Tenemos tanto en común, y no te conozco. Sé que éstas ahí, descociendo tu mundo, siendo el más perfecto solitario, pretendiendo esconder LA VERDAD y mudando de planeta de vez en cuando.
Otros no te entenderán cómo yo lo hago; tú el de blanco, el solitario morboso de tu vida encerrado. Te vi aquella noche traspasando paredes, recogiendo cabellos de muñecas felices. Todo en tu mente, todo en ésta nuestra realidad, y tu consciente.
En el patio de juegos, pretendes no ver a nadie. Te sientas y observas. Mientras los seres te juzgan. Lo sé, tú ríes por dentro. De todos el más alineado, el completo extraño, el más coherente.
Me encantó reconocerte, y verme en tus ojos perdidos. Sé que tú lo notaste, por un momento te vi feliz y aludido.
Hay locuras que, de alguna forma (¿loca?) encajan...
ResponderEliminarBesos locos.