domingo, 28 de noviembre de 2010

Estaba.

Tomando los papeles de la mesa, recorrió el lugar tratando de encontrar un sitio en dónde comenzar a leer. Pensaba cómo había terminando en ese lugar. La vida nos lleva por veredas que jamás pensaríamos al comenzarla, escuchaba en su mente las voces de todos aquellos que, conociendo la vida, hacen frases para recordar aquellas cosas que te hacen aprehender.

Su letra era pequeña y redonda, con pocas lineas, casi como la de una adolescente, se podían distinguir algunos corazones involuntarios en los puntos y pequeños ganchos que parecían correr tras las vocales. Despedía de aquellas letras un perfume que sólo ella podría crear. Cruzaba en su sentidos, jugando con los recuerdos que aún se amontonaban detrás de sus ojos. Por un momento la tuvo entre sus brazos como aquella primera vez de una noche de diciembre. La sensación de retroceder el tiempo lo transportaba al engañoso placer de la melancolía. Pero abrió los ojos, y la realidad lo salpicaba de tinta negra.

Hola, deberás estar pensando  muchas cosas, o tal vez en ninguna, y mi ausencia seguramente ha de molestarte. No tengo ninguna escusa que pueda usar a mi favor. Dónde me encuentro?, todavía no sé si te enviaré ésta carta; es la tercera que empiezo desde que te dejé. Tomé mis cosas esa noche, y sin pensarlo, caminé hacía la calle, encendí mi coche, sin temor a que despertaras (no lo hiciste). Manejé, hasta que el sueño inundó mis ojos de arena, paré en un hotel y me dejé caer entre las persianas sucias y la alfombra verde y pegajosa. Pasaron una eternidad desde la ultima vez que la soledad me acariciaba tan suavemente, debía estar soñando, tu ausencia no me hacía infeliz.
No me busques, tenemos que dejar que el silencio borre la felicidad que algún día compartimos. No sé qué más decirte, no quiero decirte adiós, pero, acaso vez otra opción?-


Las hojas temblaban cuando terminó de leer la ultima frase, el viento sopló frío y su pecho ardía  chocando lentamente contra los botones de la camisa. Así qué así se sentía, pensó, tantas veces había dejado unas lagrimas rodar, las palabras en silencio, su espalda y las voces. Hoy le tocaba ser todo aquello y más, debía ser un sueño, estaba enamorado.

4 comentarios:

  1. bengo a ponerme al dia con unos de tus poemas
    un beso

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  2. triste, pero esencial. en sí son momentos importantes de una vida y me gusta como los describes.
    besos.

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  3. Ojala alguien se hubiera despedido asi de mi.
    Muy bonito, triste pero es lo que hay.

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  4. Hola a todos, muchas, muchas gracias por leerme. Siempre es hermoso ver que alguien disfruta, de alguna manera, lo que escribo.

    Unai, que bello volver a saber de ti..

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