No te despidas sin decir te quiero.

Me gusta decir "te quiero" siempre, aunque muchas veces no deba decirlo o no sea del todo prudente. Lo hago quizá porque tengo el temor de jamás volver a ver a la otra persona, o tal vez pueda ya no sentir lo mismo la próxima vez; esas cosas del querer son impredecibles. Decir te quiero, te amo, son palabras que no controlo, no las pienso, las dejo fluir como un "hola", pero no porque para mi  carezcan de significado, jamás he dicho -te quiero- sin sentirlo, lo digo porque la vida es tan rápida, nos sobrepasa, nos arrastra hacia todos lados o ninguno.

Decir palabras de amor incluso cuando no haya porqué, aunque no las merezcan, aunque no las pidan, incluso sabiendo que no tendrán nada qué decir. Es parte de correr tras el sentimiento, dejarte guiar, embarcarte en el viaje, que a veces lleva al olvido o a la eternidad.

No decir te quiero, callar una palabra de amor debe traer consigo un arrepentimiento enorme; creo que lo anterior lo aprendí de mi Mamá, ella siempre dice que jamás debemos de despedirnos enojadas, y mucho menos sin decir te quiero; porque nunca se sabe, la vida es muy frágil, las personas somos un momento solamente. Por eso estoy segura que jamás debes de dejar de decir -te quiero- cuando realmente lo sientes, sin importar nada, incluso sin importar si la otra persona te corresponda, eso es lo de menos.