Un día especial.

Te regalo mi horóscopo y la fecha de mi cumpleaños, mi apellido, mis lunes y un sábado; te obsequio dos cartas con faltas de ortografía y  mi fea letra que ya conoces, una para que la leas frente a mi y en silencio, otra cuando me extrañes y  te encuentres lejos. Te doy mi salud y mi enfermedad, sin importar que la muerte nos separe. Te regalo lo que me queda de vida, éste minuto; la dislexia y mi miopía.

Te dejo mis tennis qué tanto amo y los kilómetros recorridos, quédate también con mi suspiro y un grito al vacío, con el lunar en mi espalda y aquel que ya conoces en ni panza, así como también las marcas de mi cara y los bostezos de mis mañanas. Quieres también mi domingo?, adjuntalo con los otros días, y adueñate de mis horas y alegrías. 

Separa para ti todo lo mío, mis cosas materiales y aburridas; las canas que aún no salen, el viento que toca mi pecho y las agonías de mis penas, te doy mis olvidos y recuerdos, los parques de mi cuerpo y todos sus juegos. Las comisuras de mis labios y las partituras de mi voz; te regalo mis pensamientos incluso esos que nadie debe saber, mis oraciones y mis miedos, mi pudor. Te doy mi fidelidad y mi engaño, mis múltiples personalidades y carencias; los amores del pasado y todas las lagrimas que he juntado.

Puedes, sí quieres, adueñarte de la promesa de vida enterrada en mi vientre, de los futuros frutos de mi mente y las consecuencias de mis actos, llévate las canciones que brotan de mi silencio y  mis ojos que no mienten. A tu nombre y con notario,  he puesto cada beso, cada caricia de mis manos y también de mis pies por si acaso. Llévate todo lo que sé si es que te place, mis vicios y reproches para horas aburridas. Si te ves en la necesidad quiero que sepas que también son tuyos mis defectos, si es que un día quieres batallar con alguien tan imperfecto. 

Yo sé que no es tu cumpleaños, o algún aniversario, ni mucho menos 14 de febrero, aunque qué importa sí para amarte cada segundo es importante y ese también te lo regalo.