sábado, 10 de marzo de 2012

Un solo día.

Los amores eternos, esos que duran toda la vida (o más allá); quizá sean parte de un sólo segundo, de un par de horas, de unas semanas, un mes. No lo sé. Lo que me queda claro es que conforme pasa el tiempo, y quizá, o mejor dicho, con la experiencia y las casualidades de la vida, tengo un concepto de amor mucho más claro y menos conceptual.

Si bien, no soy una experta en el tema, por el contrario, no he sabido bien; ni dar, ni entender, ni encontrar el objeto de amor indicado. Tengo muy claro esa sensación de pesadez y dulzura que te hace creer que todo tu ser es parte de un sólo sentimiento.

El problema con el ser humano y el amor es esa manía de querer eternizar, hacer trascender y hasta ponerle un altar al amor para que no se escape. Casi de manera vulgar hacemos contratos y firmamos acuerdos para darle nombre y pertenecía. El amor es como la respiración, debes dejarla pertenecer a tu cuerpo sin intentar atraparla en el, de ser así, es posible que mueras de amor, de asfixia, de impotencia. El amor suaviza, alimenta, hace feliz. No es como esa absurda idea de que el sufrimiento es el camino del amor, no, el amor es ser feliz, a pesar del mundo y sus circunstancias.

El fango de piezas que mueve el mundo, las casualidades y los defectos humanos son tan fuertes que pueden acabar hasta con el amor, es cierto. Por eso el amor se vive en cada minuto, y cada segundo, lo eternizas con una mirada desde lejos, con un pensamiento, una caricia, y con cada paso que das hasta donde se encuentra.

Y si el amor ha de durar un sólo día, lo digo desde ya, lo eternizaré en cada minuto que pase a su lado.

2 comentarios:

  1. Tienes el post lleno de razón, el priblema es el ser humano, no el amor. :)

    Me gustó mucho el cierre, bastante emotivo.

    Abrazos!

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  2. Hola, gracias por leer y comentar :D. Abrazo a ti, también.

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