viernes, 8 de enero de 2010

Una caricia.

No hay nada más preciado en el cuerpo del ser humano que la salud. Tener salud es una bendición, que, rara vez nos detenemos a apreciar y a agradecer. Cuando un cuerpo esta enfermo, cuando el dolor, malestar o cualquier síntoma de indicios de algún error en nuestro cuerpo, nos asecha; es cuando se puede apreciar la bendición de estar sanos. A veces el dolor (y estoy hablando de un dolor sensorial objetivo) es tan grande que no puedes recordar ya como era cuando estabas sana. Hay ocasiones que al verte envuelta en un dolor casi insoportable, el cuerpo toma defensa y suprime el padecimiento, es decir, deja de mandar al cerebro las señales de que hay dolor en alguna parte del cuerpo.

Pero cuando llega de pronto la salud, el bienestar de cuerpo, el descanso de aquel insoportable dolor, el cuerpo se relaja, sientes como si te hubieran arrancado a un gran animal, y a veces se siente como si hubieras regresado de nuevo a tu cuerpo, que aquel que estaba padeciendo semejante tortura era otro.

Ver la cara de dolor de un enfermo es devastador, su aspecto, si es que lo conociste sano, cambia completamente, las facciones, incluso la mirada; son una ventana al dolor mismo del cuerpo. Visitar enfermos, es una actividad escalofriante para mi. Me gusta llevarles un poco de mi, platicar lo que puedo con ellos; pero me cuesta mucho trabajo.

Hace poco tiempo hice una visita a un hospital, un amigo doctor que trabaja ahí me dejo pasar; y además me permitió ayudarle a hacer curaciones con el a los que estaban en recuperación de una cirugía (claro con la ayuda y guía del médico). Quisiera poder transmitirles lo que significa una caricia para un enfermo que lleva 3 operaciones, que le han quitado el intestino delgado y que además padece llagas por estar tanto tiempo acostado. El contacto humano, el sentirse cerca de otra realidad, de salir por un momento del ambiente de hospital es posible sólo con una caricia en la frente. Ver como sus ojos, como un pequeño cordero voltean a verte con gratitud e incluso unas lagrimas brotan de ellos, no tengo más palabras para describirlo; mi alma se vuelca, se vuelve agua al recordar esa escena y muchas otras. El amor se puede manifestar de muchas maneras, pero creo, que el contacto físico, sobretodo cuando visitas a alguien enfermo (claro mientras sea prudente) es muy importante, sentir la mano de un semejante que sin palabras le muestra el amor, y éste le corresponde. Ese es el verdadero amor humano.

Por eso creo, que el contacto físico como manifestación del amor es muy importante. Yo siempre he sido (con mi gente cercana) muy cariñosa. Para mi un abrazo, una caricia, un beso; significan mucho más que mil palabras. Dicen que a los niños los debes de acariciar todo el tiempo, para que tengan confianza, para que no lloren tanto. Lo mismo pasa con los adultos me parece, cuando alguien se siente triste, enfermo, incluso enojado; una caricia usada en el lugar adecuado, y de la forma adecuada, puede mejorar el estado de ánimo de esa persona.

Tengo en el tintero una experiencia muy linda, que se liga muchísimo a la historia del hospital, pero quiero pensarla un poquito más; por lo pronto lo único que puedo decir, es que muestren su cariño, que abracen, que acaricien. Y que también se dejen acariciar y abrazar. Qué tengan un hermoso y frío fin de semana. Parece que va a nevar, eso dice mi Mamá....


1 comentario:

  1. Es cierto, una caricia, una palabra, una sonrisa, una mirada, un abrazo, un beso, incluso un pequeña palmada, pueden cambiar la vida de otra persona, pues no sabes en que momento llega esa señal de afecto, de ánimo, de humanidad, a la vida de esa persona, quizás sea en ese momento la diferencia entre seguir adelante o dejarse vencer.

    Es entregar lo mejor de uno mismo a si mismo y a los demás, es una situación ganar-ganar, incluso si no recibes nada a cambio, pues recordemos que todos somos filamentos independientes de la misma fuente, es decir estamos unidos en un mismo ser, EL SER, y al hacer bien a alguien, un bien sincero, una acción desinteresada, uno se hace bien asi mismo, se ayuda y hace crecer su alma. Y si recibieras algo una sonrisa, un "gracias", incluso una lagrima y un abrazo, es un gusto y una satisfacción aun más grande. Y no por sentirte el héroe que cambia vidas, el remendador de almas, si no por que haces conexión con eso mas interno de la otra persona, hacer crecer el término humanidad, y descubres más y más tu conexión espiritual con el mundo.

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