jueves, 17 de febrero de 2011

Consuelo.

Su cara estaba manchada, los colores se confundían con sus lagrimas negras y profundas. Los recuerdos eran como manchones de lápiz sobre un papel húmedo. Quería recordar más por morbosidad que por deseos. Pero todo le parecía lejano, habían pasado años en esas tres semanas. El tiempo carece de significado general cuando la apreciación de éste se confunde.

La mente le pone nombre a las cosas, es una mala costumbre que tenemos los humanos, pensaba mientras acariciaba sus dedos para así poco a poco hundir sus uñas en las muñecas, intentando, sin éxito, desgarrar aquellos dibujos azules y morados que se aparecían en su blanca piel. Debe haber sangre bajo todo éste problema, e intentó imaginar como se vaciaba de ella, como pretendiendo que con ella se fuera la realidad que la atrapaba, como las venas a la sangre, como su cuerpo al alma.

Callada, sentada aparentemente en un sillón continuamente se repetía, como tratando de convencer a su propia dignidad. Quería ser una de esas personas que daban testimonio de sus vidas. Todas las cosas malas pasan por algo, y tienen su función de aprendizaje profundo. Quería creer que todo "eso" que estaba padeciendo tenía un propósito constructivo en su vida. Prenderse de las faldas de la fe y dejarse llevar por lo que dicen los que creen. Pero dentro de ella sabía el origen de la injusticia y el temor que todavía sentía.

Por más que tapizara sus pensamientos con amarillas razones de luz, todo volvía a teñirse de escalofríos y de pellizcos que se hundían en sus costillas. Seguía manchada de su propia amargura, desconsolada.

3 comentarios:

  1. todos necesitamos creer en algo pero yo a veces ni siquiera sé en qué o en quien creo. supongo que en mi familia...
    besos.

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  2. pues espero que pronto logre salir de todo eso, son momentos necesarios pero si los extendemos demasiado corremos el riesgo de empezar a perder oportunidades...
    un beso :)

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  3. Momentos de confusión, tristeza y perdida de sí mismo, incluso humillación propia.

    Justamente así se siente estar desconsolado.

    Lo describiste a la perfección.

    Gracias. Yo también te mando un beso.

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