jueves, 23 de septiembre de 2010

Ciudadano.

En tus ojos se ve el Mediterráneo y en tus pupilas olas de historia sagrada. Sobre tu espalda seria fácil cargar la conciencia del mundo y ver dibujar las montañas cuando con poco esfuerzo muestras sagradas. Debes ser adivino y con tu sola sonrisa aparecer la mía cuando más lo necesito. Eres extraño y extranjero y soñado y un sueño. Eres lo diferente del diferenciado. Y en tu ombligo danza el mío y en tus labios mis labios.

Me encantas por todo y aunque los viajes terminen; es grandioso tenerte acariciando mis lados y encontrarles tu forma para después deformarnos.
Eres inspiración y la obra, eres lo escrito y lo susurrado. Uno puede crear y destrozar en tu abdomen, sobre tu nariz la espera y en tus cejas la idea. Tu lenguaje y tu lengua encantador de quimeras, están los rasgos de lo que siempre he deseado.

Y es importante sugerirle al consulado, que por que cada mujer mexicana le toque, por lo menos, un ciudadano italiano!

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