miércoles, 2 de diciembre de 2009

El camino.

El amor busca historias en las cuales hacer su camino. El amor no puede por sí mismo ser reflejado se necesitan historias para que sea contado. Y las historias no son otra cosa más que almas que vinculan al amor con la materia. Ver reflejado el amor en unos ojos, en la mano de un niño, en la caricia de una madre, en el camino hacia tu casa, en el café de mi abuela, el olor cítrico de tu pelo, el hambre de compasión de un enfermo, la curiosidad de mi cuerpo hacía el tuyo, la capacidad de perdonarnos, la risa de un amigo, la soledad frente a un espejo, la espera de un perro, las letras de un buen libro, la brisa que toca mi frente, el trabajo de los padres, la melodía que despierta nuestro día, el murmullo del rezo en unos labios…. Así se materializa el amor, que al igual a su definición parece no tener fin ni límites. El amor como concepto podría tener una definición hueca si no existieran historias, si no existieran almas en las cual hacer su camino.

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