miércoles, 26 de mayo de 2010

Y entonces...?

Y entonces empezó a caminar por ahí, con las manos en los bolsillos y mirando hacía abajo, como ocultando algo. De vez en cuando y sólo sí era necesario, volteaba hacía enfrente para mirar el entorno; carros, cruces, gente sin rostro, lluvia, otoño, mar. Todo sin sentido, nada tenía razón alguna de moverse en su interior o en sus ojos- Sólo existía,  porque claro, no tenía tanta pasión como para dejar de hacerlo.

Comía, dormía sin soñar, tenía necesidad de respirar y lo hacía como todo lo demás, inconsciente. Hablaba cuando nadie lo escuchaba y él mismo se entendía trillado, del montón, común y aburrido. Todo era blanco, rojo, azul. Nada se matizaba ni corrugaba, liso era su mundo, su mirada, su alma.

Y entonces, cerca de aquel gran ciprés perenne, como su vida, estaba ella. Ligera como un papel de copiado, blanca con tonalidades rosas, lisa, tersa, aterciopelada, frente al sol o el sol frente de ella, a sus pies, sirviéndola. Su figura igual que la de cualquier mujer de botticelli; hermosa, cálida, femenina, contorneada. Dentro de sus cabellos el aire organizaba una fiesta mientras una orquesta sinfónica soplaba la sinfonía más hermosa de Haydn. Su rostro, al igual que el alma de un recién nacido; pura y hermosa, sin defectos, clara como el agua de un río cristalino frente a su propia naturaleza. 

Y todo el mundo se torno mujer, todo pareció tener nombre, significado: ella. Quién fuera, simplemente ya era la razón del aire, de la boca, de los pies, del desierto de su pasado, de los cambios y los latidos. Todo movimiento de sus ojos iban dirigidos a sus pasos, en su andar se delineaba la vida.

Y entonces, justo al otro lado de la calle, ese hombre enamorado decidió voltear hacía abajo y, con las manos en los bolsillos, seguir caminando.

8 comentarios:

  1. ¿Encuentro o desencuentro?
    Un saludo.

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  2. ¡Ja!¡La historia de mi vida!

    Me gustó mucho Valery, especialmente porque me sentí identificado. La forma en que narras evoca muchas cosas, y lo haces cada vez mejor.

    Tengo curiosidad.. ¿cuánto tiempo tardas en escribir tus entradas? Digamos, por ejemplo, esta.

    Saludos, y ¡mucho éxito!

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  3. ¿Temor, timidez?

    Muy buen texto Valery, escribes demasiado bien.

    Saludos.

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  4. Hola a todos gracias por sus comentarios, y claro , por leerme.

    Me parece que no es que no llega a ser ni encuentro ni desencuentro, ni amor ni desamor, ni timidez ni temor.

    Apatía y conformismo. Estamos llenos de eso.

    Un beso.

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  5. Jesús, no me digas que es la historia de tu vida. A veces, no es miedo sí no.. simplemente un "dejar hacer", dicen que es peor no hacer nada que cometer errores.

    Espero que la historia cambie..Un abrazo grande.

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  6. Jesús; Olvidé contestarte lo del tiempo, la verdad son historias que imagino observando a la gente, o por lo que me llegan a platicar. A veces, también surgen de mi vida o de algunos momentos de ella.

    El escribir se da en minutos. Creo que lo difícil es llegar a sensibilizarme al grado de sentir lo que creo que sienten, cuando no se trata de mi. Pero no más de media hora por entrada, creo que debería de leerme antes de publicar, pero no lo hago porque, creo que no lo subiría al blog. Soy muy crítica conmigo misma.

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  7. A veces el mundo es perfecto (durante unos momentos, nada más).

    Un beso

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