martes, 2 de marzo de 2010

Te vi.

Te vi por primera vez aquel domingo, pero ya te había visto antes, no sé si en un sueño o en otra vida.

Sé que a veces al ver un jardín hermoso todos los días frente a tu casa; no se valora lo hermoso de sus flores, ni lo frondoso de sus robles. Podemos pasar de largo el verde de su césped ese delicioso olor a libertad y tierra mojada. Y salir a buscar otros campos que nos resulten más hermosos o diferentes.

Pero hoy me senté a observarte detenidamente y pude ver tu hermosura, tu alma transparente, y en tus ojos un brillo que me hace reconocer el amor natural, ese que he andado buscando por todas partes.

Yo también en alguna historia me encontré sembrando flores y mi jardín se encontró olvidado, desolado. Ahora entiendo que mi prado sería mucho más verde a tu lado.

No pido perdón, ni me disculpó; no por falta de culpa, ni exceso de ego, sólo te digo que hoy entiendo que el amor siempre me estuvo aguadardando en un rincón de tu prado. He estado ciega por mucho tiempo; mareándome en palabras y revolcando mi corazón en espejismos e ilusión, no vi que en tú silencio había alguien que me estaba amando

He vuelto de mi viaje, no me preguntes por mis golpes, la suela de mis zapatos está gastada, y mi nariz sigue sangrando, mi huerto se ha secado. Pero he vuelto desarmada y te he visto de nuevo cómo siempre tu jardín frente a mi casa, las flores parecen abrirme los brazos, y me dices sin decirlo qué el amor todo lo espera, me abrazas y me besas las manos, y me dejas refugiar mis sollozos en tu hombro; y lloro.

Todavía me duele, pero hoy he visto; y me tocas las heridas, las empiezas a lavar con tu saliva. Sabes que me duele, que aún quedan rastros de tierra ajena; y parece no importarte, te ves feliz y el sol aparece detrás de tus oídos.

Ya te había visto, pero ahora te observo, y me quedo callada, contemplando. Sé que me entiendes, aunque aún no sé porqué; sólo dices bienvenida y reconozco tu mirada y hoy qué me veo  en tus ojos puedo notar que el futuro está observando ahí, detrás de tu espalda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario