele pasar mis ojos por todo aquello que un día parecía tan "mío" y que ahora; es ajeno, libre y caudal. De eso se trata la vida. Pero los lugares suelen impregnarse de todo, monosaturarse de momentos. Y bueno mientras intento concentrarme en el silencio jurídico de mi mente, y las palabras brotan de mi tesis sin sentido alguno: pienso que debía de haber hecho las cosas diferentes. No más bien, debía de haber pensado las cosas. Pero la juventud suele llenarse de baches, que después, se convierten en experiencias, en desastres, en nuevos comienzos. Y yo, trato de volver a empezar, de alguna forma todos los días.

Y no sé, no puedo separar las cosas. Los recuerdos se escriben otra vez cuando los llamas, incluso hay sentimientos que bailan de un lado a otro de tu alma, mostrándote que no han muerto. Y la motivación de las aulas, de los libros y esas escaleras marcadas me recorren cual brisa de mar, humedeciendo mis ojos, llenándolos de ausencias. Todos vamos tomando nuestros propios caminos, y las personas que se van quedando dispersas, se echan de menos siempre que estamos en los lugares que compartimos de una manera especial. Mi facultad es eso, recuerdo de todos esos amigos que por años, nos agarramos de las manos y caminamos, dormimos, nos desvelamos, e incluso lloramos juntos. Y ahora unos en su ciudad de origen, otros simplemente lejanos en ocupaciones, ya no están más en mi vida, pero siguen aquí, entre los recuerdos. Palideciendo mis letras, pero llenándolas de amor.


viernes, 21 de mayo de 2010

Canción matutina.

Hoy por la mañana, me "desperté" y me puse a hacer hotcakes ya que mi hermano Alberto estaba en la casa. De ese desayuno tempranero salió ésta canción. Se las dejo.

Antes de que llegue el alba.

Esas madrugadas deseosas que se clavan entre ceja y ceja, recorren tus ansias y las encierran. Como un pequeño esperando algo, con impaciencia y quizá un poco de ilusión aguardo; entre la obscuridad de la noche y el filo del alba. El rocío camina hacía el altar y el gran novio, el sol, quiere sorprenderla.

Quiero imaginar que mi desesperación se debe a la temporada de insomnio, de largas noches de velar fantasmas, de sonreír y de vez en cuando; besarles la cara. Frecuentemente las palabras fluyen como gotas de agua en primavera a éstas horas de la mañana. Y mientras el mundo duerme, yo, escucho los pájaros despertar y con ellos canto, y me incorporo a mayo. Un mes que ha corrido de prisa, y no he sentido casi nada de su paso, sólo el tiempo sin orden y las pequeñas hormigas que recorren mi cuerpo.

Y mientras quemo los minutos, y Susana Tamaro /donde el corazón te lleve/ descansa en mi mesa de noche, pienso: Augusto debió haberla hecho feliz y en cambio Ernesto siempre estuvo vivo. Y recorro las relaciones de mi vida: mi madre, mi corazón y el pasado. Me gustan los libros con los que me puedo sentir identificada, y creo que por eso releo frecuentemente éste. El original me fue prestado hace tiempo, y lo guardo como un recuerdo de que todo en ésta vida es un boomerang, hasta el amor. Y es justo cuando mis ojos se ponen arenosos y prefiero dormir a seguir soñando.

Buenas Madrugadas.


miércoles, 19 de mayo de 2010

Lo que nunca fue.

No he tenido mucho tiempo aunque parezca. He andado vagando de aquí para allá, con la cabeza en todas partes y en ninguna. Mis días se empiezan a desordenar, mientras las horas juegan un papel efímero. No hay libretos ni guiones; solamente yo, el mundo y lo que ocurre en el. 

También he corrido con mucha suerte; me siento libre de "cosas" y mucho más resignada, ha servido mucho la ausencia. Creo que los sentimientos cuando no se usan, terminan, cómo todo, por atrofiarse y finalmente acaban siento un poco de nostalgia, aunque nada que no termine por ser pasajero. Son las noches las que se llenan de recuerdos y es dónde empiezo a cuestionarme. 

No recuerdo la ultima vez que lo vi, creo que fue un lunes o un martes, poco importa, ya era otra persona. Es bien sabido que vamos cambiando con el tiempo, y nos vamos transformando. Lo entiendo, y trato de, hasta cierto punto, ponerme en su lugar. Debió ser difícil y yo no ayudaba mucho. Aunque también tiene parte de la responsabilidad de todo eso que ocurrió, me doy cuenta que fue más mi imaginación que otra cosa. Fueron mis deseos los que terminaron ahogándome.

Me pregunto sí alguna vez fue honesto, la "verdad", cuando se trata de sentimientos no siempre es permanente, a veces recorre el corazón momentáneamente y al otro día, todo cambia y otra perspectiva aparece en el horizonte. Pero no por eso deja de ser legitima, simplemente el corazón es un pequeño deshonesto que va probando cosas nuevas, hasta que encuentra su madurez: en unos ojos, en un pensamiento. Y eso quizá también sea algo volátil, tal vez un poco más perdurable. Pero nada ancla al corazón, cuándo éste recorre los mares del sentimiento todo es posible.

Y sigo  hurgando en las posibilidades, sacando de las noches la paz que trae consigo el silencio, la dura razón de saber que nada nos pertenece. Pero jamás olvidaré tu abrazo a media noche, los cuentos, las risas y los parques. Y suspiro pensando en lo que nunca fue. Y volteo hacía una luna menguante y sonrío, me alegro de que nunca haya sido/no tendría de qué escribir/.

lunes, 17 de mayo de 2010

Dormido.

Te veo dormir cansado. Llegaste a casa con una cara embarrada de mundo, distraído. Te ofrecí, como todos los días la cena, te negaste. Fuiste directo al cuarto, te quitaste el disfraz y quedaste inmóvil sobre la cama inmediatamente. 

Yo cómo espía, en secreto veo tu cuerpo, tu espalda dibujando perfección, tus pies agotados y blancos; son dos pequeños querubines que cuidan tu figura, celosos y abiertos. Escucho reservados sonidos de aire que salen de tu boca, y suspiro. Pareces tan niño, tan pequeño, han pasado muchos años desde que nos conocemos, y te sigo viendo igual, inocente.

Qué estarás soñando?, quizá el cansancio de tu día te impide atravesar la puerta de los sueños, e intento dibujarlos sobre tu cuello, dentro de tus cabellos y mis manos resbalan en tu nuca descendiendo por tu espalda; pero todo de lejos. Temo tocarte porque no quiero molestar tu descanso aunque mis ojos se divierten con tu figura petrificada en el espacio- Entre sábanas y el ruido del ventilador; te protejo de tu día.

Tendré la fortuna de verte así toda nuestra vida, serás mi compañero de sueño, seré tu novia enamorada eternamente. Llegaremos a esa edad adulta y con el paso lento y la respiración atropellada, te diré -te quiero- mientras reposas, justo cómo en este momento. Y cuando lleguen los niños, callaré sus gritos implorando respeto mientras duermes, seré fiel veladora de tus rincones, fiadora de la tranquilidad de tu agobio, reposaré el ruido en nuestro mundo, y besaré tu frente con mis ojos, para no turbar tu paz, y yo feliz ocultaré mis ganas de abrazarte, para así cuando despiertes, volver a besar tus labios cariñosamente.