jueves, 18 de agosto de 2011

Intuición.

Cuándo las cosas causan tedio e irremediablemente, desesperadamente e indudablemente lo único que quieres es desprenderte, sacudirte, escabullirte. La cosa es muy fácil, si lo ves de un modo simplista; le pones "delete" y te largas a otra parte. Todo tendrá consecuencias, pero nada que no haya pasado antes, ni nada que no se "supere" con el paso del tiempo.

Así pasa con todo en la vida, siempre hay opciones, o sigues en el agobiante paso hacía el infierno personal, o le pones un "hasta aquí" definitivo por más que duela o saque de base. Hace tiempo descubrí que no hay herramienta más efectiva que la intuición, siempre se sabe qué es bueno, malo, peligroso, engañoso, sincero, o acarreará conflicto desde el principio. Aunque no lo queramos ver, y nos pongamos miles de dedos de frente para tapar la realidad y lo que evidentemente se percibe. Por eso no confío de todo en la razón, ésta puede jugarnos juegos de palabras, y empezamos a justificar nuestros verdaderos sentimientos.

Ante todo, y como dice aquel libro que él me regaló "A dónde el corazón te lleve" es la herramienta más útil del ser humano. Muchos tenemos el sentido agudizado en diferentes partes del cuerpo, supongo, en la cabeza, el corazón, yo en lo personal en el estomago, cuando algo no me parece, pum, la espina se clava y bueno sólo mis propias mentiras razonadas pueden hacer que olvide, más no deje de sentirlo.

Y hoy, sin más pretensión que aclararme un poco la mente, escribo, y hago caso a las corazonadas e intuiciones que marcan mi mundo. Hacía dónde voy, y si es lo que verdaderamente quiero. No toleraré más falsedad en mi vida, ni más represión hacía lo que verdaderamente quiero y siento. Si algo no me parece, lo sacaré de tajo, y punto, sin cuestionarme nada, ni poner "peros".

No hay justificación, hay sensaciones, y sobre todo, hay sentido común. O quieres algo o no lo quieres, nada a medias. Extremista, puede ser, pero creo, es lo más conveniente para la salud mental y espiritual. El tiempo se va volando, y perderlo es algo de lo cual no me daré el lujo.

Buenas tardes. Me voy a pedalear.

4 comentarios:

  1. Amen! suerte con tu nueva actitud en la vida, un saludo!

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  2. No creo más en el imperio de los sentidos.
    Alguna vez pensé que lo tangible era realidad: la prueba irrefutable ofrecida por la mirada, previa comprobación de estar despierto, era fuerza suficiente para recrear mi tiempo y situarme en una concreta versión del Universo.
    Fueron pasando los años y con ello mi decepción fue en aumento. La seguridad de saberme enclavado en un determinado punto de lo que era se fue desvaneciendo a golpe de sorpresa. Otrora incuestionables, los sentidos se perdieron en la distorsión que mi mente sagazmente preparaba, la muy cabrona, sin avisar siquiera.
    Creo que ahora vivo la paradoja: la desconfianza en la razón por estar plagada de falacias y la incredulidad de los sentidos por estar sutilmente amañados. Es que acaso queda una isla de certidumbre en este mar de desengaños?
    La respuesta no la sé; en la deriva hoy navego.
    Sin embargo, siempre quedará el horizonte, ofreciendo posibilidades de lo que algún día podría ser. La sorpresa es mi destino; esperemos que no sea fatal.

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  3. Gracias por sus comentarios, a los dos.

    Al Anónimo, casi puedo oler el quesito en tus letras. Creo que te conozco lo suficientemente bien como para saber quién escribe, aunque te escondas tras el anonimato.

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  4. la respuesta la sabes porque tu formulaste la pregunta al igual que tu destino, tu dejaste que pasara lo que sucedió, para seguir solo falta uno que haga y otro que corresponda si en realidad amas o sabes hacerlo siempre seras el de la iniciativa haciéndote presente diciendo mírame aquí estoy(como yo) con esas miles de cosas que existen y hacen feliz a una mujer, el que quiere vivir naufragando es aquel que no sabe a donde se dirige, si sabes que es mentira pues la eleccion de vivirla es tuya de antemano sabes a donde te llevara, ya no es tiempo de sacar viejos resentimientos es tiempo de aceptarlos y entender que nosotros mismos los ganamos por la manera en la que actuamos y nos comportamos por lo regular olvidamos amar y este sentimiento tan hermoso es algo que no se puede regar con lagrimas (hoy amanecí chistoso y sincero)

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