lunes, 15 de marzo de 2010

Veinticinco.

Fue un viernes o sábado, pero la fecha poco importa. Todo se me presentó tan rápido, podría decir que no me pude defender, pero no tiene caso que me excuse en simulaciones de victima, de drama conocido de mujer seducida por la vida. Nadie sabía mejor lo que hacia que yo, o esa mujer que pretendía ser. Vivir como otra, o quizá vivir otra vida en la misma. 

Es válido tener sueños reales en el tiempo que compartimos con el mundo. Nunca lo había experimentado, el trueno llegó de madrugada, escondida en una luminosidad ligera junto con mi cuerpo, la experiencia me marcaba, me hacía transpirar vida y electricidad. Y dentro de mi corazón, algo resurgía emocionado por saberse irresistiblemente dulce.

Poco a poco abandonando lo que era, para pretenderme, para resurgir entre los escombros de la mujer desnuda que aparecía en un espejo lleno de vapor, simbolizando la espera del agua, su entrega al calor, su cambio. Y la edad llega así de pronto. No esperas que la novedad te pare y te sorprenda con el cambio de cifra, pero yo me sentí embelesada por mi propia historia. Me había convertido en una novela, en un párrafo de alguna escritora irreal y desconocida. Los papeles se cambiaban yo me escribía ésta vez, soy lo que quiero ser, o dejo de ser lo que ya no me gusta.

Tener más edad no es cuestión de tiempo, si no de ideas. Yo soy 25 veces más fuerte, más consciente, más amada. Soy mi amante más amoroso, me beso con sonrisas de aceptación y recurro a darme abrazos de viento por medio de una ventana de un coche a toda velocidad. Soy la libertad y la estela de una estrella perdida.

Y soy la mujer que me escribo, me borro cuando quiero, y sin pensarlo, otra completamente diferente me saluda en la sombra más cercana en el momento exacto en que intentaba acostumbrarme. Estoy decidida a no saber a donde voy, porque la incertidumbre no me da miedo. Pero si me preocupo por llenarme de todo, por saberme, por ignorar lo que debe ser olvidado; y aprender.

Me pasa por la cabeza una idea abandonada. A dónde irán las otras que fui?...



2 comentarios:

  1. Pues no lo sé, pero me gusta tu forma de escribir.Beso

    ResponderEliminar
  2. jajaja, Muchas gracias por leer y es un honor que te guste!!!

    Vuela un beso.. ciao!

    ResponderEliminar