Podría dibujar las mañanas que aún sin verlas aparecen en mis ojos, esculpiría tu cuerpo estancado junto al mio. Me sería fácil olvidarlo todo y volver a acordarme. Deliberaría tus sonidos, repitiendo, entonando.
Sería gustoso reavivar tu recuerdo sobre un papel usado, y que el carmín y el azul metálico gocen tus labios y los acaricien. Tu nombre aparecería en mis libros, una y otra vez, en el día y en la noche, subestimando el tiempo recorrido, hablando con los ciegos sobre el color de sus mejillas; y tu, lo escucharías.
No olvidaría el té chino, el jengibre, las rosas y la miel. La ensalada con vinagre, las uvas, el licor de manzana. Cordero, tinta, carboncillo. Bucaneros del mar occidental de tus pensamientos. Caminémos a media mañana, levantémos el polvo de lo que debería ser, y acompaña tu tarde con la mía, aprenderías.
Hablaríamos de las guerras y los pensamientos en contra de la democracia burguesa, el proletariado rugiría en tu garganta, mientras un tinto suaviza mis pupilas. Tus manos podrían, recorrer las veredas de humo y viento. Nada sería mentira, ni la verdad se escucharía igual, tendríamos dos historias que hablarían de lo mismo, conjugarías.
La bastedad de tu presencia, la muerte de la soledad, vacío, tiempo, y un pequeño nido. El momento de partir se eternizaría, el polvo suspendido sobre la tumba de lo que es. Tus gritos, mi desesperación y un lazo rojo sosteniendo mi cabello, vivirías.
"La bastedad de tu presencia, la muerte de la soledad" Me gustó mucho esta frase, en general me gusto mucho la complejidad de tus palabras, el fin es claro, llegar a el es lo que se disfruta al leerte.
ResponderEliminarUn abrazo!
Me encanto tu poema al igual que los otros, eres una persona especial, por un momento llegue a sentir mi mente entre la fantasía & la realidad..
ResponderEliminarWow, hola, muchas gracias por leer y por dejar tu lindo comentario.. Ya no recordaba esta entrada :)
ResponderEliminarSaludos!