lunes, 31 de agosto de 2015

Curación..

Quisiera hacerte sentir que el lunes es menos doloroso que mi nombre, que acaricies de mejor manera todas las cosas que ahora están en la basura. Desearte que tu vida esté llena de todas esas actividades que adoras, que sin saber nada, puedo adivinar sin mirar por la rendija del picaporte. No sé si conozco mucho o poco esa mirada que pones al ver el mar o tu manera de bailar. Quizá porque sé el trabajo que cuesta dejar de escuchar por ahí las voces que siempre hablan desde algún rincón que te recuerda. Pero es mentira todo, no me preguntes porque escribo tantas cosas, solo quiero divertirme un rato, escribir incoherencias y que las irregularidades se extiendan por toda esta habitación. Respiro, hay tantas cosas que quisiera sanar.

martes, 25 de agosto de 2015

Insignificante.

Me quedo con las malditas pesadillas y un síndrome (que debe tener nombre) que me hace aferrarme a ellas y retomarlas cuando no he quedado satisfecha. Juego con los monstruos y acaricio la sangre que cuelga de la pared de lo que no es real. Hice tregua con mi subconsciente y lo perdoné. Él no sabe que es real y yo pretendo entenderlo, así que tampoco puedo pedirle tanto. Soy lo que sueño, parte de mis demonios y también el odio que me tienen. Hago un ruido con las uñas y grito fuerte, corro hacia el lado más oscuro de mi mente.. Aprovecho para ver su rostro.. Quiero vestirme de pesadilla algún día, ser el demonio que cualquier noche acaricie tus heridas... Pero no podemos ser fantasmas mientras soñamos que tememos al más insignificante los pensamientos....

miércoles, 5 de agosto de 2015

Aunque piense otra cosa.

Quizá cuando me cure la resaca de una semana de trabajo y de jornadas largas, ensaladas, agua y algo de café. tal vez cuando me siente a leer un libro por fin después de muchos meses y logre retomar un poco de lo que ha quedado de mi después del temblor. Pedazos de mi, marcas de mi rostro, mi corazón, mis pasiones. Todo eso en disolvencia y blancos sin balance. Quisiera que millones de hormigas, esas que duermen debajo de mis mejillas, me ayudaran a sacudir un poco el polvo de estas sensaciones. Ya no hay despechos a cuales referirnos son más bien, cambios que alborotan mis hormonas; las cuales encuentro escalando la reja de para ir jugar afuera, con todo y la adolescencia tardía y mis ganas de cuidar gatos. Me encuentro en este punto medio entre la adultez y la ultima juventud (aunque como siempre mi madre piense otra cosa), ahora me gusta el whisky y no soporto comer pop tarts, pero veo bob espoja y escucho poemas de amor que ya no son para mi.