Ya, que no es que quiera hablar directamente de el alcohol, ni hacer referencia a ningún evento revelador, ni de noches psicodélicas de clonazepam. Que esas mejor se guardan en el cajón de los meses de invierno y de pasados que ya pasaron.
Hablemos de los efectos relevantes de las drogas, permitidas o no, recetadas o no. Desde tiempos memorables (ok, no quiero ser un documental de discovery) el humano ha utilizado ciertas sustancias para estimular el cuerpo, mente, e inclusive al corazón y las emociones. Escuché en la radio de eso hace poco, de la dopamina y las sustancias (que son como drogas) que provoca el enamoramiento y como se puede volver el humano adicto a estar en ese estado (no sé si incluirme en esa raza de hombres enamorados, pero vaya que lo estoy sintiendo) y entonces se desencadena en el cuerpo una revolución de sustancias que vuelan, se filtran, se huelen, se sienten y uff que por eso uno cae en ese estado tantas veces, sin importar que tan mal nos haya ido en otras (usando la razón claro está). Y lo mismo pasa con el alcohol, que puede sacar lo peor, lo mejor, y trae consigo una tempestad de descubrimientos de sensaciones y de malestares. Porque nada es gratis en este mundo. Al igual que el amor, uno dice "no vuelvo a tomar así" pero la sensación, el momento y las circunstancias nos llevan a, siempre, caer en el vicio, en recaer en la adicción.
Pero bueno, qué tanto es tantito, si al final la vida dura tan poco que un día estas tratando de salir de algo, cuando al otro no queda otra más que seguir ahí o simplemente ya no hay lugar (ok ok, no tiene mucho que ver con el tema pero se me ha ocurrido, deben ser las sustancias).
Bueno es viernes y otra entrada de cosas que se me vienen al a mente en el momento, pero que ayudan a que las ardillas de mi cabeza se calmen un poco ;)Buen fin de semana.
alcohol y amor, mis bebidad favoritas :)
ResponderEliminarcreo que para este post hubiera quedado mas a doc un final asi "Bueno es viernes y hoy toca" :P