miércoles, 13 de enero de 2010

ilusión.

Me da miedo darme cuenta que ya no hay nada que esperar, que he perdido lo unico que me mantenía pensando, en pleno vuelo sintiendo; la ilusión parece escondese entre las largas y profundas marcas de la realidad y me está ganando terreno; por más que mis pies quieran seguir flotando en el aire, el suelo parece llamarme, un pesado yunque se me ha amarrado a los tobillos y me jala con fuerza hacía la realidad, hacía la razón, o más bien hacía otra realidad, no lo sé.

Mi mente siempre ha sido volatíl, es la única forma de vida que conozco, no sé andar por la vida amarrada al suelo; me gusta soñar y creer; la ilusión es mi método de espera; no, más bien mi camino. Hoy que la realidad se me presenta más ruda que otras veces, no me deja opción, volteo hacía el cielo y veo nubes grises y frias. Donde había siempre ilusión, sueños y mi realidad, ya no hay nada. No quiero serle infiel a mi naturaleza, dejarla abandonada y entregarme al mundo, pero no me está quedando otra opción.

No es la soledad lo que me pesa, no es la ausencia, no es la falta de ruido, o la deserción del silencio, tampoco él. Soy yo la que parece desviarse de su curso; es bueno cambiar de aires, de ciudad, de movimiento; pero no de esencia. Abandonarme sería como aceptar mi derrota, como acotar la distancia entre mi alma y la tierra. Pero mi altercado con la realidad me cuesta más que antes, entre más pasa el tiempo, entre más descubro y conozco me doy cuenta de lo dificil que es mantenerme en mi misma, serle fiel al alma. Por que la realidad te muestra su cara, te seduce y a veces como ahora te rompe la ilusión, la arranca de tus manos sin pedir permiso y la avienta hacia la nada, hacía aquel lugar obscuro de la enemistad, el odio, la intriga, la desesperación. La ilusión no puede respirar en aquel lugar, el gas de su contenido la envenena, se reduce su vida en cada minuto. Y con ella, mi fe en mí, en mi estilo de vida parece no ser tan confiable o ideal. Las dudas me arrancan los ultimos momentos de vuelo, mis alas se cansan y dejan de moverse.

El miedo atormenta mis espacios, el huir no es opción, ni siquiera voltear hacía otro lado. La batalla está en pleno y me estoy cansando, ya lo he dicho antes; mis heridas se abren cada día, se desangran de donde mismo y descubro todos los días otras nuevas. Mi enemigo no me ha dado tiempo de cicatrizarme, o siguiera de dejarme besar las heridas. No lo sé, la batalla se sigue sucediendo; No puedo dar un pronostico del resultado; quizá ya no tenga tiempo de contarles; si no vuelvo sabrán que me ha ganado, y al verme a los ojos no reconoceré a ninguno de ustedes; no me hablen por mi nombre y no me juzgen por no recordar. No seré yo quien los mire, no reconoceran en mi siquiera la letra con la que escribo.

1 comentario:

  1. que fuerte, no se, no alcanzo a percibir que puede ser tan fuerte como para alejar a alguien de su pasion, de su fuente de inspiracion, la realidad es la que se decide, incluso si hay barreras y batallas internas, siempre la decision manda. Además si las exigencias del mundo, de ese otro mundo donde habitas y caminas quizas no mental pero fisicamente, te exigen otro estilo de vida, siempre hay tiempo para regresar a tu mundo... Never back down!!!

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