sábado, 7 de noviembre de 2009

Tu ciudad II.

Dónde me quede? ah sí....

Me encontraba otra vez sola, recorriendo tus calles, me sigo perdiendo en ti. Quizá sería bueno que me prestaras un mapa.

Tendré que recordarlo la próxima vez que te vea, no sé cuando ocurra, habías dicho que volverías, o no?, es fecha que no he tenido noticias tuyas, pero no me desanimo, nuestra amistad trasciende más allá de la distancia y el tiempo, aunque me bastaría saber que estas bien, esos lugares en los que te gusta andar son peligrosos, llenos de animales monstruosos y personas que resultan peores, quizá sean iguales que los que mi me ha tocado conocer.

Dijimos que teníamos que tomar cada quien su rumbo, y respeto tus rutas, a mi en cambio me ha tocado visitar de nuevo tu cuidad, y esta vez no estás para acompañarme. Y sin querer mi mente me remonta al pasado Julio, qué diferente era todo en esa época, estoy sentada en la misma calle, y todo se ve diferente, tú no estás aquí, la estación del año que nos acompaño en esos días ha dormido, dejando pasar al otoño, deberías de ver lo hermoso que se ven esos dos robles en ésta época del año, parece que la muerte de sus hojas no les afectan, sigue con el mismo baile de siempre, sólo sus colores han cambiado, su hermoso color verde ha mutado a ese café característico de otoño. El clima, frio, pero lo suficiente para sentirlo cómodo, a gusto, quisiera tener tu mano para calentar mi alma por un momento, poder abrazar tu pecho, sería como un trago del chocolate más delicioso que mi paladar ha probado, pero como ya te lo dije, todo se ve diferente sin ti. Incluso ésta nuestra calle, perdón tu calle, hasta ésta tu propia ciudad.

Han pasado muchas horas, desde que te fuiste, he recorrido ya muchos kilómetros, me recomendaste que visitara ciudades nuevas. Me han invitado a hacerlo, lo he hecho, pero por una extraña razón todas las ciudades me parecen iguales, la misma estructura, en ellas no me pierdo, porque siempre me encuentro acompañada, siempre la misma rutina, visitar el ayuntamiento, la iglesia, lugares históricos y terminar con una cena o una película en el cine local.

No me resultan familiares las otras ciudades, a pesar que pretenden hablar mi mismo idioma, me resultan incomodas, demasiado cálidas, demasiado joviales, demasiado ordinarias. En cambio hoy que me encuentro una vez más sentada en ésta calle angosta de tu hermosa ciudad, un suspiro me hace entender porque mi cuerpo siempre quiere regresar y pasa por alto lo complicado de sus calles empinadas, el idioma de sus habitantes (sí es que alguien puede llamarlo idioma) y lo hostil de su clima. Vale la pena.

Pero es tiempo de partir, tengo que seguir conociendo, me lo pediste la ultima vez, tu lo haces, a tu manera claro. Pero no recuerdo la salida, quisiera encontrar el valor de volver a preguntarle a alguien, pero me he quedado sin aliento con el ultimo sujeto, todavía no recuerdo como es que llegue de nuevo aquí, siempre me parece olvidar tu ruta, pero mi cuerpo llega sin abrir los ojos, parece conocer muy bien el camino para llegar a ésta tu ciudad.

Tengo que pararme y seguir caminando, a pesar mio tengo que seguir recorriendo tus calles, no hay otra manera de salir. Pero como ha pasado el tiempo!!, el cielo comienza a aclararse, no puede ser casi amanece de nuevo! y yo sigo aqui!!.

Seguiré caminando, no pasa de que me pierda de nuevo, ya encontraré un ciudadano más sensato, al que le pueda preguntar en ésta tu ciudad.

Continuara... creo....




1 comentario:

  1. Sí, vengo de correr y me nació darle continuidad a esa "historia".
    Disculpa querido lector.

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