jueves, 18 de agosto de 2011

Para ti.

Escuchar tu respiración y sonreír, no desear otra cosa en el mundo que estar de tu lado del telefono. Contemplar tu rostro cuando inhalas o exalas. Poderme recostar en tu pecho, y escuchar por horas los latidos de tu corazón, quedarme dormida justo ahí dónde también sueñas.

No me sorprende ver lo mucho que te quiero, y mucho menos descubrirme escribiendo mientras duermes lejos de mi. El amor es así, y no puede haber nada más sincero que lo que mi corazón siente, y los millones de pensamientos que se atraviesan por la mente y resbalan por la garganta haciendo un nudo. Vivir contigo, en ti, disfrutar plácidamente de éste amor que parece crecer y por un momento voltear hacía el cielo y sorprenderme de lo grande que se ha vuelto.

Hay cosas que tengo muy claras, entre ellas; que te quiero, y que quiero estar contigo. Todo lo demás parece amontonarse y escurrirse con el pasar de los días, del trabajo y la monotonía. No me atrevería a decir estas cosas si no sintiera, tal vez, como siento ahora mismo, lo mucho que compartimos, y ver como la sintonía del corazón nos alcanza a cada momento como reclamándonos el estar lejos.

Y qué si te digo que quiero que seas el hombre de mi vida, y qué si te siento tan mío que no quiero compartirte ni con el aire, ni con tu mundo, ni con el mío. Te amo, y a tu viento que escucho, y a tus latidos que presiento. Te quedas dormido, y yo, lo único que quiero es besarte.

1 comentario:

  1. Que bendita suerte! aquella de querer :) me gusta y mas me gusta el anterior, que tampoco habia leido

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