viernes, 11 de diciembre de 2009

Lo malo y lo peor del silencio.

Lo malo de querer guardar silencio, son esas ganas de gritarle al mundo lo feliz que me siento o que hoy por primera vez supe lo que era despertar; lo peor de guardar silencio, es morderme los labios cada vez que quiero decir alguna oración con tu nombre en ella. Y no me importa que pueda pensar Benedetti o cualquier otro poeta. Me interesa más bien lo que se me queda en el tintero del corazón; porque escribir con el corazón en la mano no se me complica, lo difícil es dejarme leer, exponerme; nadie comprende lo que siento, y eso no me quita el sueño. Me preocupa que sea necesario guardar silencio para calmar mi alma, me angustia morderme los labios, y amarrarme las manos, para tratar de apaciguar al corazón. ¿Cuánto tiempo?, no lo sé, y no me importa mucho; sólo me preocupa el desgaste, los silencios y sobre todo las necesidades recurrentes de presencia tuya; cualquier clase. Creo que mis letras no son más que el consuelo de tu ausencia.

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