Contrato.

Cuántas equivocaciones nos son permitidas en la vida?, cuántas cosas tendré que aprender para darme cuenta que la vida jode por gusto, por que así es ella. A veces entiendo, y a veces no me paro a hacerlo, simplemente sigo y no busco más que canciones en las cuales me sienta identificada. o por lo menos me hagan pasarla agradable.

Pueden pasar muchas cosas en un día, pero hay minutos que lo cambian todo, que nos mandan al carajo o nos hacen el día. Y contra eso no hay amuletos, simplemente ir haciendo al corazón resistente y a los sentidos alertas para identificar los peligros. Aunque estos se disfracen de agradables botargas animadas. Vaya que hay días así simplemente reales, sin adornos ni chucherías que estorben, tal cual, días en los cuales uno se siente con los pies en la tierra y por más fastidioso que sea, suele ser la manera más cómoda para planear sobre el abismo del futuro y de la incertidumbre.

Veintiséis años y no me da pena decirlo, pero es que la edad debería ser directamente proporcional a un grado de seguridad, y ahora me siento como de quince. Ayer se asomó la primera cana en mi cabello, y sigo pensando en la regularidad en la cuál aparecerán. No me preocupa envejecer, me preocupa no avanzar. Ya lo dije, no esperaré a que nada caiga del cielo, y como se lo dije a un amigo (que dicho sea de paso, no olvido) "he empezado a no creer en el destino" . Son las cosas que simplemente no se me acomodan en esos pedazos del alma que se han roto con el paso de los años.

En resumen; que la edad, las canas, las historias suelen carecer de fertilidad en la cabeza de una mujer que no aprende a no mirar abajo y lee mal las letras más chicas del contrato de la vida.