domingo, 30 de enero de 2011

Sola.

Entonces me dejaste sola, en la inmensidad del viento, con las venas en las manos, con la nariz escurriendo. Me reclamo a mi misma, de la misma manera en que se le reclama al viejo por lo errores del pasado. No, no te inclines en el planto que ha sido ensuciado.

Me dejaste sola, así, otra vez, como muchas otras. Pero esta vez, con las palmas hacia el cielo, indefensa como niño, con los ojos tan brillosos que podían ser dibujados. Te reclamo porque tengo ganas, porque grito, porque ya no vale la pena guardarme las pruebas, los modales o la discreción. Estoy hablando sola, como siempre, y eso me da derecho.

Sola, cómo si no lo hubiera advertido. En problemas, en las malas, en la enfermedad y en la muerte, sola. Así nacemos dicen los que no lo han sentido. Pero la soledad, cuando es de ti no la entiendo. Dónde quedaron las promesas?, dónde quedó el viento?. Sola, soplando al agujero de tu ausencia; inventando, calificando, sonriendo al espejo.

Sola.

5 comentarios:

  1. Más que sola contigo misma, cuantas personas quisieran ser bendecidas con tu precencia, tu tienes esa compañera que te ha de seguir a lo largo de la vida, sí, esa que te sonrie de vuelta en el espejo

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  2. Gracias por leer. La soledad siempre está cerca, diría benedetti: Después de la alegría
    Después de la plenitud
    Después del amor
    Viene la soledad...

    Gracias Rob, si, eso intento ser feliz conmigo misma. Un beso.

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  3. "No lamentes la ausencia de la semilla,
    ama grandemente el fruto dado.
    La semilla debe morir." (Eduardo Anguita)


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  4. Muy hermoso Belmar, gracias de verdad por comentar y sobre todo, por leer.

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