sábado, 29 de enero de 2011

Templado.

Nada, pero nada, es lo suficiente bueno, ni lo bastante malo. Todo, desgraciadamente, todo, es templado.

La belleza de la lejanía me guiñe el ojo. Quisiera contemplar dónde fuera un panorama diferente. Salir, o ver por la ventana que el presente se clarifica. Pero, cómo se le hace cuando se descalifica al "hoy" y se torna incertidumbre. Entonces las limitaciones de la congruencia se estampan en mi frente, -debes de dejar de hacer, debes hacer, debes contestar, debes seguir-.

El pesimismo es la vía más sencilla hacia la seguridad. En lo obscuro y callado del ser se conoce mejor al "yo". Aunque no valga la pena seguir caminando, no queda otra más que hacerlo. Para acabar de una vez, maldita sea la templada memoria de mi historia.

2 comentarios:

  1. hay que buscar un punto intermedio y no tensar la cuerda...

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  2. Ese es la magia del malabarismo de la vida, creo que pocos encuentran ese punto intermedio. Gracias por leerme Sauze, un gran beso.

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