miércoles, 3 de marzo de 2010

Recuerdo cansado.

Siguen haciendo eco los silencios de una memoria gastada, sí se pudiera hablar callando al pensamiento, tendría hoy tanto qué decir.

Las historias se me trasmutan en finas epopeyas gloriosas, de amores ensalzados en lagrimas secas; y me siento consciente qué al voltear hacía fuera encontraré la frustrada realidad de un pueblo sacudido desde sus entrañas, desgastado y tendido, sobre la larga capa del veneno de tus labios. Pero mi imaginación vuela y de mi mente fluyen cataratas de ilusión permanente.

A quién le hago daño pensando qué a lo lejos, está tu alma enredada en la mía entre esos lazos teñidos de caricias, espinas de estrellas bajado por tu sonrisa, o las gratas sensaciones de plenitud corriendo por nuestras heridas. Sí tu recuerdo no es más qué eso, vacío de tu mano sobre la mía. Mi mente se adueña de él cómo sí de eso dependiera su vida.

No me culpes sí te sigo invocando en mis letras, o amanezco en alguna madrugada mordiendo tu nombre, es qué trato de gastarlo, para qué un día  ya no signifique tu presencia si no tu ausencia en mi vida.No me juzgues sí trastoco los remansos de un pasado ya muerto. Es sólo mi afán de seguir asomando mi cara en tus claras aguas, en esas blancas hoyas de néctar fresco, en las qué tantas veces intenté encontrar mi sosiego.

Pero me quedo con la ficción, con el chantaje que mi imaginación le hace a la realidad cautiva. Lo que diga hoy la noche fría, llévatelo tú, a ti te encanta el uso de la razón, haz tuyo lo qué de ella queda, qué para mi sólo basta ésta cansada memoria de alguna noche contemplando tu sonrisa.

3 comentarios:

  1. Al final solo nos quedan los recuerdos, y como no la imaginación para poder hacer algo con ellos.

    Besinos.

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  2. Así es, además es divertido...

    Gracias por leer un abrazo!

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