lunes, 25 de enero de 2010

Cirujana.

Hay cosas que no puedo decir, la lengua se me empieza a hacer una piedra caliente. Mi boca se ha estado secando, las noticias me empiezan a calcinar el alma.

La vida, la muerte, la historia, el amor, los miedos, las fantasías, las ilusiones; todo se nos teje, todo se nos presenta constantemente. Somos polvo galáctico, volátil- temporal- Materia "por un rato". Estoy desgarrándome en el dolor, te siento sufrir y es como si yo misma estuviera ardiendo por dentro, es más creo que yo misma me estoy deshaciendo. Sé como te sientes, eres yo. Mi corazón comienza a sangrar, a desvestirse de otros lutos, que ahora parecen insignificantes. No puedo expresar, mi lenguaje es muy corto, muy idiota.

Quiero correr kilómetros a la velocidad de la luz, abrazarnos muy fuerte; reconfortar tu alma, darte vida, luz, amor y todo lo que necesites. Quiero darte mi vida si es posible, quieres mis riñones, mis pulmones?... pídeme lo que quieras, se que todo lo mio te quedará, eres parte de mi, "te regalo mi humana condición".

La vida y la muerte se nos acontecen, depende de nosotros saberlas manejar. Lo único verdaderamente importante está más allá de la vida misma, y la muerte es sólo un paso de la vida. El alma es eterna, trascendente. Esa luz interna es la que debe ser cuidada y avivada. Quisiera aliviar tus males del alma, ser cirujana de espiritual y sanarnos entera el alma.

Quiero darnos luz, pero ahora no sé como, sólo mi oración puede llevarme a donde creo que todo empieza, en aquel inicio del final.

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