lunes, 28 de octubre de 2013

Maquina.

Mientras el té de limón se enfría lentamente sobre el mantel odioso de frutas, me trago algunas nueces, que, como las verdades, pican en la lengua pero tienen un rico sabor. Y disfruto de una noche de octubre tirándole a noviembre con ganas de que el año escurra sus ultimas gotas y nos deje alguna esperanza nueva. Una más. No hay manera de agradecer las cosas buenas que pasaron, ni tampoco de echar para atrás de aquellas en las cuales pareciera no haber salido como planeamos. Pero qué va, si las todas las cosas "que no deben pasar" pasan por algo, y son maravillosas. Aunque en el momento parezcan una maldita enfermedad terminal. La vida, aunque parezca que sí, no se acaba con el primer ventarrón de aire.

Y si, me siento liberada, éste año al abrir las cortinas se han vuelto tela los fantasmas que se acomodaban detrás de la puerta. Y la comezón que me daba cada vez que alguien decía su nombre. Ya no hay nada. Y eso me hace sentir que valió la pena la espera. Los muertos, los desollados, los terremotos, los suicidios y un par de malditos cuadros que jamás colgaré en la pared. Todo está, existe, porque negarte es matarme. Pero ya no hay nada hoy, tú ya no estás.

Y vuelvo a tomar de mi té y me diluyo en recuerdos. Tu mano en la mía es, como debe ser, no más no menos. Como ver el centro de una maquina, cuando los engranes van y avanzan y se mueven a su tiempo. Somos poderosos juntos, creamos y destruimos el mundo en una sola tarde. Volamos. Pensar en ti es como pensarme a mi misma desde lejos. Tengo suerte, si, pero también tenemos suerte los dos de tenernos. No funcionamos uno sin el otro. Ya no somos uno solo, eso lo sabíamos desde el principio y aún así seguimos construyendo cosas, aprendiendo uno del otro, haciendo la maquina caminar, trabajar, moverse. No sé a dónde llegaremos juntos, pero no pienso mucho en eso, mientras me hagas reír y tu conduzcas, me quedo pensando en qué música podremos crear mañana, en qué más seremos tu y yo cuando el té me lo prepares tú por la mañana.

lunes, 21 de octubre de 2013

Navegar.

No sé ni porque, pero ésta semana traigo sentimientos "enmarañados". Y es que no es que se tenga que tener claro todo, pero, pff a veces, la vida te pone una neblina en los ojos, y blank, nada. Y  es el punto exacto de escribir; para poder entender un poco, o mejor dicho, poder entenderme un poco. No tendría ni porque subirlo al blog, pero qué más da. Hace tanto tiempo que entre él y yo tenemos una relación, digamos, íntima, que dejarlo fuera de mis pensamientos en éste tipo de momentos es absurdo.

Y hablo, o bueno, escribo y escribo tratando de averiguar qué me pasa. Todo, dentro de lo que cabe en mi vida, es "normal" digamos que va muy Valery tengo el control de mis cosas, de lo que hago, cómo lo hago; me dedico por primera vez a lo que me gusta hacer, me pagan por eso, me va bien. Tengo estabilidad emocional y familiar, bla bla, digo, dentro de mis parámetros de normalidad, todo sigue su curso. Pero es cuando termino cansada de editar todo el día, cuando me siento delante de la computadora y chaz! me vienen sentimientos que no sé cómo identificar.

Si bien, después de las nebulosas  aparecen enfrente caras intermitentes como intentando señalarme algún camino, no distingo el porqué. Todo tiene que seguir su curso, tomamos decisiones que  bien o mal nos llevan al camino que deseamos seguir. Estoy aquí porque lo he decidido yo, y soy feliz con ello, de hecho muy feliz. Sé que me faltan cosas pero todo se ésta construyendo (lugar común "roma no se hizo en un día) no hay porque querer correr, sí algo he aprendido en mi vida es que los pasos se dan pequeños, seguros, certeros, pausados. Algunos de rápidos si, pero pensados y disciplinados. Las cosas que son para ti, llegan, se juntan y se desbordan en el tazón del café por la mañana, en las manos de un amiga, en las rosas de la entrada, en las platicas sin fin antes de dormir, en todos los viajes que se planean y en los que ya se quedan sellados en el pasaporte. En la gente que se se ama.

Aunque, no entienda bien a qué me refiero, y quizá, o mejor dicho seguramente nadie más lo sepa, es tan reconfortante saber que estás aquí frente a mi leyendo,  o dejando que te escriba justo en tu pecho, día a día mes por mes, durante años (ahora hablo con mi blog) que jamás podré recompensar la sensación de alivio, como si después de cuatro o cinco manotazos al teclado, dejara todo fluir y todo se quedara ahí y navegara hacía no sé donde. Quizá, hacía ti.


domingo, 20 de octubre de 2013

Mordidas.

Podría estar hablando de más,  rescatar las pocas letras que me quedan en el tintero y gritar. Pero ¿qué sentido tendría?.

Amo el mes del Octubre, se han fechado eventos importantes en este mes, desde el hecho de que mi blog ha cumplido 4 años, como que, el otoño es mi estación del año preferida y que, disfruto el clima, la comida y demás cosas. Y si, también lo que estás pensando.

Y mientras los huracanes y los mares, y todo ese ruido deja de pasar. ME quedo inmóvil delante de la pantalla, esperando que pase algo. Tengo la fortuna de estar en todas partes, de pertenecer a muchas cosas. De hacer, de deshacer y de no estar atada a nada. Lo he luchado, lo he querido, lo he logrado. Y aunque aveces no sé qué hacer con tanta libertad y el vértigo se apodera de mi. Considero que si mañana decido cruzar la luz detrás de la puerta, podré regresar a donde mismo, y nada pasará. Y dentro de todo ese concepto, otros tantos se tejen y desconectan mis sentidos y  me vuelven a hablar de un té de menta y del camión de la basura que pasa lastimosamente siempre, a la misma hora.

Bueno, que la felicidad es a ratos, a pequeños mordiscos. y ñom, éste domingo, le arranco uno, aunque mañana no sé si habrá panecillos.

sábado, 19 de octubre de 2013

Pum!.

Pondremos puntos finales, sacudiremos la cabeza y saldrán disparadas un millón de partículas de "no  sabemos qué" y pum, de la nada (y del todo) acabaremos. El mundo, según el discovery channel, tendrá un final, rápido y silencioso. Aunque, luego cambiarán de opinión y vendrán a decirnos y a darnos con lo mismo del calentamiento global, y pum. Así de sencillo, quizá un octubre cualquiera como éste, justo delante de millones o unos cuantos negaremos lo que somos y nos sacudiremos de problemas para pasar a otra cosa. No lo sé, todos los días estamos creando y destruyendo mundos. Mi mundo ha cambiado tantas veces, continuamente (sin descanso) que muchas días no sé bien dónde estoy parada ni en qué lugar del mundo estoy. Pasa que me despierto sin ubicarme, pero basta, no es que quiera hablar de mi. Quería hablar de, quizá de nada, pero de todo. El todo. Lo que somos, fuimos, o seremos. 

Un montón de células comprimidas que danzan y gozan y estallan contra la carretera (algunas veces). Creo que todo esto va a que, necesito salirme de aquí por unos días. 

Buen día. 

domingo, 6 de octubre de 2013

De politicos.

Es tan fácil hablar de justicia, enjuagar con agua "limpia" el alma y darle en la cabeza a los que deben pagar por lo hecho. Es tan sencillo juzgar en nombre de la justicia y hacer de ésta tu propia arma de venganza.

Lo vi en en sus ojos aquella tarde, antes no lo entendía, ahora veo con un poco de luz, los destellos de la falacia. La venganza y el chantaje son herramientas de uso común. Tan común como los hombres que las portan, tan charlatanes, y son los que hablan en nombre de la justicia y el honor, hombres de política, hombre de  "paz".

Tengo tanta suerte, las circunstancias me ayudaron. Y ahora lo veo tan claro, es tan fácil hablar de justicia con la boca sucia, es tan sencillo y descarado despojarte de tu frustración sobre la cabeza de quien estás juzgando.

martes, 1 de octubre de 2013

Print.

Y mientras unas cosas sólo cambian de "accesorios" y se van mutando constantemente y mientras la vida sigue. Puede decirse que lo más interesante es ir añadiendo cosas que puedo hacer a mi curriculum. No cabe duda que quedan muchísimas asignaturas que todavía me falta por explorar. Pero mientras, juego, divago y me divierto con la los limones que me ofrece la vida.

La felicidad se da también, en el trabajo duro, en una mañana de octubre o de agosto. La felicidad son los retazos de pequeños momentos, de llamadas y besos. Mi memoria desfila y se adentra entre sueños por todos los rincones de mi sensibilidad y sonrío. Cuánto he reído, cuánto he amado, y cuánto me han amado.

Las cosas malas, si existieron, si existen, están ahí latentes, fulminantes, pero son meras circunstancias. Diminutas partículas en la linea de tiempo que es la vida. Viéndolo todo a "full" la vida, mi vida, es maravillosa, sencilla y podría decirse que placentera. Estoy feliz con lo que tengo y con lo que no. Lucho cada día para alcanzar mis metas y mis esperanzas. Y si, me escribo todo esto porque es necesario recapitular, porque es necesario sentarse y dar un respiro para voltear y contemplar la creación, la obra de arte que se pinta día a día en mi.