viernes, 12 de febrero de 2010

Reminicencias.

Y qué ocurrirá cuándo no quede  más que pedazos de recuerdos imposibles de reconstruir, basados en balazos crueles al alma que dejan huecos inciertos de impresiones de pasado, cuadernos arrugados plagados de memorias indescifrables. Qué pasará cuando no quede nada de ti en los otros, o cuándo no quede nada en ti de lo que hoy vives. Dejará acaso de existir el pasado, el olvido será acaso suficiente?

Yo no recuerdo nada de mi incipiente memoria, mis primero 3 años, no dejaron en mi, un sólo recuerdo; y de lo qué continuó sucediendo en mi vida, no hay más que complicadas evocaciones del ayer. Y me pongo más actual y mirando a mi espalda diez años atrás; finos hilos de recuerdos se filtran por mi mente, casi nada: algunos nombres circulan los remansos de mi  sequía, un sin numero de momentos parecen garabateados en tiza y los borrones dejan manchas ilegibles. 

Sin embargo olvidar no es nada fácil. El despiste de recuerdos; debe ser precisamente eso; dejar de concentrarte en lo que quieres olvidar; sí forzase algún recuerdo a ser olvidado, empezaré en ese instante a recordarlo, en mi urgencia por dejarlo, me retendría en el acto y empezaría a anclarlo en otra acción, que me hará imposible lograr mi cometido. Así pasa con todo, lo bueno, lo malo, lo bello y lo devastador. 

Para olvidar no basta con la intención de hacerlo, sería preciso dejar a un lado, hacerlo menos, y no recordar que quieres olvidar. Simplemente dejar que las cosas pasen, evitando naturalmente hacer o no hacer. Y aun así con eso no basta, quedan las memorias ajenas, otros parecen recordarte el pasado continuamente y mucho más claro que lo que tu propia mente podría hacerlo; y los objetos,  risas,  lugares, olores; te dan bofetadas o besos; nada queda sin plagarse de recuerdos, todo en éste mundo es mojado por la memoria, una memoria común y universal; que sin querer marca lazos y reviste uniones. Qué pasaría si todos padeciéramos de amnesia al unisono, nada quedaría de los lazos, si quiera la sangre podría retarlos a sentir amor; tendrían que armarse de cero las historias y encontrarse de nuevo los abrazos.

Sí buscas en un diccionario de sinónimos encontrarás que olvidar, es equivalente a perdonar; y venganza o reivindicar su antónimo.Porqué dejar al recuerdo colgando de sentimientos, cualquiera que sea, lo llena de fuerza, si no perdonas jamás olvidarás, siempre rugirá en tu memora la fiera del pasado. Con la cara del perdón es más sencillo, más simple y más afable el concepto de olvido. Recordarás acaso alguna cosa, algún sonido, alguna voz; pero nada realmente cercano, todo será quizá nostalgia. Pero jamás el poder de un recuerdo recargado de rencor.

Ahora, es acaso imposible dejar huella de manera positiva; me parece que no, simplemente es más difícil, como todo lo bueno, que alguien te recuerde por siempre con una sonrisa; a merita acciones continuadas y amores constantes.Pero sobre todo despedidas sinceras, y flores, dulces, colores brillantes; aunque a simple vista no se vea.

Y todo ésto lo digo, pensando, qué quizá, esté completamente equivocada... jajajajaja 

Buen fin.


4 comentarios:

  1. "Olvidarte es un intento que no lo deseo tanto
    Porque tanto es que lo intento que me acuerdo mucho mas, y he llegado a sospechar que mi afan de no acordarme, es lo que me tiene enfermo de recuerdos"

    Arjona hace un muy buen punto con su canción.

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  2. Precisamente, esa canción me inspiró parte de la entrada!!! Buena! ajajajjaja

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  3. Estaba pensando en borrar esta entrada, porque no me gustó y dos porque siento que no dije nada... jajaja

    Pero qué caso tendría, no podría olvidarla, tengo que dejarla existir y que después se explote en nanobites sí es que algo así existe...
    cheers

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