viernes, 28 de enero de 2011

Blanco.

Se me acabaron las respuestas, las preguntas, los acentos, las intervenciones divinas. Entonces con una hoja en blanco y mucha tinta, espero mientras se me ocurre algo de qué escribir. No es fácil redactar lo no ocurrido, lo que no se hace sencillo. Las gotas de sudor caen por mi garganta.

… Se encontraba sola, escuchando a la tarde en su eterno magnetismo hacia la luna, rompiendo un par de bazos/vasos, terminaba el ginebra que días atrás había comprando… No, como hablar de una mujer que disfruta la tarde con alcohol.. Todas las mañanas se levantaba con el mismo dilema, cuántas hora podría seguir perdiendo en esas oficinas bofas?, cuantas horas le regalaría al materialismo, miraba por la ventana… Tampoco, no me gusta hablar de lo angustiante que me resulta el trabajo sin amor. Amor, hablar de amor siempre funciona… Entonces el blanco de mis ojos ocupo la mente, qué chingados es el amor.. y porqué darle tanta importancia. No, prefiero recuperar otro tipo de historias aunque sean autodestructivas y de vacío, antes de hablar de amor, mejor, dejo de escribir.

2 comentarios:

  1. A mí me gusta hablar de amor. Claro que funciona siempre... porque es el sentimiento más fuerte que el ser humano es capaz de sentir. A veces, como es tú caso, con sólo nombrarlo, basta.

    Un saludo.

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  2. Gracias por comentar. Creo que lo que pasa es que uno se pelea con los conceptos, y con las ganas de gritar. ajjaja.. Gracias por leer.

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