miércoles, 6 de febrero de 2013

Un pie y luego el otro sin perder el equilibrio, dos, cuatro, seis pasos. ¿A dónde ir? hay tantos caminos que recorrer que los pies parecen esclavos de las circunstancias.

Quisiera tener la palabra perfecta, la oración adecuada, hoy, solo puedo mantenerme callada. Cierro los puños, levanto la cabeza y veo el atardecer. El ir y venir de mi barca me deja mareada, quiero encontrar un anclaje, un lugar donde descansar mi sueños, sostengo mi mirada, mis párpados se caen.

Y justo en ese lugar donde faltas, justo a mi lado, la incertidumbre me carcome por las noches, se cuelga, se desgarra. Odioso anochecer, maldita penumbra de ideas. Quisera iluminar las aceras, los adoquines, las casas, mi mirada, correr a ti y prepararnos el almuerzo. Quisiera una vida juntos, quisiera mantener el equilibrio para volver a casa.

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