martes, 22 de febrero de 2011

Empiezo a pensar en los momentos suspendidos. Los abrazos no dados, las palabras jamas dichas. Pienso en tu espalda cuando bajaste del coche, en las ideas que se quedaron en mi, lo que no supiste. Me quede con ganas de algo, quisiera poder decirte tan frenéticamente como antes. Volcarlo todo y no retroceder. Pero me descubro escasa de valor y me contengo en el silencio. En la comodidad del anonimato.

1 comentario:

  1. qué bonito como escribes y describes ese mundo interior del cual no podemos deshacer ciertos sentimientos. cuando lo expresamos de esta forma parece que nos quedamos más tranquilas, verdad?

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