jueves, 20 de noviembre de 2014

Ventana.

Es tiempo de madurar, parece, de dejar la casa y buscar nueva vida en otro lugar. Estoy preparando mis maletas, aunque como en cada gran viaje es mejor viajar ligero, me enfrento con decisiones trascendentales como de qué color pintar la cocina, qué marca de lavadora comprar o el diseño de una sala de estar. Un diluvio de acontecimientos se aglomeran bajo el nuevo tapete de "bienvenidos" de la puerta de en frente junto con un montón de hojas que trajo consigo el otoño; hay que cambiar de vida, de hábitos, de mañas y barrer todo aquello que ya no me funciona. Será que al fin dejaré de jugar a la vida para vivirla de verdad o será que todo al final de cuentas es un juego de azar. Apostemos por la belleza de un nuevo despertar, de nuevas ventanas y sobre todo, de encontrar nuestro propio destino.

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