lunes, 21 de marzo de 2011

Duelo.

Calcule tu llegada, siempre eras puntual. Aunque esa tarde, y supongo debido a a nuestra ultima discusión, llegabas algo retrasada. Espere que entraras con mucho ruido, y mientras cruzabas la puerta preparé mis argumentos, mis armas y todas aquellas cosas que "comúnmente" se usan cuando dos personas tienen una pelea. En cambio llegaste tranquila, tu pelo ahora suelto te hacía ver más joven y dentro de aquella mueca había un brillo que no conocía.

Me quedé plantado en el sillón, esperé a que lentamente revisaras el refrigerador y te percataras de mi presencia. -Ah, hola, aquí estas- me dijiste con una voz calmada, baja y con una sutileza perturbadora. En aquel momento se cayeron todas las fantasías de una batalla épica que tenía en mente entre tu y yo. Y no supe cómo actuar. Te dirigiste al dormitorio, escuche el ruido de tu ropa al deslizarse por tu piel, los zapatos, tus accesorios tintinearon dentro de la caja de madera que años antes te había traído de un viaje a Buenos aires. Pensé en ir tras de ti, pero ya estabas en el salón. Tomaste un libro y te sentaste frente a mi. Te pregunté cómo había ido tu día, y aquellas cosas que uno dice cuándo no tienen mucho que decir. Contestaste tranquila, con palabras fluidas, pero sin despegar tus ojos de libro, cómo si ahí se encontraran las respuestas a nuestros problemas. De pronto el silencio alimento entrada la noche entre tu y yo.

Finalmente despertando al momento que estaba viviendo, me dirigí a la cocina, mientras escuchaba el ruido mudo de las hojas cada vez que pasabas de una a otra. Me serví un poco de jugo, tome unas galletas y las mastiqué sin ganas. De pronto la puerta se cerró. Te habías ido.

3 comentarios:

  1. Un instante perfectamente retratado en tu descripción, de hecho, me ví ahí en una de esas tardes después del trabajo dónde me ha pasado algo similar.

    Y tendrá continuación?

    Saludos.

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  2. Esperemos que la historia se siga escribiendo. Creo que ella lo decidirá, mientras tanto, la dejo como espejismo de cosas que aún me faltan vivir.

    Un beso.

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  3. Me gusta como escribes. Seguiré pasando por aquí. Un saludo

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