domingo, 24 de enero de 2010

Plantando cambios.

Los cambios nos sorprenden, son como el viento, los puedes sentir tocar tu rostro todo el tiempo; a veces como brisa de verano, otras como gélido abrazo de invierno o incluso como un cosquilleo en la nariz de una mañana de primavera (nota: soy alérgica al polen), y apesar de su invisibilidad aparente sabemos que existen, que ocurren aunque no lo veas.

Mi vida ha dado brincos, el año me prometía iniciar de un punto fantástico que ahora parece sólo un parte de un hermoso sueño. Aunque no por eso ha sido fatalista, al contrario el mes no ha terminado y me ha traído una infinidad de sorpresas, personas, regalos, amor, compromisos, olvido, dolor, enfermedad, perdón, paz. Estos días han estado cargados de una paz que había olvidado. Las oraciones me han hecho encontrar en mi corazón muchos huecos, muchos vacíos que intentaba llenar con ilusiones y que ahora sé que era sólo hambre y sed de Dios. Siento que he madurado mucho espiritual y sentimentalmente en estos escasos 25 días. Estoy aprendiendo a amar mejor, a comprender, apoyar, escuchar, respetar, perdonar, esperar; todo en nombre del amor, el amor plasmado en muchos amores, en rostros familiares y ajenos. Y a pesar de lo anterior, sé también que me falta muchísimo.

Este primer trimestre del año promete ser hermoso, cargado de buenas cosas, entre ellas: me voy a confirmar próximamente; estoy en mis últimos preparativos, tengo una ilusión casi infantil por ese día, creo que hasta les compartiré unas fotos de mi y de mis adolescentes mutantes (así les digo) estoy segura que un día antes no dormiré, recuerdo que así estaba con mi primera comunión, son sucesos que marcan tu vida espiritual, que te acercan a la iglesia, que te confirman en la fe, en el amor, en ser hija de Dios.

Por otra parte, he recibido un regalo, un milagro; fue la respuesta, creo, de oraciones que muchos han hecho hacía mi. Mi regalo parece estar germinando en alguna parte de mi corazón y lo siento hacer raíces fuertes, lo veo regarse, abonarse todos los días. No puedo visualizar en qué tipo de planta, árbol, arbusto o flor se convertirá, pero sé que será algo hermoso, algo digno de ser observado y cuidado. Mi corazón está fértil, la primavera amenaza con aparecer tarde o temprano, pesé que me estancaría en el invierno, pero no (me he preguntado porque es tan importante para mi las estaciones del año, el clima parece gobernarme algunas veces, pero dejaré esta idea para otra entrada).

Otra sorpresa del primer trimestre, que de igual forma se venía cocinando desde el año pasado; es mi tesis, tengo la gran fortuna de poder trabajar en mi tesis y que a parte me paguen por ello, supongo que es parte de todos los regalos hermosos con los que Dios me ha sorprendido éste año, estoy muy agradecida y sólo con pensar en todo lo hermoso que ha pasado siento un gran agradecimiento y amor.

Tengo mucha esperanza, sé que todo lo malo (por así decirlo), pasa por algo, confío en el poder de la oración, hace tiempo que me entregue a la voluntad de Dios y sé que es Él quién guía mis pasos, yo sólo me dejo guiar, y fracturo mi voluntad al amor, sólo con eso sé, que todo saldrá bien aunque no todo sea tan fácil.

Buen inicio de semana.

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